Parsimonia

Publicado el Jarne

Cuando fuimos los mejores

España se ha clasificado para la final de la Eurocopa. Después de un campeonato deslucido, donde los españoles no han jugado a su mejor nivel, están a punto de hacer historia al llegar a tres finales consecutivas y ganarlas si vencen el domingo en Kiev. En el camino hacia ese día histórico, se ha quedado ese equipo mágico que daba clases de fútbol en cada encuentro.

La Roja ya no juega como antaño. Ya no tiene ese fútbol que causaba admiración en medio mundo. Ese talento de pase, juego y goles que se desplegaba frente a cualquier selección hace cuatro años y que sufrieron todos los que se pusieron en su camino.  Sobre todo en lo relativo a los goles. Conservamos ese juego de pase hasta el infinito y de posesión de la pelota, pero nos falta meterla con más frecuencia entre los tres palos. Los números son elocuentes: en el pasado europeo metimos 13 goles hasta semifinales mientras que en esta competición llevamos únicamente siete.

En el Mundial, ya vimos que no era ese equipo ultraofensivo que era capaz de cualquier cosa. La llegada de Vicente del Bosque y el mal estado de Torres repercuten en los números de la selección. Gana todos los partidos por la mínima excepto contra Honduras. En las fase eliminatoria, todos los partidos se resuelven con 1 a 0. En esta Eurocopa, la situación se agrava con la lesión de Villa, máximo goleador en la historia de España con 52 goles, que no puede acudir a Ucrania y Rumanía. Se echa mucho de menos al ‘guaje’, sobre todo a la hora resolver partidos clave. Y si hemos sobrevivido en este torneo ha sido más por oficio que por juego y por los de atrás, que han hecho un torneo genial.

Pese a la falta de Puyol, la defensa poco a poco se ha engrasado hasta convertirse en un ensamblaje perfecto. Frente a las dudas y fallos de los primeros partidos, Ramos y compañía se han afianzado y han cuajado un torneo sensacional. También hemos asistido al descubrimiento de Jordi Alba, una locomotora a la que nunca se le acaba el carbón. Poco que decir de Casillas, ese hombre siempre presente cuando se le necesita que sólo ha encajado un único gol. Por algo será.

Poco más que decir. España ya no infunde ese temor en las ofensivas que hacia temer a cualquiera. Es el rival a batir, pero falta esa calidad que teníamos. Fuimos los mejores, pero ¿Lo seguimos siendo? Ganamos o perdamos el domingo, me quedará esa duda.

Cuando fuimos los mejores – Loquillo y Trogloditas

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