Parsimonia

Publicado el Jarne

Crónica de un rescate anunciado

Esto se veía venir y al final ha ocurrido. Las profecías de los oráculos se han cumplido y España va a ser rescatada, o como dice el ministro de Economía, De Guindos,  se va a realizar un «apoyo financiero a los bancos» con más de 100.000 millones de euros.  Aquí va una crónica de unos días históricos para la Madre Patria.

El asesino fue el sistema financiero

 

Siempre creíamos que íbamos a tener que ser rescatados por la incapacidad del Ejecutivo para reducir el déficit y de alto precio que tenía que pagar España para financiarse en los mercados. Por ello, se llegaría a un punto insostenible para la economía nacional que terminaría con la petición de ayuda a las instituciones internacionales. Sin embargo, al final el asesino que nos ha dado el golpe mortal ha sido nuestro sistema financiero, algo que no entraba dentro de nuestros cálculos.
El sistema financiero español era a principios de 2008 uno de los que se ponían como ejemplo. Después de la crisis de los años 80 y 90 que supuso la quiebra de gran parte de los bancos españoles y le costó al erario un billon de pesetas, el Banco de España era una de las instituciones a las que más respeto se le tenía por su estricto sistema de supervisión bancaria. Incluso el ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió el sistema bancario español en esa época. En realidad, el sistema bancario era bomba de relojería que tenía que estallar.

Siempre creíamos que íbamos a tener que ser rescatados por la incapacidad del Ejecutivo para reducir el déficit y de alto precio que tenía que pagar España para financiarse en los mercados. Por ello, se llegaría a un punto insostenible para la economía nacional que terminaría con la petición de ayuda a las instituciones internacionales. Sin embargo, al final el asesino que nos ha dado el golpe mortal ha sido nuestro sistema financiero, algo que no entraba dentro de nuestros cálculos.

El sistema financiero español era a principios de 2008 uno de los que se ponían como ejemplo. Después de la crisis de los años 80 y 90 que supuso la quiebra de gran parte de los bancos españoles y le costó al erario un billon de pesetas, el Banco de España era una de las instituciones a las que más respeto se le tenía por su estricto sistema de supervisión bancaria. Incluso el ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió el sistema bancario español en esa época. En realidad, el sistema bancario era una bomba de relojería que tenía que estallar.

España tenía tantos activos tóxicos e hipotecas basura que EEUU. La diferencia es que Obama optó porque aflorarán todos esos activos que fueron metidos en el llamado banco malo e inyectó más de 700.000 millones de euros en sus bancos, al igual que otros gobiernos europeos. En cambio, el gobierno de Zapatero optó por un sistema mixto: inyectó dinero en algunos entidades y promovió fusiones dentro del sistema bancario -especialmente las cajas de ahorro- para crear entidades que fueran solventes.

¿Qué pasó? Que se atendieron a criterios políticos en lugar de criterios bancarios. Se fusionaron cajas conforme a los criterios de los políticos de las Comunidades Autónomas con la aquiescencia del Banco de España y de los líderes nacionales del PP y el PSOE. Se crearon auténticos zombies bancarios, incapaces de ofrecer crédito y con agujeros monumentales que mantuvieron debajo de la alfombra. Se iban pasando los años y la situación no se arreglaba. Las cuentas seguían maquilladas: se renegociaban y refinanciaban las deudas para evitar que figurará en el balance como pérdidas y los bancos tuvieran que hacer frente a posibles provisiones de esos créditos morosos.

El ejemplo paradigmático es Bankia. Resultado de la unión de varias cajas vinculadas a Comunidades Autónomas del PP, se creó un armatoste incapaz de dar crédito y con muchas dudas sobre sus cuentas. Al final, el auditor se niega a firmar las cuentas de 2011 y con la nueva reforma que establece unas provisiones más duras, se descubre el agujero y salta el escándalo. Se nacionaliza el banco con la posibilidad de que se tengan que inyectar casi 20.000 millones de euros, cinco veces mas de lo que había previsto anteriormente el Ejecutivo.

De aquí empieza a saltar de nuevos las dudas sobre el sistema financiero español y un problema más grave: el mercado de internacional de créditos está cerrado a todo lo que huela a español, sea banco o administración pública. El gobierno se ve incapaz de emitir deuda para pagar esa recapitalización o lo tiene que hacer a un precio demasiado alto. Necesita el dinero de Europa. Es el rescate.

La resistencia al rescate

El gobierno pidió ayuda a principios de la semana, cuando el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, dijo que España necesitaría ayuda europea para recapitalizar su sistema financiero. No la pidió de forma explícita, pero el reconocimiento de que no podía hacer frente a semejante gasto disparó todas las alarmas. El Gobierno había pedido el rescate, la cuestión era cómo se iba a hacer.

