El Mal Economista

Publicado el El Mal Economista (EME)

9 “tips” para criticar mejor políticas públicas

Por: Nicolas Peña

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¿Sí Uber, o no Uber? ¿Arriba el precio del café, o abajo? ¿Sí TLC, o no? Criticar políticas es una de las tareas esenciales de los economistas; sin embargo, nosotros los economistas, podemos dar ayudas para que los no-economistas también las puedan criticar. Y como lo que hacemos no es muy difícil, pues acá resumiré cómo lo hacemos.

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Hace poco leí una publicación basada en teoría de juegos de la Universidad de Berkeley llamada “The Demand for Bad Policy when Voters Underappreciate Equilibrium Effects”. El documento se basa en que las malas políticas son culpa de los demandantes, ya que ellos no saben escoger entre una buena y una mala política. Y el documento, al decir demandantes, se refiere a nosotros, los que votamos. Para un político, lo que piense o no la sociedad es un factor esencial, de esta manera muchos se abstienen de pasar reformas o ideas al Congreso por miedo a que no sean aceptadas por la sociedad; lo curioso es que si estas reformas pasaran, serían beneficiosas para toda la comunidad. Esta investigación dice que algunos políticos no proponen reformas eficientes debido a que los votantes no ven realmente los efectos indirectos, o de largo plazo, de las políticas. Así, si la comunidad no puede apreciar bien las políticas propuestas, los políticos que terminarán electos no serán los más apropiados.

En esta columna, daré nueve “tips” por medio de los cuales espero guiar a los votantes; orientarlos a un camino donde la crítica se haga de una manera formal. A su vez, mediante estos “tips” básicos, espero que los no-economistas puedan apreciar mejor las buenas políticas propuestas por los políticos y así llevar a que su voto ayude al progreso del país.

Toda reforma económica tiene sus cosas buenas y malas. Algunas veces, las cosas buenas se quedan solo en intenciones y las cosas malas ocurren en la realidad, sin embargo, hay que aprender a mirar de dónde surge y hacia dónde va dirigida cada política. Por lo tanto, enumeraré las cosas, que a mi parecer, son importantes y necesarias al momento de hablar, bien o mal, de una acción económica.

1) Las políticas económicas suelen afectar dos partes, tanto la demanda como la oferta. Por ejemplo, cuando el Estado decide subir o bajar el precio de la gasolina. Esto afecta tanto a los que la venden, los extractores de petróleo, como a los que la compran, los camioneros y los particulares. De esta manera, es importante tener en cuenta que una política afecta a todos, por lo que es importante mirar qué tanto afecta a un sector y qué tanto beneficia a otro, pero toca mirar quién necesita más un “empujoncito” del Estado.

2) A la hora de evaluar políticas, es importante mirar cuánto afecta a unos y cuánto beneficia a otros; esto en economía se llama un “trade-off”. Pero a su vez, hay que mirar si el número de personas beneficiadas es mayor al número de las afectadas. Por ejemplo, algunos proyectos económicos no se pueden realizar debido a que la Constitución protege mucho a ciertas minorías, pero estos proyectos, aunque no se muestren de manera explícita, terminan beneficiando a muchos más colombianos. Por lo tanto, aunque no sea sencillo de analizar, hay que lograr mirar la cantidad de afectados y beneficiados de una política con el fin de mirar si esta es efectiva o no.

3) Algo molesto en el país, o en las familias colombianas, es que las personas creen que por criticar todas las políticas son expertos en el tema. Un buen crítico es el que logra explicar y entender todos los puntos de una política, tanto como explicar con qué intención fue ejecutada y por qué salió o no mal. Así, no se enfoque en criticar todas las políticas que hace el alcalde Petro, el presidente Santos y el gerente del Banco de la Republica; vaya más allá y sea un mejor crítico.

4) La economía, por poco que parezca, es una rama diferente a la política por más de  que estén muy conectadas. De esta manera, a la hora de criticar una política publica, no se deje llevar por quién la ejecuta, sino por el porqué de su ejecución. Un partido político no es un sello de buenas o malas políticas; todos tienen sus altibajos.

5) En Colombia, las personas están muy prevenidas con la política; malas jugadas han llevado a la sociedad a estigmatizar a los políticos como un sector corrupto y mentiroso. No obstante, esto no se vuelve una excusa; la frase “todos esos son unos corruptos” no es un argumento para decir si algo es bueno o malo. Cabe resaltar que cada vez más, las políticas se basan en argumentos y entidades académicas; por ejemplo,  el actual Ministro de Hacienda es un académico puro, así como el DNP (Departamento de Planeación Nacional), Fedesarrollo, el CEDE (Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico) y demás instituciones son importantes centros de gran influencia en nuestros políticos.

