Parsimonia

Publicado el Jarne

Jon Lee Anderson, un periodista de raza

Si me dijeran un periodista de referencia, diría sin ninguna duda Jon Lee Anderson. Escribe bien, ha hecho perfiles de los personajes más variados desde Chávez a Pinochet pasando por Castro y Juan Carlos I, lleva 35 años recorriendo Latinoamérica, es objetivo o intenta serlo y todavía viaja por el mundo buscando la mejor historia. Pocos periodistas existen que estén a su altura.

Quizás lo más valioso de Jon Lee Anderson sean sus perfiles y biografías de personajes. La mejor biografía que se ha escrito sobre el Che, y se han escrito muchas, es la de Anderson. En Che, vida de un revolucionario, no sólo encontró donde había enterrado la tumba del Che, sino que brilla con luz propia por todos los datos y entrevistas que hizo para construir un buen relato, encadenarse a los hechos y dejar a un lado la hagiografía o la burda manipulación. Se la recomiendo vivamente.

Hay que decir que hay vida más allá de su biografía del Che. Sus retratos de Fidel Castro, García Márquez y Chávez son muy valorados. Son relatos minuciosos, bien construidos y con entrevistas con los propios interesados. Algunos que escribió sobre España como uno sobre el País Vasco y la muerte de Lorca me dejaron maravillados por la documentación. Se incluyen en su libro El dictador, los demonios y otras crónicas.

Los de Chávez son de los mejores. Frente a ese imagen demoníaca que nos han vendido, aparece un relato humano. Con sus grandes defectos y problemas, no seré yo quien lo defienda, pero es un relato muy cercano a la realidad según oposición y chavistas que los han leído. De la Venezuela y Chávez que presentan estas crónicas a la versión simplista que se nos presenta en los grandes medios, hay un trecho grande.

Una de las cosas que más me ha fascinado siempre era el detalle y comprobación de los relatos que se hace en su revista, The New Yorker. Aquí lo contaba Andy Young, un verificador de datos que trabaja en la revista. Young se dedica a comprobar dato por dato lo que se cuenta en la publicación. Llama a las personas con las que ha hablado el periodista y pregunta si es cierto y preciso lo que se ha incluido en los reportajes.

Cuenta que en el caso de los perfiles que confeccionaba Anderson, Young llamaba a Hugo Chávez para ver si las transcripciones de las entrevistas eran tal y cómo se habían escrito en el reportaje y los datos sobre su vida eran correctos. O con la familia que rodeaba a Pinochet. Uno no deja de maravillarse de que en estos tiempos de plantillas mermadas en los medios, haya una revista que contrate a 16 personas para revisar los reportajes que se van a publicar. Genial.

No están mal sus crónicas sobre los diferentes países en conflicto que ha visitado. Su último libro es una compilación de las crónicas africanas que ha escrito hasta el año 2000, La herencia colonial y otras maldiciones. Menos me gustó su libro sobre Irak, La caída de Bagdad. La verdad es que esa guerra tuvo muy buena cobertura por parte de los medios españoles -otra cosa es la «posguerra»-, así que todo lo que contaba no me aportó mucho. También tiene otros en inglés que no han sido traducidos.

Si se han quedado con ganas de más, les dejó este vídeo de una charla que dio en la Universidad del Rosario sobre el periodismo. Toca muchos y variados temas. También pueden encontrar algo en su blog que tiene en The New Yorker. Eso sí, está en inglés. En español publicó algo en El Cuercoespín, aunque ya no se actualiza la revista. Y por supuesto, les animó a leer sus libros. Espero que les gusten tanto como a mí.

En Twitter: @Jarnavic

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