Por: JUAN FELIPE SUESCÚN (@jfsuescun)
El año que comienza trae consigo varios comicios electorales en Suramérica. Bolivia, Brasil, Colombia y Uruguay elegirán a los mandatarios que regirán sus destinos en los próximos años, y configurarán el mapa político de la región.
En Bolivia, el actual presidente Evo Morales buscará su tercer mandato consecutivo por medio del partido que lo llevó a la presidencia, el Movimiento Al Socialismo (MAS), de quien fue uno de sus fundadores, y con el cual en 2003 logró la salida del poder de Gonzalo Sánchez de Lozada. En las elecciones de 2005, Evo se convirtió en el primer presidente de origen indígena en Bolivia, con más de la mitad de los votos a favor, al igual que lo hizo en 2009 cuando logró de nuevo una victoria arrasadora con más del 65% de la votación para su segundo mandato. En los próximos comicios las cosas no parecen que fueran a cambiar, y seguramente Morales obtendrá una victoria en las urnas que fortalezca un proyecto político que se ha ido consolidando poco a poco.
En Brasil el Partido de los Trabajadores se pondrá a prueba. Este partido encarna lo que muchos han llamado la nueva izquierda latinoamericana desde el mandato de Luiz Inácio Lula da Silva, quien gobernó durante dos periodos consecutivos desde 2003 hasta el 2010, y cuyo gobierno se caracterizó por grandes avances sociales que redujeron de forma sustancial la desigualdad.
La sucesora de Lula, Dilma Rousseff, elegida también por el Partido de los Trabajadores en 2010 buscará la reelección. Esta mujer, la primera en gobernar el país, no tuvo un año 2013 fácil a raíz de las protestas sociales impulsadas por el derroche de dinero en la Copa Confederaciones, el aumento en el precio del transporte, entre otros motivos que han llevado a los brasileños a salir a las calles. Sin embargo, los sondeos muestran una alta favorabilidad de Rousseff, por encima de Marina Silva y Aecio Neves, sus más cercanos competidores.
En Colombia el presidente Juan Manuel Santos también buscará la reelección en medio de un proceso de paz con las FARC que se desarrolla actualmente en Cuba. La división partidista que caracterizó el siglo XX entre Liberales y Conservadores ha quedado atrás y actualmente el país se encuentra dividido entre quienes apoyan o rechazan el dialogo con este grupo insurgente y con el ELN que también parece querer sumarse al proceso.
Una situación políticamente sui generis en el país, pues se desarrolla un proceso electoral en el cual el presidente busca su reelección, mientras decide al mismo tiempo continuar un dialogo con la guerrilla que podría lograr lo que tanto anhelamos los colombianos: la paz. Sin lugar a dudas es una apuesta arriesgada por parte Santos, que como buen jugador de póker se ha mostrado calculador a la hora de tomar decisiones importantes. Si no sucede nada extraordinario, como el surgimiento de una tercería con la potencia suficiente para superar el éxito parcial que tuvo la Ola Verde hace 4 años, seguramente el presidente logrará la reelección.
En Uruguay, a diferencia de Bolivia, Brasil y Colombia, el sistema político no permite la reelección inmediata, por lo cual los comicios electorales serán más reñidos, a diferencia de los otros tres países donde el protagonista es un presidente con todo el presupuesto para hacer política, aunque no sea de forma explicita.
Elegido por la revista inglesa The Economist como el país del año, Uruguay ha cobrado protagonismo en cabeza de su presidente José Mujica, uno de los mandatarios más populares del mundo, quien impulsó la regulación de la marihuana aprobada por el congreso, y además ha mostrado una disposición a cambiar la legislación sobre el aborto, la eutanasia, el matrimonio igualitario, entre otros temas considerados tradicionalmente tabú. Mujica, representante del Movimiento de Participación Popular, fue elegido en 2009 por la coalición de partidos de izquierda Frente Amplio, que ha estado en el poder en los últimos años, y si no hay cambios sustanciales en la política uruguaya, con estos antecedentes, probablemente seguirá en el poder.
Como vemos pues, en Suramérica suenan vientos de reelección: tres presidentes y una coalición de partidos que seguramente continuarán, en términos generales, con el rumbo que ha caracterizado la región en los últimos años.
Esto me hace recordar que en política más importante que acceder al poder, es conservar el poder.
Los procesos electorales que se desarrollarán a nivel regional son la oportunidad para que FARC y el ELN evidencien que las ideas de un indígena, líder cocalero por demás, una exguerrillera que estuvo presa durante tres años, y una coalición de partidos que hoy encarna otro ex guerrillero, no solo han obtenido el poder, sino que además tienen opciones muy favorables de conservarlo, y consolidar el mapa político de la izquierda a nivel regional.
Es el momento para que la guerrilla comprenda que el entorno presenta unas condiciones favorables para poner fin al conflicto y que también es posible emprender la búsqueda del poder por la vía electoral.
Como lo dijo el presidente José Mujica recientemente “en América latina en este momento, no existe cosa más sagrada que respaldar el proceso de Colombia para que Colombia pueda encontrar un camino de paz (…) porque la paz es porvenir, y lo otro pasó”.
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