Mi Opinión

Publicado el Ben Bustillo

¿Marcha por la Paz o Contra las FARC?

La verdad que con los últimos acontecimientos tanto como de las FARC y el gobierno, y si se tratase de hacer otro movimiento social con todos los colombianos incluyendo a los que vivimos en el exterior, no tiene sentido hacer manifestaciones en favor de conseguir una paz. ¿Qué significado tendría? ¿Cuántas veces hemos escuchado las mismas peroratas? ¿Hasta cuándo vamos a continuar educando generaciones con el estigma de una guerra inútil?

Es difícil de creer en las promesas de ambos lados: gobierno y FARC. Las experiencias vividas anteriormente con las integraciones de otros grupos armados a la sociedad y civilización democrática, no solo en Colombia sino que también en otros países del mundo, nos ha enseñado que hay que dar para recibir.

No se trata de quién tiene la razón porque ninguno de los dos lados tiene una verdad absoluta. Por un lado, tenemos a las FARC reclutando niños bajo la apariencia de estar luchando por un bien para un núcleo desprotegido en el país. La realidad es que lo que están buscando es un bien económico para ellos, los dirigentes. No están en el frente de batalla, buscan es su propia protección cuando se encuentran en zona de guerra y viven una vida mucho más cómoda que los soldados niños reclutados por una ideología arcaica e inoperable que no rige ni en los países más comunistas del mundo. Cuba, por ejemplo, o la fallecida Unión Soviética convertida en Rusia donde impera una democracia impositiva corrupta.

Por el otro lado, tenemos a las fuerzas armadas, con soldados, que si no son tan niños, no son tampoco veteranos en esta guerra desigualada. Vociferando el gobierno clama haber matado un número de guerrilleros; la realidad es que mataron niños indefensos mal entrenados, hambrientos e ignorantes de una vida distinta a la que han vivido desde su secuestro físico y emocional.

Creo, y esta es una opinión muy personal basada en simplemente esa malicia indígena que tenemos los colombianos, que dentro de las FARC hay desacuerdos entre sus dirigentes. Y que esos ataques repentinos son hechos por los disidentes y a esos son a quienes el ejército está persiguiendo.

La guerra colombiana continúa siendo tan dispareja al estilo israelita contra los palestinos donde batallan bombardeos contra fusiles de poco calibre en comparación. Jóvenes contra niños, dirigentes en sus butacas estilo tronos manipulando marionetas que se enriquecen desde ambos lados aprovechando que la gran mayoría de nosotros los colombianos estamos dormidos o desinteresados en algo que ya está en nuestros genes como una causa común aledaña a nuestras vidas cotidianas. Esperanzas de que llegue un final se ven truncadas por una terquedad proveniente de las FARC que ya son parte de esta herencia y la negatividad que proviene de las quejas constantes del Centro Democrático y el Papa colombiano, el Procurador General.

La oportunidad es ahora cuando existe un consenso mundial rodeando al presidente actual que debe terminar favorablemente; y ambas partes tienen que claudicar con ciertos pedidos inaccesibles que impedirían o retrasan la firma de una acuerdo final. No se trata de ser santista o uribista; no se trata de ser guerrero o pacifista; no se trata de que piden mucho o no dan nada. Se trata es de finalizar este conflicto y terminar el estigma de guerra para que las próximas generaciones se críen y eduquen diferente a la forma en que fuimos levantados muchos de la generación actual y la de nuestros hijos.

Si alguna vez las FARC tuvieron una ideología de liberación al estilo de la revolución cubana tratando de formalizar patrones de gobierno similares al comunismo de la Unión Soviética, China o Cuba, este sentimiento se degeneró hace varias décadas. Se transformó en algo catalogado en diccionarios y normas doctrinales como una actividad criminal; terrorista o no, es un término nuevo para catalogar a quien con armas difiera con la ideología democrática.

Si el comunismo alguna vez ideológicamente existió, fue en teoría únicamente. Una forma de gobierno impuesto por regímenes armados privando el libre pensamiento, controlando prensa y todo tipo de libertades civiles no conlleva al libre gozo de la vida a que estamos destinados a tener por derecho natural. Para pruebas, están Cuba, China, Rusia, todos fracasando en conseguir una ideología de comunidad que ni el propio Cristo (dicen que es hijo de Dios) pudo implementar. Para los elegidos por un voto popular, como Venezuela, Ecuador, Brasil, Argentina, lo que ha imperado es una corrupción formando nuevos ricos, dineros que son despilfarrados sin entrar a la producción y continuación económica.

Nuestros dirigentes tienen el deber de situarse a un nivel de altura escasamente superior para auto-analizarse sin ánimos de gloria. Escuchar a los que se atreven a alzar la voz analizándolos a una realidad que está por encima de sus propios intereses tanto personales como políticos. Prestar atención a quienes les dicen que la imagen que el pueblo analiza, no es como sus sueños imperativos de grandiosidad creen reflejar. Un sistema judicial corrupto, políticos enriqueciéndose usando sus poderes influyentes, una guerra verbal entre opositores atizando fuego entre sus seguidores que separa familias y vecinos, esas son unas de las tantas imágenes a que somos sometidos diariamente.

Ni la democracia, ni el comunismo, ni el socialismo puro existen. El futuro de la humanidad está en la pluralidad del pensamiento que se puede desarrollar dándole a los ciudadanos de un país educación, vivienda, y salud gratuita. Aun así hay espacio para las mentes que necesitan los cofres rellenos de dinero.

La transición  en Colombia debe comenzar lo más pronto posible, y uno de los pasos importantes para su logro, es la consecución de la firma por la paz; y los dirigentes de las FARC deben estar satisfechos de haber llegado adonde se encuentran ahora. Firmen, porque los colombianos estamos cansados y ya los conocemos demasiado. La próxima marcha no va a ser a favor de la paz; va a ser contra ustedes.

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