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¿Por qué el Fin de las Redes de Narcotráfico no está cerca?

Por Jairo F. Gudiño

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Las redes de narcotráfico sobreviven debido a que se encuentran fragmentadas y se pueden integrar fácilmente a otras redes de actividad económica. La Guerra contra las Drogas fue efectiva en la detención de sus principales jefes, pero inefectiva para destruir estas redes en su conjunto.

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Fuente:Detención de narcotraficantes. Fuente: Steve McNiven, The New York Times.

La lucha contra el narcotráfico se ha centrado en eliminar sus jefes con la esperanza de estos se aíslen cada vez más y por tanto sea más fácil eliminarlos por medio de la persecución. En efecto, el objetivo de eliminar a estos líderes se ha cumplido bajo metas más o menos aceptables. Pero afirmar que el fin del narcotráfico como actividad económica que genera beneficios extraordinarios está cerca, es mucho más discutible. Mi percepción es que no, el fin no está cerca y el obstáculo principal para acabar con este tipo de organizaciones está en las estrategias para lograrlo.

La persistencia de estas redes como organización descansa en su capacidad de fragmentación o de atomización ante la intensa lucha que las autoridades han librado en su contra.  Cada vez actúan de forma más independiente, sobreviviendo a partir del estrechamiento de lazos cada vez más lejanos. Actúan con mayor grado de autonomía, y por esta razón es más difícil realizar operaciones decisivas en su eliminación (Duncan, 2005). Esta capacidad de trabajar juntos pero independientemente les permite tener dos ventajas:

(1)   Las estructuras de mando se pueden conservar en la medida que dejen de conectar subgrupos o bandadas de narcotraficantes por regiones y obtengan información a partir de lazos pequeños o poco decisivos. Los narcotraficantes han aprendido las lecciones de la violencia de los noventa cuando las autoridades militares apoyadas por organismos de inteligencia estadounidenses eliminaron a sus socios más importantes basándose en técnicas de negociación (reducción de años en la cárcel, aprovechamiento de antagonismos entre bandas, confesiones forzosas, etc.,), de manera que si se puede obtener información rápida capturando a los individuos más decisivos dentro de la red el fin de estos líderes estarían cerca (Salazar y Restrepo, 2011);

(2)  Capacidad de transformación en múltiples formas. Los grupos de narcotráfico persisten a través de grupos pequeños, estableciendo y eliminando relaciones rápidamente al encontrarse en peligro la red completa. Por lo tanto, pueden desarrollar múltiples estructuras para continuar con sus operaciones. Se pueden desmontar jefes rápidamente, crear alianzas inesperadas entre grupos pequeños para eliminar grupos acerca de los cuales las autoridades tengan bastante información para conseguir su eliminación (Duncan, 2005).

Los narcotraficantes han aprendido que pueden caer fácilmente ante operaciones militares sorpresivas que los delaten, de manera que tratan de continuar sus operaciones sin depender excesivamente de un mando único.

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Fuente:Cultivos de cocaína. Fuente: Steve McNiven, The New York Times.

Entender la forma de organización comentada permite discernir los efectos sobre el precio y cantidad de cocaína producida:

(a)  Los rendimientos crecientes por hectárea de cocaína sembrada ha permitido desarrollar tecnologías de ocultación y mejoras de productividad pese a la caída de la producción de la cocaína. Por tanto, no necesitan espacios muy visibles y pueden soportar caídas en el precio de la cocaína producida, disparando aún más la fragmentación (Mejía y Posada, 2007).

(b)  Las operaciones con glifosato para acabar con la cocaína han sido inefectivas (Mejía y Gaviria, 2011). Los grupos pequeños tienen alta movilidad y por eso pueden sobrevivir.

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Figura1:Valor agregado en el eslabón de la cadena de producción de cocaína. Fuente: Mejía y Rico (2010).

(a)   Continúan obteniendo beneficios gigantescos derivados del alto precio de la cocaína porque la Guerra contra las Drogas no se ha centrado en su comercialización (que es donde están los grandes beneficios) sino en su producción, como se puede observar en la Figura 1.

