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Publicado el cruiz

Déjenme sana

Un trofeo de sala, diciembre de 2006.

Yo soy un trofeo de sala. Muy buenas notas en el cole y en la universidad, dos carreras, lindas piernas. Soy responsable. Tengo relaciones estables. A veces me siento gorda.

Me gustan las flores, y el mar y los arco iris y los libros. No fumo.

Todo esto lo sabe mi mamá. Todo esto lo saben sus amigas que me quieren casar con sus hijos. Lo que no saben ninguna de las dos es que a mis tardíos 24 he desarrollado un gusto por las drogas.

Y entonces ¿por qué, una niña como yo, con un “futuro por delante” de buena familia y sin ninguna necesidad básica latente se echaría par plums en una rumba?

La primera respuesta podría ser culpar a mis malas compañías. Pero estas malas compañías han estado siempre ahí. Me emborrache con mis amigas del colegio por primera vez a los 12 y no soy una alcohólica. (Tengo que confesar, sin embargo, que este texto me hace dar ganas de una cerveza). Un mancito con el que salía me ofreció cigarrillo por primera vez a los 15, lo probé y no me gusto y hoy no fumo. Mi novio de la adolescencia tenía un desenfreno deliberado por probarlo todo. Yo no lo hice.

Consumir, en mi caso, es una decisión que tome a los 24, sin vestigios de la rabia adolescente. Una que era necesaria para poder autotildarme de marihuanera, pues no es como si uno se quedara pegado con su primer contacto con las drogas. Las drogas son ungusto aprendido como el café y el cammenbert. Me tomo un  año al menos trabarme por primera vez y no se fumar directamente del cigarrillo. Para ser una marihuanera se necesita mas fuerza de voluntad que para no serlo. El dolor de garganta de los primeros plums es suficiente para desistir.

¿Que me pueden hacer daño? Claro, tanto como el smog y el trabajo en exceso. ¿Que puedo rumbiar sin?, por supuesto, sin embargo me divierto un poquito mas rumbiando con. ¿Que cada cuanto me dan unas ganas que se sienten malévolas? cierto, y me preocupa. A mí, sin embargo, antes que despertarme sentimientos de culpa, me alegra haber probado las drogas, yo siento que era algo que tenía que vivir para entender muchas cosas sobre mi y sobre el mundo. Ya no tengo esa miradita juzgante e ingenua que a veces se me salía y que aun en mis años de extrema sobriedad me molestaba. Probar las drogas para mí fue una decisión clara, conciente, que tomó tiempo. Una decisión sustentada en Nietszche y en Bergson. Una decisión que no me hace perder mi estatus de trofeo de sala y que no me impide levantarme por la mañana a trabajar. Que me ha dado, eso si, buenas rumbas y buenos orgasmos. Y también sí, que conlleva el peligro latente de ser una decisión sin vuelta atrás, por que yo también soy conciente de mis tendencias adictivas pero estas tendencias están dentro de mí y no creo que me les pueda escapar sustrayéndome del mundo. He sido conciente de esto desde hace mucho tiempo, y me espere a los 24, cuando me sentía suficientemente fuerte para encararlas. Tal vez las drogas para mi sean una etapa. Tal vez me terminen volviendo mierda. Tal vez me convierta en una consumidora conciente y responsable. En realidad no se. Pero al menos ahora también puedo hablar de ese oscuro pedazo de mí, que ni yo ni nadie vemos cuando tomo onces en la sala. Una oscuridad que se aclara cada vez más porque la estoy conociendo íntimamente a medida que las drogas y yo vamos midiendo fuerzas.

http://www.youtube.com/watch?v=9F_jyWGj-KQ

Si usted, como yo, no quiere que gente que no lo conoce dictamine sobre su salud mental, suba su video a www.dosisdepersonalidad.com y únase a la nueva campaña «Déjenme sano».

A continuación reproduzco el último comunicado del grupo Dosis de personalidad:

Dosis de Personalidad
libertad, información, acción

Un mensaje a todos los miembros de Dosis de Personalidad
Las buenas noticias son que esta la red de Dosis de Personalidad, lanzada hace menos de dos semanas tiene ya más de docientos miembros. 19 personas, desde Bogotá, Medellín, Washington y Nueva York dijeron que «los dejen sanos». Faltan muchos más. Y los necesitamos.

Porque las malas noticias son que en su séptimo debate, en la comisión primera del senado, el proyecto para prohibir la dosis personal fue aprobado.

El gobierno ha arreciado su campaña en los medios para infundir miedo sobre el aumento en el consumo de drogas en Colombia. En palabras del ministro del interior Valencia Cosio (que nadie sabe por qué se tomó las atribuciones de epidemiólogo), «Hemos disminuido en la producción pero hemos aumentado en el consumo (…) además tengo el presentimiento de que somos el país más consumidor no solo en los jóvenes «, dijo.

Esta afirmación no sólo es imprecisa– ¿el país más consumidor del mundo, de latinoamérica, de la galaxia?– sino que contradice lo que la Encuesta Nacional de Drogas, realizada por el mismo ministerio del interior, concluyó:

«Considerando los distintos indicadores de consumo de sustancias ilícitas, se podría
afirmar que la situación de Colombia es intermedia entre los siete países de Suramérica
comprendidos en el análisis, con cifras similares a las de Bolivia, superiores a las de
Ecuador y Perú, pero inferiores a las de Argentina, Chile y Uruguay.» (p.23)

Siguiendo esta inmensa sabiduría, Valencia insiste que los consumidores de droga son «enfermos», y que ahora que la dosis personal esté prohibida nos van a poder «curar». Aleluya hermanos.

Lo que probablemente haría posible revivir este curioso artículo, el 51 del código penal, declarado inconstitucional por la sentencia que despenalizó la dosis mínima:

c) El usuario o consumidor que, de acuerdo con dictamen médico legal, se
encuentre en estado de drogadicción así haya sido sorprendido por primera vez,
será internado en establecimiento psiquiátrico o similar de carácter oficial o privado,
por el término necesario para su recuperación. En este caso no se aplicará multa ni
arresto.

El último debate, que aprobará finalmente la prohibición de la dosis en el Congreso, se tiene que hacer antes de que termine este año. Necesitamos redoblar esfuerzos. Al menos para juntarnos ahora, así perdamos esta batalla. La guerra contra la ignorancia y la intolerancia será larga. Pero Dosis de Personalidad la dará.

Acompáñennos. Cuelguen sus videos, digan «déjenme sano», inviten a más gente.

Para terminar en con una nota alegre, los invitamos a un buen evento en la Universidad Nacional, mañana sábado 28 de 2 a 7 p.m. Habrá música, estampados, VJ, DJ, Skate y algunas piezas de consumo responsable.

DP

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