El Cuento

Publicado el ricardogonduq

Fajardo tiene la palabra…

Llegó el momento de escuchar a Sergio Fajardo tomar posiciones sobre lo que quiere hacer si es presidente el próximo año. Después de que fuera elegido como candidato de la esperanzadora Coalición Colombia, el reto que tiene para comenzar en serio la campaña es ponerle fin a sus eufemismos en temas económicos o de sociedad, para mostrar desde ahora ideas con carácter. Nadie le está pidiendo que se matricule en la izquierda o la derecha, pero sí tendrá que despejar con muchas respuestas, las dudas a la tibieza que tantos le critican.

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Por: Ricardo González Duque

En Twitter: @RicardoGonDuq

A los que nos gusta la fiesta de las elecciones, pero las que se disputan con ideas y no con clientelismo, nos hubiera gustado ver una consulta popular en marzo entre Jorge Robledo, Claudia López y Sergio Fajardo para elegir el candidato presidencial de la Coalición Colombia. Habría sido una oportunidad de oro para tener millones de votos y conocer realmente qué tanta fuerza tenían, no solo en encuestas, los tres precandidatos. Pero no fue así y como pasa muchas veces, lo urgente le ganó a lo importante y para mantener con vida la unión, tuvieron que elegir por consenso al exgobernador de Antioquia.

El asunto no merece mucha más discusión, excepto por la diáspora que algunos temen que esté comenzando en la Coalición Colombia por la decisión de ungir a Fajardo. Se dice que algunos que han apoyado a Claudia López se irían con candidatos como Humberto De la Calle e incluso Gustavo Petro, quien además recibiría un gran caudal de votos del Polo supuestamente inconforme con un Fajardo a quien ven como un neoliberal. Todo lo anterior tiene una explicación en la indefinición del hombre de Compromiso Ciudadano a la hora de opinar y proponer.

La anterior puede ser solo una tormenta pasajera mientras se reacomodan las fuerzas, pues es innegable que muy a pesar de los cuestionamientos de congresistas como Rodrigo Lara a la encuesta de Invamer, Fajardo lidera o está en el “primer lote” en todos los sondeos hechos hasta ahora. El chaparrón del que hablo pasará cuando Fajardo se quite el miedo de empezar a decir con sinceridad lo que piensa de los temas que le importan a sus electores y que nuevamente tome partido, como cuando aceptó ser parte de la Coalición. Seguramente con Robledo y Claudia López como coequiperos y haciendo las veces de jefes de debate, podrá encarrilar un programa que sea realmente atractivo.

Los ataques del uribismo y el vargasllerismo ya han llegado sin timidez, así él no haya dicho nada, por lo que es evidente que no tiene nada qué perder frente a ese sector político y sí mucho qué ganar frente a otro menos extremo, con un discurso que además de la lucha contra la corrupción, cautive a la sociedad colombiana, necesitada de solucionar sus problemas del día a día y cansada del mismo discurso de la misma clase dirigente de hace 200 años.

Por eso, quisiera poderle preguntar al candidato de la Coalición, al que está en esa posición por su grandiosa trayectoria, pero también por la grandeza de los senadores Robledo y López; si está de acuerdo o en desacuerdo con las siguientes afirmaciones o preguntas, que podrían despejarnos muchas dudas sobre ‘dónde está parado’. Porque como alguna vez dijo Carlos Gaviria, al hablar de Fajardo: “No se puede gobernar sin ideología. Uno puede ser Alcalde sin ideología, pero no puede ser Presidente sin saber qué tipo de sociedad quiere”

Van algunas a continuación:

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¿Le suena la idea de prohibir o restringir la publicidad de alimentos para niños que contentan altas dosis de azúcar y sodio?

¿Después de haberse firmado un acuerdo de paz con la guerrilla más grande del país, debería empezar a disminuirse el tamaño del Ejército para que sus recursos se inviertan en otros asuntos más importantes?

¿Está de acuerdo con mantener beneficios tributarios a las empresas mineras y petroleras para que sigan invirtiendo en el país?

¿Cuando un menor de edad se encuentre sufriendo por una enfermedad y no pueda decidir por sí mismo, debería permitirse la eutanasia para él siempre y cuando los dos padres estén de acuerdo?

¿Dejaría que Uber siguiera operando en el país concluyendo que sea legal la aplicación y el servicio de transporte que presta?

¿Es partidario de que se elimine de las materias obligatorias de los colegios públicos la enseñanza de religión porque eso está causando que primen los valores católicos sobre los demás y es inconstitucional en un estado laico?

¿Cree que los precios de los pasajes aéreos que en ocasiones llegan a un millón de pesos para vuelos nacionales, deben mantenerse sin regulación del Estado porque es la única manera de que haya una buena competencia?

¿Cree que el ESMAD cumple una labor necesaria para mantener el orden y la institucionalidad del país y que hay que mantener ese escuadrón?

¿Sería partidario de tomar para el Estado y entregarles a algunos campesinos grandes extensiones de tierras que no se están usando, para que las cultiven?

¿Cree que la educación en el país debería reformarse para enfocarse en la búsqueda y especialización del trabajo desde pequeños y así eliminar materias que no aporten a una formación laboral?

¿Aunque los grafiteros no deberían ser estigmatizados ni penalizados, sí sería mejor tener ciudades con espacios públicos lo más limpios posible de estas expresiones?

¿Cree que hay que mantener a las EPS en Colombia porque ha sido el modelo que ha garantizado la cobertura y su eliminación podría causar un caos mayor para el sistema de salud?

¿Así no reciban dineros públicos, las corridas de toros deberían estar prohibidas en el país y por lo tanto desvirtuarse la condición de expresión cultural a través de un referendo?

¿Para garantizar la universidad pública totalmente gratuita y de calidad, estaría dispuesto a vender una empresa pública como Ecopetrol?

Será muy valioso que Fajardo, pero también los otros candidatos presidenciales, tengan la palabra y empiecen a resolver desde ahora algunas de estas preguntas, para que por lo menos haya un debate transparente y no nos engañen a los electores diciéndonos que no son de derecha ni de izquierda, una estrategia que ya está copiando Iván Duque en el Centro Democrático. No tengan vergüenza de sus ideas y de la forma que gobernarían con ellas.

 

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