Femmes Fatales

Publicado el Claudia Plazas

Las mujeres más lindas del mundo: El título más inútil de la historia

Tenía planeado escribir la segunda parte de la entrada sobre el aborto, pero a raíz de la muerte de Sandra Brand, actriz caleña, luego de una operación de levantamiento de glúteos creí conveniente tocar el tema. Parece increíble que después de tantos casos que terminan en malformaciones y hasta muertes, en Colombia las cirugías estéticas sigan teniendo tanta fama. Para ser honestos, es inaudito que muchas mujeres colombianas sigan creyendo en esa imagen que nos han vendido a través de los años sobre la belleza y sus implicaciones. Muchas niñas crecen con la absurda idea que tener las medidas perfectas es sinónimo de éxito, cuando lo realmente cierto es que esa búsqueda de la belleza puede llevar a problemas bastante graves.

En Colombia hemos fracasado como sociedad al no poder valorar a la mujer más allá de la belleza. Anticipo que muchos dirán que escribo esto porque soy una resentida o porque no soy lo suficientemente “bonita”.  A ellos no sólo les anticipo los comentarios sino también la respuesta. Ser bonita o fea me tiene sin cuidado, la verdad aspiro a que me valoren por cosas menos superficiales y más duraderas que la belleza de mí juventud. Lastimosamente, este no es el caso de muchas otras jóvenes colombianas a las cuales la sociedad les ha inculcado que ser bonita implica tener ventajas en esta vida. Ser agraciada no es algo malo, pero arriesgar su vida para alcanzar unos estándares de belleza es de lo más incoherente que hay en esta vida. En algunos casos el desespero es tan grande y tan ilógico que muchas mujeres terminan yendo a sitios de dudosa reputación a costa de los riesgos médicos.

Muchas personas afirman que las cirugías estéticas son buenas si eso va a ayudar a que la persona se sienta mejor. La verdad no me explico a quién quieren engañar con semejante argumento tan vacío. Es el colmo que en pleno siglo XXI una mujer crea que una talla menos o una talla más la va a ayudar a subir su autoestima. Para todas aquellas que piensan de esta forma, las invito a reevaluar que es lo que quieren en esta vida, la forma en la que se ven y la forma en que quieren ser vistas. ¿Quién dijo que una talla menos aquí o una talla más allá van a hacer que usted se sienta mejor? Si su autoestima se define en la opinión que ustedes mismas  o los demás tienen sobre su cuerpo, me gustaría decirle que su existencia está siendo reducida a lo más mínimo y más superficial de este mundo.  Creer que una cirugía le va a cambiar la vida a uno es aceptar  que usted se define en términos físicos y que sus otras cualidades están siendo vilmente opacadas por algo banal. Las únicas cirugías estéticas que son entendibles son aquellas que mejoran la calidad de vida de personas que han tenido accidentes o que han tenido complicaciones físicas a causa de alguna enfermedad.

Claro que queda muy fácil criticar a quienes aspiran a tener un mejor futuro a través de una cirugía, cuando los únicos responsables son los medios que con sus contrataciones, comerciales y demás nos siguen vendiendo esa imagen tan distorsionada de la belleza. Por ejemplo, todos los noviembres Cartagena se convierte en la “locura” porque unas veinte jóvenes compiten por el título a la mujer más bella de Colombia. Muchas de esas jóvenes terminan actuando, o en el peor de los casos presentando noticieros. Y con el permiso de todos ustedes digo “en el peor de los casos” porque muchas de las que terminan con tan buenos puestos en nuestras pantallas no se saben ni los continentes ni tienen buena ortografía, algo tan básico y tan elemental que se aprende en la primaria. En Colombia es más importante la belleza que la educación, por eso es que muchas niñas cometen el nefasto error de pedir una cirugía como regalo de 15 años y no algo más importante. Ojalá al menos pidieran un computador, ojalá. Lo ideal sería que pidieran ayuda para entrar a la universidad, pero eso ya es mucho decir.

Otro evento que es la “locura” en el país es Colombiamoda, un evento económicamente muy prospero pero socialmente ominoso. En Colombiamoda se reúne la crema y nata para comentar los últimos gritos de la moda mientras por las pasarelas desfilan unas jovencitas que se adhieren a ese modelo de belleza que las prestigiosas marcas de ropa nos han vendido. Claro que Colombiamoda ha dejado sus frutos y no precisamente en lo relacionado con la alta costura, no. Todo lo contrario, el evento fue el tema principal de un video de Vice donde hablan extensamente de la narco belleza y ese desespero de muchas mujeres por alcanzar esas las medidas “ideales”.  Sinceramente, lo que se muestra en el video nos deja muy mal parados. Para la muestra un botón; una joven entrevistada sale diciendo “todas mis amigas del colegio tuvieron cirugía antes de salir del colegio, de 17 años más o menos”.  Increíble que en plena juventud una niña esté pensando en cambiar su cuerpo, nefasto que se sienta inconforme.

La verdad suena incoherente que muchos se ufanen que Colombia tenga  las mujeres más bonitas del mundo cuando es evidente que ese título no nos ha dejado nada bueno. Seamos serios, tener mujeres bonitas suena muy chévere pero sonaría mejor si Colombia tuviera otros títulos, algo como “el país que más invierte en deportes”, “el país con las tasas más bajas de violencia doméstica”, “país con altas cifras de apoyo económico para jóvenes emprendedores”. Creo que uno de esos títulos le sería más provechoso a esta sociedad que algo tan superficial como la belleza. Esa misma belleza que ha terminado con la vida de jóvenes que caen en ese abismo de los desórdenes alimenticios, de las cirugías estéticas mal practicadas o de una baja autoestima. Lo que está realmente claro es que hay que tener una autoestima muy baja al arriesgar la vida para cumplir con esas medidas que la sociedad nos ha vendido. La palabra “funesta” no es lo suficientemente fuerte para describir la sociedad colombiana en términos de culto a la belleza y las graves consecuencias que ha tenido en muchas mujeres. Ojalá algún día aprendamos algo del triste final que han tenido muchas de esas víctimas que caen en el error de creer que una cirugía les va a cambiar la vida.

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