6) Una parte importante y que muy poca gente mira son los datos. Luego de algunos años, las personas de izquierda y demás regionalistas seguían criticando el TLC con algunos países, sin embargo, mirando las cifras, algunos ni siquiera habían empezado a afectar en nada ningún rubro económico. Los datos son importantes a la hora de mirar efectos, luego hay que verificar que las referencias que damos, y dan, son veraces para poder darle fuerza a nuestros argumentos. Algunas fuentes de datos son: Ministerio de Hacienda, DNP, DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), Banco Mundial, Fedesarrollo, Fondo Monetario Internacional, ELCA (Encuesta Longitudinal Colombiana de la Universidad de los Andes), Banco de la Republica y demás. ¡Una cifra vale más que mil palabras.

7) No hay que fijarse en la ideología para criticar, pero tampoco hay que mirarla para elogiarla. Que el ministro tenga doctorado en Harvard tampoco dice que la política sea buena, aunque ese detalle le de seguridad y confianza a sus ideas, no hace que estén exentas de fallas.

8) Los medios de comunicación son una manera de enterarse de la situación de país, más no todo lo que dicen tiene que ser verdad. En los medios, las personas suelen criticar partidos políticos y no a políticas hechas, de esta manera sus crítucas son sesgadas a ideologías y no a hechos prácticos. De la misma manera, no se guíe por lo que las masas dicen, tampoco por lo que las tradiciones digan, puede que ninguna de elllas esté bien. Una manera de guiarse es basándose en fuentes no sesgadas, fuentes más académicas, como universidades o centros de investigación, algunas partes de las cuales uno puede leer críticas académicas a políticas publicas son: REPEC, CEDE, La silla vacía y alguna que otra columna de los medios. Igualmente,  otra muy buena opción, es un blog del espectador llamado “El Mal Economista”. ¡No hace daño un poco de publicidad!

9) Se debe leer con lo que se está de acuerdo y con lo que no se está. No tenga una opinión fija. Por mucho que usted crea que lo que piensa es correcto, puede estar errado. Investigue, lea, infórmese, compruebe, sustente, debata. ¡Pregunte! Las personas inteligentes son las capaces de aceptar cuando no están en lo correcto. A su vez, tampoco está mal aceptar que no se tiene una opinión clara con respecto a un tema; es preferible aceptar su “ignorancia” a hablar sin argumentos.

Un ejemplo claro para aplicar los nueve “tips” sería una reforma tributaria que aumentara los impuestos. Según los datos del 2010, Colombia tiene un recaudo tributario del 17,3% del PIB, mientras que el promedio de la OECD (un club donde pertenecen solo los países más prósperos del mundo) es 33,8% y el de América Latina ,19,4%. Lo que nos dice que en Colombia se cobran muy pocos impuestos. De la misma forma, muchos de los modelos macroeconómicos de largo plazo muestran cómo un aumento en los impuestos puede llevar a un crecimiento sostenido en el largo plazo, por lo que sería muy recomendable aumentarlos. Sin embargo, un político que proponga aumentar los impuestos, no creo que gane muchos votos, y a su vez, las personas no votarían por él con el argumento de “quieren robar más”, el cual en este caso, puede que sea válido. Por el otro lado, unos mayores impuestos afectan las dos partes. Pueden llegar a disminuir el consumo, debido a que los impuestos disminuyen el ingreso y aumentan los costos, lo que en definitiva afecta a lo consumidores y a los productores. Pero también pueden aumentar los ingresos del Estado, lo que serviría para mejorar rubros como la educación, la movilidad, la salud y demás.

Para concluir, evaluar políticas no es sencillo. A pesar de esto, escribí nueve “tips” para no dejarse llevar por el camino de la criticadera sin sentido, y con base en estos nueve consejos, espero que la perspectiva con la que usted miraba la política haya cambiado. Por último, quiero decir que hacer política no es sencillo; hay muchos sectores de presión y capital limitado que impiden muchas cosas, muchas de las ideas que usted escucha como “es que no invierten en educación”, “es que como no cuidan el medio ambiente” y demás, las cuales son ideas que puede que sean verdaderas, pero no son tan fáciles de volverlas reales, y por medio de esta columna, espero puedan mantener una conversación sobre política más seria y formal de lo que las tenían antes.

Referencias:

Interpreting Economic Statistics. (2012, June 8). Retrieved from http://www.inkcinct.com.au/web-pages/australian/political/2012–political.htm

Dal Bó, E., Dal Bó, P., & Eyster, E. (2015). The Demand for Bad Policy when Voters Underappreciate Equilibrium Effects. Berkeley University. Retrieved from http://faculty.haas.berkeley.edu/dalbo/demand_for_bad_policy.pdf

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