Así, los siguientes días vimos una serie de declaraciones en las que se escondía una lucha entre España y el resto del mundo para ver cómo se detallaba ese rescate. Después de un tira y afloja, se llegó al acuerdo de que solamente se inyectaría dinero en los bancos para cubrir el agujero del sistema financiero. Esto permitió salvar la cara al gobierno temporalmente. Gracias a este acuerdo, se defiende que este no tendrá ninguna incidencia en la ciudadanía y que sólo se limitaría su actuación al sistema bancario. Según el gobierno, el rescate no tendría consecuencias en la gente como ha ocurrido hasta hora con las medidas exigidas por Bruselas. Pero no ha sido fácil obtener este acuerdo: Alemania se negaba en redondo a este modelo. Sólo ha sido en los últimos días cuando Merkel y compañía han decidido aflojar la cuerda y permitir un rescate light para hacerlo más digerible.

Sin embargo, España esperaba que ese rescate no se produjera hasta después de que una entidades independientes cuantificarán a finales de junio cuál era la cifra del agujero de los españoles. Esa era la posición que defendía el gobierno a través de la portavoz Soraya Saenz de Santamaria, cuando horas antes de que se precipitará todo, defendía que se decidiría sobre el rescate cuándo se supieran esas cifras.

Pero con la filtración de la noticia de que España pediría un rescate este fin de semana a Reuters por parte de la UE, las declaraciones de Obama en las que se apremiaba a que se actuará rápidamente en Europa y el adelanto de un informe del FMI sobre las necesidades bancarias españolas, previsto para este próximo lunes y que se publicó el viernes, los sucesos se precipitaron. Se convocó al Eurogrupo -organismo que agrupa a los ministros de Economía de los países que tienen el euro- y finalmente hoy se ha dado la luz verde al rescate.

El Gobierno gana en el cómo, pero no en el cuándo. El rescate se hace una forma diferente que le permite venderlo en España como un triunfo político si se compara con Irlanda, que con el mismo problema, tuvo una solución diferente. Pero en el cuándo lo han dejado K.O, o como se dice en España, con el culo al aire.

El semanario humor El Jueves ya sabía de las "extrañas" relaciones entre Rajoy y Merkel en noviembre de 2011
El semanario humor El Jueves ya sabía las «extrañas» relaciones entre Rajoy y Merkel en noviembre de 2011


Un presidente desaparecido

Quizás estemos ante una fecha histórica para los españoles. El país va a recibir la suma de 100.000 millones de euros de Europa y no hay ni rastro del presidente del Gobierno. España hace frente a sus días más delicados después de aquel 10 de mayo de 2011 en que Zapatero anunció la primera tanda de recortes en el Parlamento y Mariano Rajoy se esconde tras los muros de la Moncloa. Los analistas lo han atacado ferozmente por semejante fallo político y Twitter es un hervidero que sólo pide a gritos la comparecencia de Rajoy.  La aversión del líder conservador a hablar en público y su falta de liderazgo también se traslada al terreno de la demoscopia como veremos ahora.

Fernando Garea, uno de los periodistas de referencia de la política en España, adelanta en su blog que mañana El País dará una encuesta que refleja esa falta clara de liderazgo en las encuestas. No hay que olvidar que esa sensación de estar a la deriva fue la misma que hundió a Zapatero y al PSOE y que catapultó a Mariano Rajoy a la Moncloa. A la espera de los datos recopilados por El País, las encuestas muestran lo que muchos ya sabíamos: la falta de decisión, fuerza y liderazgo de nuestro presidente.

El gallego ya nos había demostrado varias veces que es un líder al que le cuesta mucho tomar decisiones. Ocurrió con el caso Gürtel, donde fue incapaz de actuar con decisión en la implicación de presuntos miembros del PP en un escándalo de financiación irregular de su partido. Tampoco fue capaz de poner orden en la lucha entre Esparanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid y Alberto Ruíz Gallardón, alcalde de Madrid, que deseaba ir en las listas al Congreso y a lo que se oponía Aguirre. Este enfrentamiento causó graves problemas al PP y no terminó hasta años después, cuando Rajoy decidió que Gallardón no iría en las listas.

Y ahora se produce el rescate, cuando el presidente había negado hasta hace 10 días el rescate. Es incapaz de comparecer ante semejante situación, que por lo menos, exigiría algún tipo de comunicado. Se alega que el no es miembro del Eurogrupo, por lo tanto no va a explicar por qué se ha tomado esta decisión a los españoles. En cambio, si sabemos que Rajoy mantiene en su agenda el desplazamiento a Polonia para asistir al primer partido de la Eurocopa. Sin comentarios.

P.D: Finalmente, Rajoy ha comparecido después de todas las críticas recibidas ayer. Es la primera vez que da una rueda de prensa de forma solitaria desde que llegó al poder hace más de seis meses. No ha explicado nada nuevo, ha enfatizado en el que el gobierno salvó los muebles gracias a las reformas realizadas en estos seis meses y mantiene su viaje a Polonia porque  «está resuelto».

Poco más se puede decir. Esperemos que las cosas mejoren, pero en estos tiempos y con estas gentes, nunca se sabe.

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