Memorias deportivas

Publicado el @Memordonez

El Santa Fe de Ómar Pérez

Se han jugado seis fechas de la Liga Postobón y Santa Fe es el equipo que, por ahora, mejor juega. Con un partido más, comparte el liderato con el Cúcuta, pero tiene un estilo más definido que el conjunto motilón. Sin embargo creo que quien marca la verdadera diferencia es el volante argentino Ómar Pérez, un futbolista diferente, superior al promedio en el balompié criollo, en el que los jugadores se acostumbraron a mecanizar movimientos y se olvidaron de pensar, de inventar.

El 10 albirrojo hace casi siempre lo correcto, ni más, ni menos. Es claro con el balón en sus pies, lo aguanta cuando es necesario, porque además lo protege bien, y lo entrega de primera cuando la jugada lo exige. Como nadie ha sabido aprovechar a dos carrileros como Luis Carlos Arias y Yulián Anchico, con quienes se junta para preparar la jugada por un costado y terminarla por el otro. Vertical cuando hay espacios, tocador en los momentos en los que no hay por dónde generar peligro, apoyado por una exquisita técnica y una mente más veloz que la de los demás. Porque un gran porcentaje de su éxito radica en que entiende el juego, lo interpreta, algo que curiosamente para personas que llevan 20 años jugando, no es común, aunque debería serlo.

Pero Pérez también marca. Es capaz de tirarse al piso y ganarse una amarilla. Lo que pasa es que solo lo hace cuando su equipo queda mal parado y el rival monta un contragolpe. No gasta más de lo que tiene. Además, es muy importante en el juego aéreo defensivo, porque cabecea y se ubica bien. Hace algo que pocos jugadores hacen en Colombia: ataca la pelota.

El argentino, que completó 50 goles en 119 partidos vestido de rojo y cumplirá 32 años el próximo 29 de marzo, llegó a Bogotá en 2009 y bajo su batuta el club ya ganó tres títulos, la Copa Colombia de ese año, la Liga 2012 y la Superliga 2013, un tesoro para la institución, que con él como estandarte, mejoró su imagen corporativa y sus figuras.

Por eso, así como en los años 60 y 70 se hablaba del Santa Fe de Alfonso Cañón, el mejor jugador en la historia del equipo, ahora nos referimos al Santa Fe de Ómar Pérez, un jugador que está dejando huella y que se encargó incluso de cambiar el estilo de juego, porque el conjunto cardenal dejó de ser el de el temperamento, la garra y la lucha, para ser ahora el de la tenencia de la pelota, la técnica y el toque vistoso.

El reto ahora, para Pérez y para el equipo que dirige Wilson Gutiérrez, será mantener el rendimiento hasta mayo y junio, que es cuando realmente se definen los títulos. Será difícil, sobre todo en la Copa Libertadores, en donde como mínimo hay que avanzar a la siguiente ronda, pero en el torneo local sin duda Santa Fe tiene con qué dar la pelea, así dependa demasiado de su 10, un hombre que idolatra la tribuna y que con su fútbol se metió en la historia del primer campeón de Colombia.

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