Los números, como objetos matemáticos para realizar operaciones, siguen reglas muy claras que indican con precisión cómo deben manipularse y escribirse; pero el manejo de los números, por fuera de la aritmética, resulta a veces más difícil de lo esperado. Las reglas gramaticales de los idiomas, por ejemplo, imponen un amplio catálogo de normas que enloquecen a cualquiera.

Si nos detenemos en la forma en que deben expresarse los números decimales, encontramos que el Diccionario panhispánico de dudas publicado en 2005 dice: «En las expresiones numéricas escritas con cifras, la normativa internacional establece el uso de la coma para separar la parte entera de la parte decimal». No obstante, la Ortografía de la lengua española complementa aclarando que: «Con el fin de promover un proceso tendente hacia la unificación, se recomienda el uso del punto como signo separador de los decimales».

La verdad es que sobre el separador decimal no existe un consenso internacional y aunque las Academias de la Lengua intentan uniformidad, otros actores como Icontec o desarrolladores de software imponen sus propios usos; es así como en algunos lenguajes de programación o en herramientas de uso frecuente como Excel, la coma (,) y el punto (.) pueden tener una diferencia que altera completamente el resultado de las operaciones y de las tablas con datos numéricos.

Otras notaciones diferentes al punto (.) o la coma (,) como separadores decimales son bastante caprichosas y comunes, como es por ejemplo el uso del guión (-), para citar solo algunos, sobre el cual se acostumbra escribir los decimales de los precios en tamaño más pequeño, anteponiendo un punto, una coma o nada.

 

En matemáticas el uso de la coma (,) para los decimales puede llevar a confusiones. En efecto, cuando se escribe el intervalo cerrado con extremos 3,4 y 5 tenemos como resultado:

[3,4, 5], 

que podría interpretarse, si no se observan cuidadosamente los espacios, como el intervalo de extremos 3 y 4,5, o sea

[3, 4,5] 

o podría significar el vector de componentes 3, 4 y 5. 

El uso del punto (.) en cambio, da una mayor claridad y evita una errónea interpretación: 

[3.4, 5].

En el mundo de la ciencia tampoco hay consenso siempre, ni siquiera en un mismo país; así por ejemplo el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España recomienda usar el punto (.), pero las asociaciones de profesores de matemáticas recomiendan utilizar la coma (,) en sus publicaciones.

Justamente el pasado 28 de abril se publicó en España un Real Decreto, el 493/2020, para establecer las unidades legales de medida, acordes con las disposiciones de la Unión Europea. Me llamó poderosamente la atención el capítulo III, que me motivó a escribir este artículo. En él se puede leer:

«El símbolo del separador decimal puede ser la coma o el punto, en la propia línea de escritura. Preferiblemente se utilizará la coma, siempre que la tecnología y las aplicaciones donde se utilicen lo permitan. Si el número está comprendido entre +1 y -1, el separador decimal va siempre precedido de cero».

Me parece que ese texto es una una buena forma de flexibilizar la escritura de los decimales; no obstante, en la misma disposición, con referencia a la manera como deben escribirse los números en general, agrega:

«2.9 Los números con muchas cifras pueden repartirse en grupos de tres cifras separadas por un espacio, a fin de facilitar la lectura. Estos grupos no se separan nunca por puntos ni por comas. Sin embargo, cuando no hay más que cuatro cifras delante o detrás del separador decimal, es usual no insertar un espacio y dejar una única cifra suelta. En los números de una tabla, el formato no debe variar en una misma columna».

El uso del espacio, frente al uso internacional del punto (.), para separar grupos de tres cifras puede tener ventajas; en efecto, un número con tres cifras decimales como 21.456 (o 21,456) podría interpretarse como el entero 21 456, sin embargo el uso frecuente va imponiendo la regla en cada país y lo correcto no siempre es lo más utilizado.

En Colombia es sorprendente la variedad de usos que estamos obligados a aceptar. Me parece fantástico encontrar vinos a 36 pesos, pero la emoción se acaba en la caja, al ir a pagar.

Cuando se hace una transferencia bancaria, por ejemplo, si la cantidad en pesos es de 1 234 721 (un millón doscientos treinta y cuatro mil setecientos veintiuno), debemos escribir sin dejar espacios 1234721, pero en el comprobante de la transferencia se expresa:

“Valor transferido $1,234,721.00”. 

Y la misma entidad bancaria me informa el saldo disponible así:

“$6.717.353,99 saldo disponible”.

¡Vaya incoherencia!

La Secretaría de Hacienda me expide el recibo de pago de impuesto del vehículo en el que se lee al final:

Total con aporte voluntario 472,000.

Lo correcto, pero poco común, será escribir entonces números como

2 567 841,75

o con más cifras decimales, tales como:

3,042 675 83.

No parece muy natural, aunque es lo correcto, encontrar cifras decimales separadas en grupos de tres, en cantidades tales como:  

6 304 575,626 070 15 × 10²³,

que después de la coma (,) o el punto (.) se separan en grupos de tres, formados de izquierda a derecha y antes del separador decimal, también en grupos de tres, pero ahora formados de derecha a izquierda.

Aun cuando no existe un consenso universal sobre cómo deben escribirse los números, sí deberíamos procurar al menos cierta uniformidad en el país. ¿Y usted cómo los escribe?

 

@MantillaIgnacio

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