Escenario Mágico

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En Macondo no ha pasado nada

Gabriel García Márquez una vez explicó que los europeos ven latinos como hombres con bigote, una guitarra y un revólver.

gitaar pistool

A veces deseo que fuera así, y quisiera que mis vecinos en el pueblo natal de Gabo donde vivo desde hace 4 años tuvieran su guitarra. Pero al contrario, la gente en Aracataca le gusta mucho la música vallenata moderna con el acordeón y aunque los europeos podrían pensar que el acordeón es un instrumento romántico porque piensen en la chanson francesa, una vallenata gritona que te despierta a las tres de la madrugada es sospechosamente poca fantástica. Pero no es la hora que es lo más irrespetuoso de todo, no, es el volumen. Una semana después de aquella madrugada era las 3 de la tarde y no lograba escuchar a un invitado en mi casa por los caprichos comunes de este alegre vecino mío. Tengo la creencia aparentemente poco común que ‘la libertad de uno termine donde inicia la del otro’.

Aquí es como un símbolo de estatus, implantar al máximo el ruido de uno al oído del otro. Es un derecho costeño siempre  poner la música a todo volumen. La única justificación que se necesite es estár con al menos dos personas y que la nevera está media llena de cerveza. La música requiere textos sobre rumbas, novias, cachos y enamorarse. Claro que también si ponen vallenatas románticas pero mi vecino inicie su rumba a las tres de la madrugada, chupando whiskey y inhalando coca, con su revólver inolvidable en su funda (debajo de su panza desnuda) a mí la situación suene a ‘una de las legendarias fiestas de Aureliano Segundo durante de la caída de Macondo’.

Nadie nunca dice nada de frente, la gente, en esta ocasión y en muchas otras es conformista con los frescos recuerdos del paramilitarismo en la memoria, la gente dejen que todo el mundo haga lo que le de la ganas.

Unas palabras del maestro que para algunos de ustedes resumen esta idiosincrasia y para otras no tiene nada de sentido; En Macondo no ha pasado nadani está pasando ni pasará nuncaEste es un pueblo feliz

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