Las formas de operación han sido estudiadas ampliamente por la teoría de redes (Strogatz y Watts, 1998; Barabási y Albert, 1999; Burt, 2004). La Guerra contra las Drogas, por lo tanto, si bien ha reducido exitosamente la importancia de sus líderes, ha acelerado su capacidad de transformación, persistiendo sin  recurrir tanto como antes a asesinatos u otros delitos. El fin por consiguiente no está cerca.

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Figura 2. Fuente: Policía Nacional de Colombia.

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Figura 3. Fuente: Fundación Ideas para la Paz.

Aunque las tasas de homicidio en general han caído, siguen siendo altas para el caso de ciudades como Cali, Buenaventura y Medellín, como se puede observar en las Figuras 2 y 3, así que es importante entender por qué está ocurriendo esto.  Una hipótesis derivada de la explicación anterior es que a pesar de los beneficios que conlleva trabajar de forma independiente, es cada vez más difícil establecer jerarquías dentro de éstas redes, disparando disputas entre los grupos de narcotraficantes por los controles de ciertas zonas del país y por tanto disparando cascadas de violencia persistentes (Salazar y Frasser, 2013). La falta de dirección por parte de un solo jefe hace muy sensibles a estas organizaciones ante situaciones inesperadas. Es por eso que en ciudades como Cali y Buenaventura los asesinatos de líderes de pequeños subgrupos se han vuelto frecuentes.

Extensiones: la persistencia de pandillas y altas tasas de homicidio en Cali

Un fenómeno nuevo y relacionado está ocurriendo en los últimos años en la ciudad de Cali, como lo ha documentado Castillo (2014). Las redes de narcotráfico están utilizando su capacidad de fragmentación para formar alianzas con pandillas para que cometan actos delictivos como extorsión u homicidio. Entonces, las pandillas cumplen una función de intermediación.

En consecuencia, la capacidad de transformación de las organizaciones dedicadas al narcotráfico hace que puedan integrar dentro de su estructura organizaciones delincuenciales de diversos tipos. Las redes de narcotráfico se amalgaman a otras estructuras para sobrevivir. Ahora las actividades dedicadas al tráfico de cocaína ya no operan por sí solas, sino que se entrecruzan con ventas informales, empresas de construcción, etc.

Es cierto que estas  alianzas son muy propensas a destruirse rápidamente debido a que ha sido más fácil para la Policía Nacional seguir la pista a las pandillas por medio de redes sociales electrónicas, operaciones sorpresa en los barrios más pobres, etc. Pero también ha favorecido la fragmentación de las actividades delictivas, haciendo que persistan las cascadas de violencia difundidas ahora por medio de otros grupos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Barabási, A., Albert, R., (1999). “Emergence of Scaling in Random Networks”, Science, Vol. 286 (5439), 509-512.

Burt, R., (2004). “Structural Holes and Good Ideas”, American Journal of Sociology, Vol. 110 (2), 349-399.

Castillo, M., (2014). “Las Pandillas y las Oficinas de Cobro: Una Relación de Agencia”, El Observador Regional, Vol. 29, 1-4. Universidad del Valle.

Duncan, G., (2005). “Del Campo a la Ciudad en Colombia: la Infiltración Armada de los Señores de la Guerra”. Documento CEDE 2005-2. Universidad de los Andes.

Mejía, D., Rico, D., (2010). “The Microeconomics of Cocaine Production and Trafficking in Colombia”. Documento CEDE 2010-2. Universidad de los Andes.

Mejía, D., Gaviria, A., (2011). “Políticas Antidroga en Colombia: Éxitos, Fracasos y Extravíos”. Foco Económico.

Mejía, D., Posada, C., (2007). “Cocaine Production and Trafficking: What do We Know?”, Borradores de Economía. No. 444.

Salazar, B., Restrepo, L., (2011). “Lethal Closeness: The Evolution of a Small World Trafficking Network”, Desafíos, Vol. 23 (2), 197-221.

Salazar, B., Frasser, C., (2013). “Menos cocaína, más violencia”, Economía Institucional, Vol. 15 (29), 327-334.

Watts, D., Strogatz, S., (1998). “Collective Dynamics of ‘Small World’ networks”, Nature, Vol. 393, 440-442.

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