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La migración del manatí del Amazonas en riesgo por presas hidroeléctricas

  • El manatí del Amazonas pasa la temporada de altos niveles de agua alimentándose en bosques inundados, pero migra hacia cuerpos de agua permanentes y más profundos para superar la temporada seca.
  • La propuesta de presas hidroeléctricas en el Amazonas complicaría su migración, lo que “genera una profunda consternación por su conservación”

(Mongabay Latam)

Después de un día de trabajo duro y febril para liberar su bote del fango de la cuenca del Amazonas, el científico Eduardo Arraut se inspiró de súbito a estudiar el cronometraje —y los peligros— de la migración del manatí del Amazonas.

Arraut, biólogo brasileño, estaba haciendo trabajo de campo y viajando en bote a lo largo de los canales del río que conectan dos lagos en las llanuras aluviales de la Amazonía oeste de Brasil. A medida que la estación seca se aproximaba, los niveles de agua fueron cayendo y Arraut halló su ruta bloqueada allí donde un canal se había secado. El pasar tres horas tirando de su bote a través de 300 metros de fango provocó que se preguntara cómo la población local de manatíes cronometraba su viaje para evitar atascarse a lo largo de la misma ruta.

Manatí del Amazonas. Foto: Federico Mosquera
Manatí del Amazonas. Foto: Federico Mosquera

El manatí del Amazonas (Trichechus inunguis) pasa la temporada de altos niveles de agua alimentándose en bosques inundados, pero migra hacia extensiones de agua permanentes y más profundas para superar la temporada seca. Aunque la comida es escasa en estos lagos más hondos, de permanecer en aquellos superficiales y aislados de las llanuras aluviales, los manatíes quedarían vulnerables a ataques lo mismo de humanos que de jaguares.

En su estudio subsecuente, Arraut, de la Unidad de Investigación de Conservación de Vida Silvestre, de la Universidad de Oxford, y sus colegas encontraron que los cuellos de botella migratorios como el que bloqueó su bote son acontecimientos frecuentes a lo largo de las rutas de migración de los manatíes. Los investigadores advierten que esos cuellos de botella de la temporada seca se volverán ciertamente más comunes y menos predecibles si los cientos de presas hidroeléctricas planeadas para el Amazonas continúan adelante —lo que agregaría otro estresor serio a esta ya amenazada especie.

El estudio, publicado en Acta Amazónica, se enfocó en los lagos de las llanuras aluviales y en los canales conectados con el Lago Amanã, en la región media del Solimões, del estado de Amazonas, donde los niveles de agua fluctúan hasta 16 metros anualmente. El lago Amanã es uno muy profundo al que se le conoce como ria y sirve como refugio del manatí durante la estación seca.

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Arraut y su equipo combinaron información del rastreo por radio de diez manatíes salvajes (seguidos por varios períodos de tiempo entre 1994 y 2006) con un detallado estudio de profundidad tridimensional de los lagos y canales de sus hábitats tanto de niveles acuáticos altos como bajos. Esta información se complementó mediante imágenes satelitales en el pico de la temporada del nivel bajo de agua de cada año, que muestran dónde se forman los cuellos de botella, y se calibró con un hidrógrafo producido por un medidor de agua en uno de los lagos.

Usando esta información, fueron identificados cuatro lugares de cuello de botella, los cuales variaron en longitud desde los 800 metros hasta los 10 kilómetros. Tres de ellos se presentaron cada año, o casi cada año, y el cuarto únicamente dos veces entre 1992 y 2005. La información también reveló un nuevo cuello de botella de 5 kilómetros que se creó en el curso de tan solo 15 años.

La información del rastreo por radio permitió que el equipo de investigación notara cuándo empezaban la migración los manatíes y que estimara la profundidad del agua de los cuellos de botella cuando los animales pasaban a través de los mismos. La migración empezó abruptamente casi en todos los casos; una aparente respuesta de los manatíes a la profundidad local del agua fue la señal para viajar fuera del lago. Este cronometraje preciso significó que los manatíes pasaran a través de los cuellos de botella apenas días antes de que se secaran, lo que maximizó su tiempo en las tierras con alimentos abundantes de los lagos de las llanuras aluviales.

Foto: Galen Rathbun / USFWS
Foto: Galen Rathbun / USFWS

Hacer un buen cronometraje es crucial, dicen los investigadores, pero se podría volver mucho más difícil —aun imposible— si se construyen las presas planeadas a través de la cuenca del Amazonas, algo que “genera profunda consternación por la conservación de los manatíes”, escribe el equipo.

Río abajo, las presas trastornan los ciclos de inundación y el flujo de sedimentos, los cuales en conjunto forman la llanura aluvial amazónica. El impacto potencial de múltiples embalses planeados dentro de una sola de las subcuencas del Amazonas, la del Tapajós, ha sido llamada una “crisis en ciernes”.

Aunque los manatíes son capaces de responder a la naturaleza dinámica de las llanuras aluviales, que incluye que se creen nuevos cuellos de botella migratorios durante sus períodos de vida, no es muy probable que su comportamiento adaptativo sea suficiente para que sobrevivan la retención y liberación errática de agua de las presas, explicó Arraut, quien está afiliado también a la División de Percepción Remota del Instituto Nacional de Investigación Espacial, en Brasil.

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“Primero, si uno mira al efecto sistémico de estas presas en la cuenca, las inundaciones no solo se modificarán, sino que también se volverán impredecibles”, dijo. “Esta impredecibilidad hace la adaptación conductual mucho más difícil. Segundo, muchos de los individuos seguramente morirán antes de que hayan aprendido a lidiar con este ambiente nuevo, lo cual es un problema para una especie que ya está amenazada por la extinción”.

El manatí del Amazonas está clasificado como Vulnerable por la UICN, como consecuencia de siglos de cacería luego del descubrimiento europeo de la Amazonía, de la caza local moderna, el comercio y el enredo que sufre entre los equipos de pesca. (Seis de los diez manatíes estudiados que se etiquetaron y rastrearon por radio, fueron cazados por comunidades locales en el transcurso de la investigación). Las presas pueden exacerbar estas amenazas, a medida que la población humana —y por tanto, la demanda de carne— incremente durante y después de su construcción.

Más allá de cualquier especie individual, “la verdadera cuestión en juego es un ecosistema muy [rico], hermoso y complejo”, agregó. Otro estudio nuevo e importante ha determinado que las muchas presas que se han propuesto tan solo para las cabeceras de los Andes amazónicos podrían ser catastróficas para los ecosistemas de la cuenca del Amazonas y para millones de personas.

Una versión ampliada de este reportaje fue publicada en Mongabay Latam. Puedes leerla aquí.

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