Así controlé el cáncer

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LA RADIOTERAPIA COMO OPCION CONTRA EL CÁNCER

En 1895 en Alemania, Wilhelm Rontgen descubrió una potente forma de energía capaz de atravesar la mayoría de los tejidos vivos. La llamó rayos X.

En París, los esposos Pierre y Marie Curie, comenzaron a rastrear en la naturaleza fuentes nuevas de rayos X. En la República Checa, encontraron un nuevo elemento más radiactivo que el uranio, le dieron el nombre de radio.

Con el tiempo la radiación afectaría la médula ósea de Maria Curie, produciéndole una anemia permanente. Se comprobó que el radio atacaba el ADN.

En 1896 en Chicago, el estudiante de medicina Emil Grubbe tuvo la idea de utilizar radiación para tratar el cáncer. Empezó a radiar a una mujer afectada de cáncer de mama. El tratamiento tuvo éxito relativo, sin embargo, algunos meses después el cáncer hizo metástasis en la espina dorsal, cerebro e hígado de la mujer, quien falleció. Este fue el inicio de la oncología radioterápica.

La radiación tenía sus límites, uno de ellos al igual que la cirugía, consistía en que solo podía utilizarse para tratar cánceres confinados, sin tener efecto en tumores que ya habían producido metástasis. El segundo límite era mucho más serio: ¡La radiación producía cánceres!

Marie Curie murió de leucemia en 1934. Emil Grubbe, también sucumbió a los efectos de la radiación crónica. Murió en 1960 en Chicago, con múltiples formas de cánceres que se habían diseminado por todo su cuerpo.

La American Cancer Society, afirma: “Hoy día, la radiación es una parte importante del tratamiento contra el cáncer, pues más de la mitad de todas las personas con esta enfermedad reciben radiación al menos como parte de su terapia”.

Esta institución expresa también que: “La relación entre la radiación y el cáncer fue confirmada hace muchos años mediante estudios de los sobrevivientes de las bombas atómicas en Japón, la exposición de los trabajadores en ciertos trabajos, y los pacientes tratados con radioterapia para el cáncer y otras enfermedades. La radiación no siempre destruye inmediatamente las células cancerosas ni las células normales. Puede que tomen días e incluso semanas de sesiones de radio para que las células comiencen a morir, y puede que continúen muriendo por meses después de completar el tratamiento […]  Por esta razón, la radiación puede causar efectos secundarios que pudieran no presentarse sino hasta mucho tiempo después del tratamiento”.

La única persona que puede establecer la relación costo-beneficio de esta opción, es el paciente.

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