Catrecillo

Publicado el Ana Cristina Vélez

Creatividad en el diseño de una tetera

Suponga el lector que se ve en la tarea de diseñar una tetera. Todos los seres humanos imaginamos antes de crear. Lo primero que tenemos que hacer es definir qué es una tetera: recipiente para preparar y servir el té, con una tapadera y un pitorro para verterlo. En Wikipedia dice: una tetera es el recipiente donde se hierve el té u otras infusiones mediante aplicación directa de una fuente de calor. También es el recipiente que se utiliza para servirlo posteriormente en tazas o vasos. Suele ser una vasija de metal, porcelana, loza o barro, provista de tapadera y de un pico con colador interno o externo. En este tipo de recipiente se pueden añadir las hojas del té directamente, o mediante una bolsa de té, después se añade el agua y se espera a que esta se caliente o hierva, dependiendo del tipo de té o infusión. Quedémonos con esta última definición, pues nos da más información. De allí podemos sacar unas necesidades generales que nos van a guiar en el diseño del objeto.

Debe ser resistente al calor, debe poder contener agua y una boca ancha para poner el agua en el recipiente, al menos un pocillo, pero pueden ser dos o tres, debe tener un pitorro, que no gotee, idealmente; deben poderse colar las hojas, para que estas no caigan en el pocillo, también tener una tapa, para que el líquido no se enfríe muy rápidamente.

La forma estará definida por la función que es: poner agua adentro, calentarla, tener espacio para las hojas de té, y luego colar las hojas al verter el líquido, muy probablemente, en un recipiente pequeño (taza o mug).

La forma estará definida por la función y las leyes físicas: la gravedad y el calor. Si la tetera es muy estrecha en la parte inferior y el volumen mayor se encuentra en la parte superior, puede carecer de suficiente equilibrio y fácilmente voltearse, lo cual derramaría la infusión. Si la base es más estrecha que la parte superior habrá, a su vez,  menos superficie en contacto con el calor, e, idealmente, ya que vivimos afanados, estaremos interesados en que el calentamiento se efectúe con eficiencia de tiempo. Si el material es buen conductor del calor, por ejemplo, de plata o de aluminio, el agua se calentará muy rápidamente al poner la tetera al fuego, pero así rápidamente se va a enfriar. Si la tetera es de barro, el agua va a demorar más en hervir, pero una vez el material esté caliente permanecerá así más tiempo.

Cabe aclarar que si el objeto cumple una función distinta de la original, ser decorativo, obra de arte o poseer un gran valor, ninguno de los requerimientos que se discuten en esta página será importante.

En principio, un cilindro con base y un pequeño pico en la zona superior sería la tetera más elemental. Volvámosla un poco más compleja: pongámosle un asa, para no tener que sujetar el cilindro cuando está caliente y para manipular el objeto, de manera que sea más fácil verter la infusión. Luego pongámosle una tapa. Ahora imaginemos lo que casi todo el mundo ha imaginado: que ese cilindro se infla hacia los lados y más o menos se convierte en una semiesfera. En un torno, para barro, esta pieza en cerámica semiesférica es muy sencilla de construir, por eso es muy común encontrarla así, en casi todas las culturas.

La tetera de Utah, utilizada en los dibujos animados de Pixar.

Ahora, siguen detalles de diseño: asegurar la tapa, casi siempre se hace por medio de una pieza saliente pero en la parte interna, para que esta no se caiga cuando inclinamos la tetera para verter el líquido; el tamaño y la forma del asa. El asa debe ser suficientemente fuerte para soportar el peso de todo, y debe ser cómoda para la mano, servirle a manos grandes y pequeñas, de niños y de adultos. Y luego aspectos como la limpieza. A los diseñadores se les olvida que limpiar el objeto debe ser fácil y que idealmente no deberían necesitarse cepillos especiales. La mano con la esponjilla debe caber en el interior de la vasija. El material interno no debe tener textura rugosa pues eso complica la limpieza.

Estos requerimientos se satisfacen sin dificultad, pero existen otros: los emocionales, los de estatus, los tecnológicos. Una tetera simple, a lo mejor, no satisface las necesidades de un cliente exigente, no satisface los anhelos creativos de un diseñador. Una tetera simple puede ser insuficiente para un amante de la tecnología. Pues los objetos pueden cumplir su función de múltiples maneras, pueden significar emocionalmente, económicamente o subir el estatus de su dueño, incluso del espacio que ocupan.

