En los últimos años el concepto del inicio de la vida del ser humano se ha convertido en un tema de discusión, que se mueve entre lo religioso, ideológico y político. Una realidad biológica se ha convertido en flexible y relativa, según se quiera justificar una posición ideológica, ir contra un dogma religioso o hacer una nueva ley civil.
Pero me gustaría hoy entender dónde está la duda de quienes no tiene claro en qué momento se da el inicio de la vida. Ante esto la pregunta es: ¿la realidad biológica puede ser discutible? Debería ser obvio que desde lo biológico la vida inicia con el proceso de fecundación. Pero, entonces, ¿en dónde está la duda o el equívoco? El problema es la categorización, pues se quiere dividir el preciso momento de la fecundación en minutos, horas o días. Con pocas o más células, ¿en qué momento somos capaces de ver esa vida clasificada o asumida como persona humana? Podríamos resumir la realidad frente a la vida en dos puntos de vista: por un lado, la dualidad entre mente y cerebro, donde lo personal y biológico termina siendo valorado en términos de un proceso orgánico; y por otro, la separación entre lo personal y lo biológico -mente y cuerpo-, donde el último es algo que se posee, pero no se es, y así se manipula en forma voluntaria. Entonces, al pertenecer a la especie humana no hay implícita ninguna relevancia ética; solo es persona o ser humano si se logra madurar la autoconciencia, la racionalidad, lo sociable… Voy a resumir la cronología del momento en que somos especie humana y persona humana: los gametos se identifican, se activa la liberación de iones de calcio, se organizan los cromosomas y se dispara la información conocida como epigenética; es decir, se empiezan a expresar los genes. En pocas horas aparece el zigoto y en este momento no es una célula simple, sino es donde se alberga la vida misma, donde está la información del individuo y su expresión fenotípica. Luego desaparecen las membranas de los gametos y se hacen una sola, se producen cambios de las hebras del ADN y se empiezan a expresar unos genes y otros a inhibirse, dándose así las propias características de ese individuo. El zigoto no es una célula especial que pueda dividirse y producir otras células, realmente es un individuo que empieza desarrollarse en el tiempo y desde estructuras básicas aparecen los órganos y sistemas. En este momento ya las células abran migrado y estará claramente dividido el individuo en dorsal y ventral, cefálico y caudal. Así seguirá la organogénesis que estará hasta el día quince. En la octava semana aparece la llamada cresta neural, que es el eje del sistema nervioso central, momento en el cual hablamos de la etapa fetal. De aquí en adelante sigue el crecimiento y desarrollo de las estructuras, los órganos y las funciones. Lo que sigue es una íntima relación entre la madre y la progresiva autonomía del embrión frente a la ganancia de peso, estabilidad de sus funciones cardiovasculares y la preparación para el día del parto. Podemos ver, entonces, que es un problema cronológico. Nos encontrarnos con un zigoto-embrión de pocas horas o un anciano octogenario. No hay diferencia en el concepto de ser persona humana en estos dos casos. Por esto la libertad de vivir de cada persona está definida por el valor de cada vida y la razón de existir. Al principio requerimos de mayores cuidados como especie y somos más débiles que otras especies que nacen y ya son independientes. La vida es un proceso cronológico. Una vez realizada la concepción se activa el milagro biológico, fisiológico y químico, donde el ADN transmite unos genes, estructura un ser humano con características propias que son irrenunciables y se dan de manera secuencial. Podemos decir que en la fecundación nos hacemos personas y, progresivamente, nos vamos constituyendo en todos los órdenes al crecer, al mejorar las funciones, al madurar neurológicamente, al adquirir elementos constitutivos y propios de la persona humana. Qué tanto socialicemos y desarrollemos nuestras funciones intelectivas o nuestra capacidad de realizarnos en los grupos humanos en donde nos desempeñemos, será fruto de la capacidad de la sociedad a la que lleguemos y de la evolución de la misma para recibirnos y prodigarnos mayores oportunidades de desarrollo personal y social. Con este resumen sobre la vida biológica queda claro que el reconocimiento de persona humana se da en el preciso momento de la fecundación; lo demás es cuestión de ver el desarrollo de la potencialidad biológica expresada desde el ADN y las maravillas neuroquímicas y biológicas que desencadenan el crecimiento de un ser humano. Cada quién tendrá que ver lo fáctico de un hecho biológico demostrado por la ciencia y evidenciado con cada nueva vida. Allí verá si con el relativismo ético o moral se permite cambiar elementos de la biología y tratar de mudar una realidad eficiente que no es discutible desde la evidencia médica. Lo demás son ideologías o puntos de vista que pregonan el inicio de la vida con el nacimiento o a las 12 semanas de gestación o quizás cuando podamos caminar, comunicarnos o tener nuestro primer computador. Esas son posturas ideológicas y políticas incompatibles con la realidad científica ya demostrada. Esta evidencia científica hace que quienes con perspectiva de fe o sin ella se encuentren en el mismo punto respecto al inicio de la vida y realidad de la persona humana: y ese es el momento de la fecundación.
jgorthos
Médico Universidad El Bosque,Especialista en Ortopedia Y Traumatología Hospital San José, Fellow visitor research Foot and Ankle University Pittsburgh Medical Center, Especialista en Bioética , Universidad de La Sabana, Egresado P. D. D, Inalde , Black Belt Six Sigma, Director Grupo Investigación Trauma y Rehabilitación (Minciencias C) Clínica Universidad de La Sabana,Harvard T.H Chan School of Public Health: Health XXI Century: Workshop for Latin American Care Executives. Magister en Teologia