Más allá de la medicina

Publicado el jgorthos

CIGARRILLOS ELECTRÓNICOS: EVIDENCIA DE DAÑOS A LA SALUD. CAMINO A LA REGULACIÓN

En 1963 el hijo de un panadero, que después se dedicó a la chatarra, presentó ante la oficina de patentes de los Estados Unidos un invento que remplazaría consumo de tabaco, que en aquella época socialmente era bien visto en todos los ambientes .

Herberth Gilbert, veterano de la guerra de Corea, que hoy tiene 87 años, se había propuesto crear un sustituto del cigarrillo tradicional, pensando en lo que ya se comentaba del potencial daño que generaba el tabaco en la salud de las personas.

El principio de su invento estaba basado en desaparecer el fuego y cambiar el humo por vapor con aromatizantes. Aunque la patente se registró, nunca se logró fábricar y vencido el tiempo de vigencia de esa patente, apareció una nueva, esta vez, de multinacionales que, bajo el mismo principio de Gilbert, hoy conocemos como E- cigarette. Dicho de otra manera, actualmente se comercializan “creaciones” con tecnologías del siglo pasado.

En el 2003, el químico farmacéutico chino Hon Lik patentó el primer cigarro electrónico, el cual fabricó al año siguiente y así paso de China al resto del mundo.

Pero, ¿cómo funcionan estos cigarrillos? El dispositivo tiene una batería que alimenta una resistencia, que calienta y vaporiza una solución líquida; esa es la esencia conocida como liquido de vapeo, e-liquid, e-juice o esencia, que puede o no contener aromatizantes.

La base de estas soluciones puede nicotina, propielenglicol, glicerina, saborizantes, aditivos y otros componentes.

Su ignición puede ser con un interruptor o se activa de manera automática al inhalar.

A pesar de la masificación de estos cigarros, durante los últimos meses hemos visto a nuestro Ministro de Salud muy activo emitiendo alertas frente al riesgo del uso de estos dispositivos y está proyectando una normativa en este sentido.

¿En dónde está el problema?

A estos cigarrillos, además, del aspecto recreativo, se les atribuyen beneficios  en el manejo de la ansiedad de los fumadores de nicotina. Se supone que al pasar al cigarrillo electrónico, se reduce al mínimo la dosis  de nicotina y con el tiempo los fumadores logran suspender suspender definitivamente el consumo de tabaco.

Son varias las investigaciones realizadas al respecto. Veamos, por ejemplo: el  King´s  College de Londres, en su artículo “Regular e-cigarette use remains low among young people in Britain”, publicado en   febrero de 2019, dice que al comparar la goma con nicotina con estos cigarrillos, los  e-cigarette resultaron dos veces más efectivos que el chicle tradicional.

En un artículo de la revista  The New England Journal Of Medicine, de enero de 2019, se concluyó que los vapeadores tenían una efectividad de abstinencia en quienes usaron cigarrillos electrónicos del 18%, frente al 9.9% de quienes utilizaron parches con nicotina.

Pero, casi al finalizar el segundo semestre de 2019, en septiembre The New York Times publicó un informe titulado “La misteriosa epidemia que afecta los vapeadores”.

Según este diario, en Estados Unidos han presentado más que 800 casos de lesión pulmonar y 12 muertes. Los pacientes afectados reportaron el uso de vaporizadores; sin embargo, no hay una conexión confirmada entre la lesión pulmonar y un aparato o líquido específico.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos indican que la mayoría de los pacientes con las lesiones pulmonares usaban los productos que contienen THC (tetrahidrocanabinol), es decir la sustancia de la Marihuana. Aquí el problema se complica, pues el consumo es mixto: nicotina y, aromatizantes.

Los pacientes, dice el New York Times,  estaban en la segunda década de la vida e ingresaron a los servicios de urgencias con dificultad respiratoria, nauseas, vómito, fiebre y fatiga. No ha sido fácil encontrar el agente causal ni las asociaciones directas entre la génesis de esta enfermedad. Los pacientes negaron o no recuerdaron las mezclas que utilizaron y, restrospecticvamente, es difícil adelantar los estudios.

Para los análisis se deben separar los compuestos (nicotina, dereivados de la marihuana…) con sustancias que disuelven y transportan. “Los solventes, o aceites, se calientan durante la aerosolización para convertirse en vapor. Sin embargo, algunas gotas de aceite podrían inhalarse cuando el líquido se enfría, las cuales podrían causar problemas respiratorios e inflamación pulmonar”, dice el estudio.

Otro sospechoso que aparece es el aceite de Vitamina E, que se utiliza para asociarlo al aceite de canabidiol y que no está preparado para vapear.

Las imágenes diagnósticas muestran un patrón compatible con una neumonía viral o bacteriana, pero no se logran cultivar ni virus, ni bacterias. Se ha dicho, entonces, que posiblemente el daño pulmonar se comporte como una neumonía lipoidea, pensando en lo solventes asociados al sistema.

En conclusión, estamos enfrentados a otros riesgos potenciales por culpa de los famosos vapeadores y mientras científicamente no se tenga certeza alguna, el Ministerio de Salud de Colombia va por un buen camino al pedir regulación y control de un producto que aún no es completamente seguro para el consumidor.

 

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