LA CASA ENCENDIDA

Publicado el Marco Antonio Valencia

DEBATE: IDENTIDAD DE POPAYÁN 21

Christian Perafan Simmonds · La tadeo

Excelente rectificación, pues generalizar nunca es bueno. Conozco muchísimos foráneos que no solo aman nuestra ciudad si no que han hecho mucho por ella, como también se de gentes, no solo foráneas, popayanejos también, que no respetan la ciudad, sus tradiciones y su idiosincrasia. Creo entender lo que Marco quiso decir en su polémico artículo, no lo expresó correctamente tal vez, pero si es verdad que hay una diversidad de gente que le falta amar, conocer, disfrutar de este hermoso lugar donde vivimos. Solo trabajando unidos, los que habitamos Popayán, podremos tener una ciudad mejor.

Moka Moka · Universidad del Cauca

Sin duda reconocer los errores es de valientes, pero queda un sinsabor…, el mismo que invita a que reflexionemos acerca de los impactos tanto positivos como negativos que aspectos estructurales como la tolerancia, los estereotipos, las discriminaciones, el racismo, la xenofobia, las mentalidades, la cultura, el desarrollo y las políticas sociales implementadas han «de-construido sociedad»; esto y mucho más, finalmente para pensarnos la ciudad que queremos y que necesitamos.

Julio Cesar Ulcue · Técnico Administrativo en Algo Muy Importante

Es bueno abrir un debate sobre el tema que generó este Artículo, sondeando objetivamente la opinión de nuestros semejantes que vienen de cualquier región.

Tomas Sin Hache · Cualquiera

Es elogiable cuando se pone en duda ciertas premisas y se acepta que se cometen errores. Que eso sea o no de humanos, poco interesa. Lo que sin embargo sigue llamándome la atención es que pida disculpas para insistir en lo mismo que ya había escrito anteriormente. Dice el columnista, en una parte en donde reflexiona acerca de su oficio, que se debe opinar con fundamentos. Evoca más adelante una literatura universal vaga…casi la nada se podría reconocer en esa apuesta. La literatura sobre migraciones gira en muchas direcciones, se enclava en profundos debates, forma opiniones disimiles: no existe, pues, dicha literatura. Si, en cambio, es un tema sobre el que se puede encontrar una diversidad no unívoca de investigaciones, opiniones, artículos, etc. Sin embargo, este es sólo el primer paso para llegar a lo que se podría llamar de la «suma de todos los desperfecto del pensamiento arrempetido»: quien aunque reconoce un error persiste en el mismo. Llama, entonces, a las siempre salvadoras Ciencias Sociales. Y eh aquí el punto del asunto: que indagan sobre una supuesta condición del «miedo al otro». No, realmente no se equivoca al decir que las ciencias sociales hicieron su reino en la exotización de lo otro, en su imagen de peligro y fascinación, podría sugerir algunos nombres de cientistas sociales anclados en ese paradigma, todos ellos, no obstante, del siglo XIX y principios del XX. Las ciencias sociales han derivado hacia una forma distinta de ver este supuesto peligro, una forma crítica de esas nociones anteriormente planteadas. Simplificando un poco el argumento podría decirse que lo que se indaga es: como se construye al otro como objeto del miedo y para qué. Y usted lo ha dicho muy bien, para querer plantear diferencias irreconciliables entre quienes creen ser la reencarnación de lo bueno, de lo moral, de lo estético, de la historia, de la tradición y quienes siempre estarán por debajo de esa historia, apagados bajo la mirada de la arquitectura colonial, de la iglesia católica. El ejemplo más claro de eso es el famoso Morro. Bajo la estatua de Bolívar se encuentra años y años de historia indígena que subimos y bajamos sin darnos por enterado, sin que eso importe. Nadie ha sido capaz de tener una lectura creativa del Morro en los conflictos históricos por los que Popayán a atravesado. Están más interesados en mantener las paredes tan blancas como el pensamiento.

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