¡Qué emocionante tema vamos a abordar hoy! Preparen sus cristales mágicos y sus varitas de incienso, porque hoy vamos a sumergirnos en el fascinante mundo de la astrología, esa maravillosa creencia que nos permite culpar a los planetas de todos nuestros problemas y frustraciones, porque nos dice que los movimientos celestiales determinan nuestro destino y que Mercurio retrogrado es la fuente de todos nuestros problemas cotidianos ¿Pero por qué demonios la gente sigue creyendo en esto? Permíteme ponerme mi bata de psicóloga cósmica y explorar el asunto.

Pero, antes de que los astrólogos me pronostiquen infortunios en mi carta astral y me envíen al exilio de las estrellas, quiero dejar claro que respeto las creencias de cada persona. Cada uno es libre de creer en lo que desee, ya sea en la astrología, en la existencia de unicornios coloridos o en que la tierra es más plana que una tortilla.

Hace unos días estábamos en Mercurio retrogrado, me entero del asunto porque varios de mis amigos y de personas que sigo en redes le anuncian al mundo cuando esto sucede, previniéndolos de todos los infortunios que esto puede causar. Es increíble, pero hasta venden libros que te explican cómo salir bien librado de Mercurio retrogrado. Les explico, según los astrólogos, Mercurio retrogrado ocurre cuando este planeta comienza su retroceso aparente y todo en nuestra vida se vuelve al revés. Se dice que las comunicaciones se entorpecen, los contratos se arruinan, los electrodomésticos se rebelan y hasta nuestros amores se desvanecen en el aire cósmico. Nadie se salva de Mercurio ¡es el bromista celestial!

Pero, vamos a analizar esto desde una perspectiva más científica, ¿de acuerdo? La retrogradación de Mercurio no es más que una ilusión óptica causada por las diferentes velocidades orbitales de los planetas en nuestro sistema solar. Mercurio parece moverse hacia atrás desde la perspectiva de la Tierra. Pero solo parece, porque en realidad sigue su órbita normal. Es como cuando adelantas a un carro en la carretera y parece que va hacia atrás. ¿Crees que eso afecta al funcionamiento del coche? Pues lo mismo con Mercurio.

Repite después de mi: No hay una fuerza mágica planetaria que afecte nuestras vidas. La psicología nos enseña que los seres humanos tienen una fuerte necesidad de encontrar significado en sus vidas. Y, ¿qué mejor manera de encontrar significado que culpar a Mercurio cuando te olvidas de pagar la factura de la luz? Porque, claro, la razón por la que olvidaste pagar la factura es que un planeta “retrocedió” su órbita ¡Gracias, Mercurio retrogrado, por arruinar mis finanzas personales! Si tu microondas deja de funcionar durante Mercurio retrogrado, es probable que necesite un arreglo o que simplemente haya llegado al final de su vida útil. Si necesitabas llegar temprano a una cita muy importante y se te espicha una llanta, se debe a las razones normales por las cuales se pinchan las llantas. Si te sale un grano en la cara, algo te picó, tu piel es grasa o son las hormonas. Convéncete, Mercurio retrogrado no tiene la culpa. Nada de lo que te suceda tiene que ver con la ubicación de un cuerpo celeste a miles de kilómetros de distancia.

Es gracioso cómo atribuimos nuestras desgracias a la posición de un planeta en lugar de analizar las decisiones que tomamos o las acciones que realizamos. “Mercurio retrogrado hizo que mi jefe me despidiera” o “Mercurio retrogrado arruinó mi cita romántica”. Quizás, solo quizás, nuestro jefe nos despidió porque llegamos tarde todos los días, o nuestra cita romántica fue un desastre porque hablamos sin parar sobre nosotros mismos. La astrología nos ofrece una cómoda excusa para no asumir responsabilidad y echarle la culpa a un pobre planeta que (obviamente) no tiene idea que existes.

La astrología también alimenta nuestra tendencia a creer en la magia y lo sobrenatural. Porque, sinceramente, ¿Quién necesita explicaciones científicas cuando puedes simplemente atribuir tus éxitos y fracasos a la posición de los astros? ¿Estudiaste arduamente y trabajaste duro para conseguir ese trabajo? ¡Bah! Fue Júpiter en conjunción con Plutón lo que te impulsó hacia el éxito. Claro, eso tiene mucho más sentido.

Y no olvidemos el aspecto social de la astrología. Es divertido y emocionante sentarse con amigos a leer el horóscopo y buscar similitudes en nuestras personalidades. “¡Oh, eres un Leo! Eso explica por qué eres tan egocéntrico y dramático”. ¡Qué genial es generalizar y etiquetar a las personas según el mes en que nacieron! Aparentemente, tu carácter y todo lo que eres como persona se reduce a la posición del sol en el momento del parto ¿Quién necesita años de psicología cuando puedes simplemente mirar tu signo del zodiaco?

La astrología interpreta la ubicación de los astros y sus constelaciones, para adivinar el futuro y  definir rasgos de la personalidad. En Babilonia se origina la astrología que conocemos hoy, ellos usaban cartas astrológicas para predecir  las estaciones y los eventos celestes. Pero, un día cualquiera, los babilonios miraron el cielo y se inventaron historias sobre las estrellas, y ahí fue cuando se jodió todo. Entonces, vinieron los griegos adoptaron la astrología, le dieron un enfoque filosófico y mitológico. Y fue cuando nació el zodíaco, que divide el cielo en doce sectores que se asocian a los doce signos, que a su vez representan a doce animales simbólicos. Cada signo tiene un planeta regente, un elemento, un número preferido, una tendencia que determina y atribuye una personalidad, etcétera. Pero también los egipcios aportaron su granito de arena, ellos crearon las casas astrológicas que se usan hoy en día.  Ah la astrología una ciencia milenaria que revela los secretos del universo (eso dicen por ahí).

