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Ahora y que la culpa es de Apple

Por estos días una de las noticias que más ha circulado en redes sociales, ha sido la demanda que un practicante de leyes instauró en contra de Apple.

Chris Sevier, de 36 años ha sostenido que por falta de un filtro anti-pornografía en su computador, se había convertido en un adicto a este tipo de contenidos en la Web, provocándole el abandono de su esposa, y la posterior depresión que no le ha permitido trabajar.

Parece una de esas historias, “aunque usted no lo crea”. Es totalmente real y verídica y ya lleva varios días circulando por los principales diarios online. Aunque aún no hay alguna respuesta de parte de Apple, el documento de la demanda de Sevier se basa en que “nadie en la Apple Store le advirtió que observar imágenes pornográficas y videos podría provocar adicciones, incluyendo adicción a la excitación; ni tampoco que el dispositivo pudiera ser una puerta de entrada a contenidos que pudieran causar una reprogramación de su cerebro, lo que llevó al fin de su familia, desempleo y cambios no deseados en su vida”.

Siendo objetivos, la justificación del sujeto podría rayar en el descaro y conchudez. Ante este tipo de situaciones, cómo se puede culpar a la compañía del tipo de contenidos online que consume el usuario, si es él quien decide qué consumir. La empresa vende el aparato, su labor se centra en que este se encuentre en las mejores condiciones y le brinde una excelente calidad al consumidor, pero es él quien decide cómo usarlo y de qué manera.

Actualmente el mercado es variado y más competitivo. Cada vez, son más las personas que utilizan los dispositivos móviles, solamente en Colombia durante el último año la venta de smartphones creció un 278%, ubicándolo como líder en crecimiento mundial. De esta manera, ante la revolución digital y el acceso masivo a la Web, las personas en el mundo están en permanente conexión. Y ese “estar conectados siempre, en todo lugar y a cualquier hora”, está directamente relacionado con lo que los internautas consumen y a su vez con los contenidos que se están produciendo.

En ese sentido, se habla de algunas conductas o excesos de usos de parte de los mismos consumidores. Alguien podría decir, que los contenidos que ofrece la Web deben estar orientados a mejorar la calidad de vida de las personas, al estar en contra de la pornografía online, sin embargo es una realidad que los productos de entretenimiento, ocio y diversión son los que más consumen los usuarios.

La autopista de la información está concebida como una plataforma sin barreras ni restricciones a la que todos pueden acceder y hallar lo que necesiten. Ellos cliquean, cliquean y cliquean, ¿a qué le dan clic, es su decisión? Sevier es un usuario cualquiera, que dejó que el mundo virtual desechara su realidad, a tal punto de consumir alto contenido sexual online sin prever las consecuencias. Un simple filtro anti-pornografía es la base de su denuncia y de ahí, la rellena con absurdos argumentos en los que Apple nada tiene que ver, fue él quien hizo la elección de qué consumir, cómo hacerlo y hasta qué punto. Las adicciones conductuales al ciberespacio son una realidad y una de las mayores razones obedece al acceso ilimitado.

 

Eliana Álvarez Ríos
Directora de contenidos
Colombia Digital

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