Los creativos se salen de la zona de seguridad; dejan a un lado lo conocido  e incursionan en posibilidades nuevas. La tetera inclinada de Ronnefeldt deja la forma tradicional, el asa está colocada en la parte superior y, sobre todo, está diseñada para quedarse en tres posiciones distintas. Su diseñador sale de lo tradicional y diseña pensando en el movimiento, en el equilibrio, en la función pero de otra manera. Además, fue diseñada para una cadena de hoteles y para cumplir una función “especial”: la de ser distinta, la de comunicar al mesero las necesidades del cliente, la de brindar al cliente una nueva experiencia. El mesero debe explicar al cliente lo que significa la posición. Entonces, comienza por colocar la tetera de espaldas. Luego pone las hojas en el compartimiento diseñado para esto. Luego, la llena con agua hirviendo. Una vez el té se ha preparado, se levanta la tetera. Finalmente, se pone verticalmente para que el agua no bañe las hojas y la mezcla no se vuelva amarga. Cuando no queda más infusión, la tetera se coloca de espaldas y el mesero “lee” el mensaje, para retirarla y traerla de nuevo con más té.

Tetera inclinada de Ronnefeldt

La creatividad surge al buscar analogías. Otros son los resultados de diseño cuando el deseo es comunicar, por ejemplo: la relación del té con la naturaleza. Claramente vemos que la tetera recuerda un tronco de árbol.

La creatividad surge al traer ideas de un reino distinto. El diseñador creativo quiere que la tetera parezca un animal, y en movimiento, en esta caso un arácnido:

La creatividad resulta de la síntesis. El diseñador en esta tetera se da cuenta de que existe un parecido formal entre el cuello del cisne (la posición que algunas veces adopta) con la posición del asa respecto al recipiente.

La creatividad resulta del absurdo, de la ironía, del humor. Cuando el diseñador quiere hacernos reír, entonces sustituye el asa por otra cosa: las piernas de una mujer.

 

Cuando el diseñador creativo usa el color y la textura para atraer, y le pone patas y medias de rayas. O cuando el objeto es al mismo tiempo que tetera un gran ojo que nos mira.

Whimsical-Purple-Teapot-with-Striped-Legs de Natalya Sots

La creatividad puede apartar al objeto de su forma tradicional y llevarlo a otra forma no reconocible. La forma puede ser trasformada hasta el punto de confundirnos. No reconocemos el objeto, pero todavía este cumple su función.

Brecher-Sculptural Teapot

Pero la función puede ser la de dar estatus. En ese caso debe costar mucho o ser escasa o ser antigua o ser de colección o ser de un diseñador famoso o haber pertenecido a alguien famoso.

de Marianne Brandt (1924) Bauhaus.

La tetera de la Bauhaus, resuelve su forma usando objetos geométricos simples, como esferas y círculos. Esta tetera está hecha en plata, y expuesta en el Museo Británico.

De Michael Graves

El pájaro silba cuando el agua hierve
Tetera china, antigua, de alabastro. Una tetera de colección, más para mostrar que para usar.

La creatividad puede estar al servicio del estatus. Una tetera puede servir para demostrar que se es inmensamente rico. Esta idea de forrar algún objeto en diamantes ha sido muy común en los objetos sagrados, como los cálices de las iglesias, las cruces; y en los objetos profanos también: las coronas de los reyes, las calaveras de Damian Hirst y hasta los broches de algunas carteras. Es de mal gusto, pero hay que inventar la manera de hacer los objetos exclusivos.

Tetera forrada en diamantes y rubíes, con pitorro en oro.

Dejemos a un lado el costo, y dirijamos la atención a la tecnología. La siguiente es una tetera muy conocida con un avance tecnológico menor (respecto a las teteras de barro o metálicas): el colador metálico va en el centro y el vidrio templado y resistente al calor da trasparencia al objeto dejándonos saber cuándo la infusión se ha terminado.

Diseñador: Michael Graves

El siguiente ejemplo es tetera y cafetera. La comunicación del objeto es nula. Para enfrentarnos a este especimen necesitamos un manual de instrucciones. Los amantes de la tecnología llegan a absurdos como este. Las cafeteras que necesitan ser alimentadas con un vasito que trae el concentrado de café (se han popularizado) son una aberración cultural, ridículas desde todo punto de vista, pero sobre todo antiecológicas.

tea-maker-Simon-Jenkins. Cafetera y tetera para amantes de la tecnología.

El absurdo también es una solución de diseño. El absurdo nos hace pensar, nos hace entender y ver lo invisible. El absurdo, la negación de la función, es una herramienta maravillosa de creatividad.

Imposible de usar, se hizo famosa en la carátula del libro de Donald Norman, The Design of Everyday Things.

La imaginación y la creatividad pueden poner nuevos elementos en un elemento conocido, que se relacionan pero de otra forma. La tetera puede ser también un objeto artístico lleno de calor humano.

Tetera del artista Ronit Baranga.

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