Hagamos un pequeño ejercicio de reflexión para así intentar entender por qué la gente cree en la astrología.

Imagínate esto: un día, alguien te dice que tu personalidad y tu destino están codificados en los cielos ¿No te parece una idea fascinante? ¿A Quién no le gusta pensar que hay un gran plan cósmico detrás de nuestras vidas monótonas, aburridas y ordinarias? Así que, preferimos imaginar que nuestro destino lo predeterminan la posición de los planetas, en vez de tomar las responsabilidades por nuestras decisiones y acciones.

Creer en la astrología les permite a las personas escapar de la realidad y los hace sentirse especiales. También, nos da una manera de entendernos a nosotros mismos y a los que nos rodean, de encontrar nuestra razón de ser, un sentido a la vida y de conocer el incierto futuro. La humanidad siempre ha sentido fascinación  por el cielo, los astros y por sus misterios, la astrología nos hace creer que existe una conexión mágica entre lo que pasa arriba y lo que pasa aquí abajo. Nuestra vanidad y egoísmo afloran, cuando nos sentimos identificados con las cualidades positivas de cada signo y a su vez justificamos todos nuestros defectos debido a las influencias negativas de las constelaciones y planetas. A través de la astrología nos auto engañarnos y negamos la responsabilidad de nuestros actos y sus consecuencias.

Al creer en la astrología, pensamos que no tenemos el control de nuestras vidas y así buscamos razones para justificar lo que nos sucede a diario e intentamos encontrar el significado de nuestra vida en el movimiento de los astros. Al fin y al cabo, es mucho más místico, divertido e irresponsable pensar que los planetas controlan nuestras vidas.

Pero, ¿Qué pasa cuando las personas creen que su signo zodiacal determina su carácter, su destino y su compatibilidad con otras personas? Pues que están cayendo en una falacia lógica llamada efecto Forer o efecto Barnum. Consiste en que las personas tienden a aceptar como válidas y personalizadas unas afirmaciones genéricas y ambiguas que en realidad podrían aplicarse a cualquiera. Por ejemplo, si te digo que eres una persona sensible, creativa y con un gran potencial, seguramente te sentirás identificado. Pero eso no significa que yo te conozca o que tenga poderes adivinatorios. Simplemente estoy usando frases vagas y halagadoras que funcionan para casi todo el mundo. Si lees que eres una persona honesta y optimista porque eres Leo, te sentirás identificado y pensarás que la astrología es cierta. Y si lees lo mismo siendo Capricornio, también te sentirás identificado. Es decir, los astrólogos usan afirmaciones tan ambiguas y universales que cualquier persona puede creer que las describen a la perfección.

Las personas que creen en la astrología sufren de sesgo de confirmación, es cuando se recuerda, interpreta y busca sólo la información que confirma nuestras creencias, pensamientos y expectativas, entonces inconscientemente ignoramos o rechazamos la información que contradice lo que pensamos. Por ejemplo, si eres Géminis y lees que hoy tu día va a estar lleno de sorpresas, sólo te fijarás en cualquier cosa fuera de lo normal que te pase y enseguida pensarás que es una señal del destino. Si lees lo mismo siendo Escorpio también vas a creer lo mismo. Y si tienes un día aburrido y rutinario siendo Géminis, pensarás que es una excepción o que has leído mal el horóscopo.

El sesgo de confirmación explica por qué los horóscopos parecen acertar siempre, aunque sean vagos y generales. Los creyentes en la astrología solo prestan atención a lo que coincide con su signo y su situación, y olvidan lo que no tiene nada que ver.

Los astrólogos te dicen exactamente  lo que necesitas oír en ese momento y te quitan el miedo al futuro, adivinando a través de las estrellas lo que supuestamente te va a pasar. Te hacen creer que ellos tienen una conexión mágica con el universo y que ven los mensajes que envían las estrellas. Muchos aprovechándose de tu credulidad y de tu necesidad de encontrar un sentido a tu vida.

No hay ninguna evidencia científica de que los astros influyan en nuestra personalidad o en nuestro futuro. Lo único que influye es nuestra propia voluntad y nuestras decisiones.

Si eres de esas personas que culpan a Mercurio retrogrado de todas sus desgracias, debes reflexionar sobre ello y  tomar las riendas de tu existencia. El único destino que realmente importa es el que tú construyes, no aquel que supuestamente está escrito en las estrellas, porque no hay nada escrito en las estrellas.

La próxima vez que alguien te diga que los Aries son impulsivos, los Tauro muy tercos, los Géminis volátiles e inconstantes, los Cáncer muy sensibles, los Leo soberbios y arrogantes, los Virgo unos perfeccionistas irremediables, los Libra seductores, los Escorpio unos celosos incontrolables, los Sagitario aventureros y viajeros, los Capricornio maniáticos del trabajo y ambiciosos, los Acuario rebeldes sin causa o los Piscis unos soñadores irremediables, simplemente no hagas caso. Tu carácter,  personalidad y tu destino no dependen de la posición de los planetas. Dependen de ti mismo.

Nunca vas a evitar que los astros se muevan y si piensan que los movimientos de los cuerpos planetarios son los culpables de tus desgracias, nuevamente te repito, estas equivocado. Tú eres el único responsable de tu destino, no las estrellas.

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