El Erotismo Infinito

Publicado el Ezequiel López Peralta @citaconezequiel

Crónicas sexuales de un taxista: la atracción por lo prohibido

Hace unos días estaba a bordo de un taxi en Bogotá y claro, el tráfico es tan pesado que para matar un poco el tiempo y el stress nos pusimos a hablar con el conductor. Le conté a qué me dedico, ante lo cual primero se sonrojó un poco, pero enseguida se le pasó la timidez y comenzó a contar diferentes anécdotas. Una en particular me dejó pensando, y es la que inspiró estas líneas. Resulta que se suben dos mujeres a su carro, en horario pico de la noche, aproximadamente 6 30 PM. Ya sabes que a esa hora la ciudad –literalmente- se colapsa. Le ofrecen el equivalente a 20 dólares para que las lleve a dar una vuelta -por una zona que se caracteriza por su apertura a la diversidad sexual- mientras que ellas dos tenían sexo en la parte de atrás. El hombre acepta, primero porque era un buen negocio, pero además pensando en que en algún momento podría tener una dulce invitación a triangular. Pero no fue así. Más o menos media hora después, las chicas le dicen al chofer que las lleve a una dirección cercana, le pagaron y descendieron del vehículo.

No sé si estas dos damas tienen esta práctica regularmente, o solo cumplieron su fantasía en esta ocasión. El componente de lo prohibido está muy marcado: tener sexo ante un desconocido, en su carro, mientras que él observa –aunque sea de reojo-, y además ante la posibilidad de que cualquiera desde el vehículo, un bus o los mismos peatones formen parte de la teleplatea.

Este es solo un ejemplo de una escena sexual transgresora, que en un alto porcentaje de la población masculina y femenina –sin entrar en terreno de patologías sexuales- produce un nivel importante de excitación. Porque de hecho el erotismo está relacionado con el poder de atracción de lo novedoso, lo inesperado, lo prohibido, lo que te lleva al límite. Esa posibilidad de que te vean, te sorprendan, o incluso te insulten o castiguen, activa todo tipo de químicos sexuales llevando al placer a la máxima potencia.

Mi artículo no tiene como fin promover o no este tipo de prácticas, sino solo señalar que existen y que tienen una lógica. Mi recomendación es que si te excita lo prohibido, no dejes de cuidarte y de cuidar al otro. Algunos límites pueden ser desafiados, pero otros no. Y además, de vez en cuando los juegos eróticos transgresores son hasta incluso necesarios –en especial en algunas parejas aburridas por la monotonía-, pero no es bueno depender de ellos para disfrutar de una sexualidad satisfactoria.

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¡Hasta la próxima!

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