Así controlé el cáncer

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EL PERVERSO DOCTOR FATA

El oncólogo Farid Fata, destrozó con quimioterapia la vida de cientos de pacientes que no tenían cáncer en los Estados Unidos.

Personas afectadas asistieron al juicio para relatar sus escalofriantes historias, varios llegaron caminando con un bastón en la mano o con vendas en sus articulaciones debido al desgaste que les causaron las fuertes horas de quimioterapias a las que se sometieron por varios años para superar un cáncer, que nunca tuvieron.

Robert Sobieray,  acudió a Fata y recibió un tratamiento de quimioterapia durante dos años y medio. Las sesiones fueron tan fuertes que los dientes se le cayeron y la mandíbula le empezó a cambiar de forma. ¡Nunca tuvo cáncer!

Chris Sneary, consultó a Fata para ser tratado por cáncer testicular de 2010 a 2013.  «Le di toda mi confianza a este hombre para que me acompañara junto con mi familia en el proceso que estaba a punto de iniciar», dijo el paciente. Descubrió después del arresto del médico, que le habían dado  una quimioterapia más cara y severa de lo necesario y, peor aún, se le había retirado un testículo, lo cual no era pertinente desde el punto de vista médico.»El doctor Fata se aprovechó de mi confianza en él, de mi miedo a morir y, sobre todo, de mi elevado seguro médico», concluyó.

El médico proporcionó a los pacientes  un medicamento que se debe aplicar máximo ocho veces y él, por obtener más dinero, lo suministró hasta por 94 ocasiones.

Prescribió, deliberadamente, más de nueve mil inyecciones e infusiones innecesarias para, por lo menos, 553 pacientes durante un periodo de seis años, tratamientos que ascendieron a un monto de casi 35 millones de dólares en pagos de seguro. El fraudulento doctor, citaba cincuenta o sesenta pacientes al día para dedicar a cada uno escasos cinco o diez minutos.

Una mujer en estado terminal pasó los últimos instantes de su vida discutiendo con su familia porque cuestionaban su decisión de declararse en bancarrota para poder seguir costeando la atención de Fata.

Según la investigación federal, al momento de su captura su consultorio compraba 45 millones de dólares anuales en fármacos. Un informe de 2015 sobre tendencias en oncología, señala que el promedio que gasta un oncólogo de tiempo completo oscila entre 1.5 y 1.9 millones anuales.

El 10 de julio de 2015, fue sentenciado a 45 años en una prisión federal. La Fiscalía exigía 175 años de cárcel.

 

 

 

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