Hace un par de meses estaba en el concierto de Fonseca y Andrés Cepeda en el Movistar Arena, en Bogotá, con mis hermanas. El concierto inició y todos felices coreábamos al unísono las canciones de estos dos artistas. Poco después de iniciar las primeras canciones, notamos que detrás mío estaba una mujer que en su semblante reflejaba que padecía alguna enfermedad degenerativa, no tenía fuerzas para ponerse de pie como todos y al ponernos de pie nosotras le tapamos el escenario. Decidimos con mis hermanas no ponernos de pie para no taparle la vista y cuando lo hiciéramos nos corriéramos de tal forma que ella pudiera seguir disfrutando el concierto.
Una mujer que estaba a mi lado no hacía más que saltar y al ver que tenía el espacio que yo no ocupaba porque me había hecho a un lado, más saltaba y se corría tapando toda la vista de la señora de atrás. Me acerqué y le dije que detrás de nosotras estaba esta señora, que por favor fuera considerada y no le tapáramos el escenario ya que se notaba que no tenía fuerzas para levantarse. Se dio vuelta, la miró y se sentó de mala gana como refunfuñando. A los 30 segundos se volvió a poner de pie, a pesar que en toda la grada estábamos sentados. La actitud fue egoísta, seguía saltando y se fue corriendo de tal manera que tapaba completamente a la señora, sin importarle que detrás suyo había una persona, que por alguna razón que no sabemos, solo podía disfrutar el concierto sentada.
Esta actitud de esta mujer me sorprendió mucho, esa indolencia es absolutamente lamentable. ¿Qué haría esa mujer si la que estuviera en esa grada, tratando de disfrutar un concierto, a pesar de su situación de salud, fuera su mamá?. ¿Su actitud sería la misma?. No creo. O para no ir muy lejos, si ella fuera la que estuviera en los zapatos de la señora de atrás, cómo le gustaría que las personas que estaban delante de ella se comportaran?
Esto me hizo reflexionar y recordar nítidamente a mi mamá, que con su cáncer, trataba de sacar fuerzas para seguir disfrutando los momentos de la vida, como un concierto y que a veces por más que quisiera no se podía poner de pie, no tenía fuerzas y que haya gente tan poco compasiva, me parece triste, pero entiendo que seguramente no han pasado por esa situación e invito a que miremos más allá, incluso en los momentos de felicidad quién necesita un poco de nuestra compasión.
Creo que todos debemos tener en cuenta que por más que estemos viviendo momentos de felicidad, a nuestro alrededor siempre hay personas que no están en las mismas condiciones que uno y ahí la vida pone a prueba qué clase de seres humanos somos.
En esos pequeños detalles se conoce realmente a las personas y no hay que minimizar esas actitudes y dejarlas pasar. Ojalá esa persona esté leyendo esto y se acuerde de ese momento, de lo insensible que fue.
Nos tiene que doler lo que le pasa a otro, de lo contrario estamos robando aire.
«Cada persona que conoces está peleando en una batalla de la que no sabes nada. Sé amable y considerado Siempre»
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