Sentimiento Embajador

Publicado el sentimientoembajador

“De tumbo en tumbo”

Sin las nefastas presencias de López y García, el destino deportivo de Millonarios, bajo el mando de Arango y Páez, aparenta ser peor que el de sus predecesores.

Preferí guardar prudente silencio mientras pasaban las primeras fechas del torneo y de la Copa Postobón para ver si el equipo adoptaba las enseñanzas del nuevo cuerpo técnico y se acomodaba al nuevo modelo administrativo, pero no, todo es peor, no levantamos cabeza y el futuro aún se ve negro.  Pero vamos por partes.

En primer lugar veamos que pese a toda la deuda que venimos arrastrando desde hace muchos años y que se acrecentó de manera inaudita durante la administración López (para citar un pequeño ejemplo, Millonarios perdió durante el ejercicio 2009 más de 5 mil millones de pesos),  José Roberto Arango logró traer algunos jugadores y hasta el momento ha procurado mantener su nómina al día, para darle estabilidad a la nómina y el cuerpo técnico.

Por otra parte, lo sucedido con el proyecto de ley que pretende la transformación de los equipos del fútbol colombiano en sociedades anónimas, que no logró ser aprobada en la pasada legislatura y que aún debe volver a cursar todo su trámite en el Congreso, fue un duro golpe para los planes de la nueva sociedad en formación.

Con esto en mente y con un equipo prácticamente igual al del semestre pasado, se han afrontado los dos torneos en curso.  Y aunque las primeras presentaciones frente a Equidad y Cali parecían ser prometedoras, el transcurrir de los días y de los encuentros nos ha dejado con la lamentable imagen de los encuentros jugados esta semana frente al Once Caldas y al Bucaramanga.

Millonarios es un equipo extremadamente débil y lo voy a explicar línea por línea.  En defensa no tenemos un arquero seguro, pues Obelar no inspira confianza, no es un hombre que marque la diferencia en los momentos de apremio y por el contrario le quema el balón en los momentos difíciles; Luis Delgado apenas ha tenido oportunidad, pero la inseguridad de su zaga se ve reflejada en él.

La línea del fondo, aparte de Mera, es un colador.  No hemos podido conseguir un buen lateral o marcador de punta… Quiero ser reiterativo en decir que Perlaza es un desastre como jugador de fútbol y que al parecer nadie de la nómina está capacitado realmente para ese puesto o para el que está cubriendo Luis Fernando Mosquera, quien por decir lo menos, debería pararle el carro al técnico y exigirle que lo ponga a jugar en su posición y no en la actual, pues la tribuna ya le está reclamando sin mirar que  juega donde no le corresponde.  Por otra parte, Alejandro Cíchero no debería estar jugando, pues es lento y aún le falta adaptación… Es injusto que el técnico haya sentado a Henriquez para darle paso a su compatriota.

En el centro el panorama no mejora.  Con excepción de Robayo, quien ha mejorado notablemente su nivel respecto a temporadas anteriores, que entre el diablo y escoja.  Primero al técnico le dio por inventar con Omar Rodríguez en un puesto que no era, luego paso por Elkin Blanco que está probablemente en su peor momento y que justamente contra su antiguo equipo dejó una pésima impresión; por ultimo, Amaya ha cumplido con lo mínimo, no sobresale, no es líder, no empuja al equipo, no se compromete; si estuviéramos en el colegio, apenas pasaría con 3.

La línea de creación y su manejo han sido el mejor ejemplo de cómo el técnico no conoce su nómina y prefiere improvisar.  En el partido del pasado domingo tuvimos en la cancha a nuestros cuatro volantes (Estrada, Ulloque, Vásquez y González) y no funcionó de ninguna manera.  Lo del antioqueño Jonathan Estrada es paupérrimo, no entiendo por qué volvió al equipo; Erwin González debería por dignidad retirarse de la profesión; Ómar Vásquez sigue en formación y con peligro de quedarse en ese proceso; y John Jairo Ulloque, con algunos destellos, es medianamente el mejor de la zona, abonándole que con él volvimos a tener a alguien que genera peligro con el cobro de los tiros libres.

Arriba creo que vamos por el mismo camino del semestre anterior.  Yovanny Arrechea hace algunos goles pero no es desequilibrante y Lionard Pajoy, si fuera bueno, ni el Cali y mucho menos el Cúcuta hubieran prescindido de sus servicios; es lento, pesado, sin movilidad y las pocas pelotas que le quedan para rematar son mal definidas.  En pocas palabras, no tenemos quien haga un gol.

Ya va siendo hora que el señor Páez estabilice los once titulares, que deje de hablar golpeadito del equipo ante los medios y que se dedique seriamente a trabajar, porque al paso que va, terminará como en Alianza Lima, donde demostró que es un buen seleccionador (de su equipo nacional), pero un muy mal director técnico.

Por último, quiero pedirle al señor José Roberto Arango que apriete tuercas en el equipo, ahora que todavía es tiempo de enderezar el camino.  Él esta acostumbrado a tratar con sindicatos complicados, así que no creo que un grupo de futbolistas le vayan a tomar del pelo.

A la hinchada le pido que no abandone.  Ahora es el momento de estar ahí, apoyando y apretando.  La cercanía con los puestos de descenso y promoción nos obliga a sacar resultados y al parecer muchos se están acostumbrando a la mediocridad de partidos como el de este miércoles, cuando clasificamos por cuenta de un milagro.  Comprar nuestra boleta nos da el derecho no solo de ver un partido, sino también nos da potestad de exigirle a los once jugadores que saltan a la cancha que suden la camiseta y que dejen hasta el último aliento en procura de un resultado positivo.

Esperemos que el descanso obligado de este fin de semana le de al equipo la posibilidad de trabajar más y mejorar en todas sus zonas, para que en nuestra próxima salida contra el Huila, se vea un cambio favorable, que debe verse reflejado en una victoria inobjetable.

MI NOTA AL PIE

El miércoles por la Copa Postobón, Millonarios no clasificó por haber sido el mejor de la serie.  Pasó por que fuimos menos malos que los rivales de turno.  Es risible que se haya cobrado la serie completa de cinco lanzamientos desde el punto penal por cada equipo y solo se hayan convertido tres goles.  Una efectividad entre los dos equipos del 30%.  Ese es el verdadero nivel de nuestro fútbol, tampoco nos metamos mentiras.

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