Parsimonia

Publicado el Jarne

¿Corralito español?

El Gobierno ha tirado la toalla. Finalmente España necesitará la intervención del las instituciones internacionales para sanear su sistema financiero. Cómo se haga dependerá de la próxima cumbre de finales de junio de la Unión Europea. Pero el rescate es casi un mal menor comparado con otra palabra de mayor calado y que asusta todavía más: corralito.

EuroCoin
Qué divertido es el euro, sobre todo para los que lo sufrimos. Fuente: BCE

El rescate de España es algo que poco a poco hemos asumido los españoles.  Un servidor tenía serias dudas de que fuéramos a ser rescatados por todas las declaraciones que hacían los políticos y los analistas económicos. Se decía que eramos demasiado grandes para caer, que nuestro sistema financiero era de lo mejores supervisados de Europa y todas esos cuentos chinos que nos han contado hasta llegar hasta hoy. También teníamos los profesionales de la catástrofe, que vaticinaban el fin del mundo. Al final, hemos seguido un camino intermedio, como suele pasar en estas ocasiones, pero hay que reconocer que las pitonisas no erraron tanto con las predicciones y vamos de mal en peor.

Un servidor lo vio claro después de ver este reportaje de Salvados, programa de documentales que recomiendo encarecidamente para los que se quieran hacer una idea de cuál es la situación en la que está España. En los primeros quince minutos se disecciona la deuda española con el profesor Gay Liebana. Después de esa autopsia de la deuda española, uno tiene claro que le van intervenir y le van a recortar hasta en el papel higiénico, aunque ya algunos se adelantaron a la instituciones internacionales.

Pero en este descenso al infierno económico y financiero todavía hay un escalón más: el corralito. El primero que encendió la mecha  fue Paul Krugman, en una entrada de su blog en el New York Times la que anunció el fin del euro y un posible corralito para España. Este feliz vaticinio que recogieron todos los medios, entre ellos El país, llenó a la población de tranquilidad. Cundió el miedo y tuvo que desmentirlo la plana mayor del Gobierno, con el ministro Montoro a la cabeza.

El problema para el gobierno de España es que siempre ocurre lo contrario a lo que habían dicho el día anterior: no vamos a subir el IVA y lo suben; no van a subir los impuestos sobre la renta y los aumentan hasta llegar a tener el mayor porcentaje europeo junto a Suecia; no necesitamos ayuda de Europa y la acaban pidiendo.  Con esta extraña y nueva habilidad del Ejecutivo para que se cumpla todo lo que niega, es normal que los españoles tengan ya en mente un posible corralito.

La idea ya ronda en la cabeza de los españoles y ya piensan dónde guardar el dinero. Tenemos el clásico colchón para los de toda la vida y las cajas fuertes para los más modernos, que han aumentado su venta en un 20 % en este trimestre. Los más pudientes tienen la posibilidad de llevarse la plata al extranjero con la típica cuenta en Luxemburgo o Suiza. Y algo de eso debe haber cuando en el primer trimestre «han volado»  más de 97.000 millones de euros en «fuga de capitales», aunque el gobierno lo niegue de nuevo. Recuerden el párrafo anterior.

Ante esta perspectiva, siempre queda la idea de volver al pueblo para plantar patatas y tomates. Es una versión un poco bucólica de la vida campestre y tengo serias dudas de si trabajar de sol a sol después de pasarme toda la vida estudiando es lo mejor que puedo hacer. A otros no les fue tan mal: Ben-Gurión se fue al Néguev, paso un tiempo y volvió al gobierno de Israel. Quizás haya que hacer lo mismo y esperar a que pase la tormenta.

erlich

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