El último pasillo

Publicado el laurgar

Soledad

Una copa con un poso de vino tirada en el lavaplatos. Un zapato perdido bajo la cama. Los lentes sobre el libro. El libro sobre el velador. La ciruela amarilla colgando del árbol de ciruelas rojas. El departamento de al lado mientras mi vecino está de vacaciones.


La niña que pide limosnas en el subte de Buenos Aires. La señora que reza en la Catedral. El peruano que cuenta pesares y monedas en una banca de la Plaza de Armas. El vendedor aburrido de helados en el Bravissimo. La vendedora de boletos del metro a las 6 AM. La joven que llora en el último asiento del metro en horario “valle”. El joven que llora en el último asiento del andén de espera en la estación Carlos Valdovinos. El maestro de la construcción que desayuna en una esquina de la faena. El vendedor de sopaipillas después de las 10 AM. El gerente aburrido que me mira tras el vidrio cuando le anuncian que ya llegué. Volodia Teitelboim con su gata, Miel. El cuaderno sobre el que garrapateo las notas. El vagabundo de la estación Retiro. Mi abuelo cuando se sentaba a leer El Tiempo todas las mañanas. Helena en el ancianato más asqueroso que puede existir sobre la tierra y que está en Cartago (Colombia, no África). La sonrisa de Helena cuando me veía. El loquito que se subió a un Transantiago orugado para defender el antiguo sistema de transporte. La opresión en el pecho de todas las mañanas. La rata madre cuando le mato a sus crías. La paloma cuando le practico dislocación cervical a sus crías. El rifle cuando no lo estoy usando. La guitarra que me regalaron y que relegué. La última frutilla del plato. La guinda de la torta. El plátano que se pudre en el frutero. El que maneja la enorme grúa de construcción que está frente a mi edificio. El conserje del edificio el 31 de Diciembre. El soneto de Quevedo pegado en mi escritorio. El retrato de mis abuelos en sus bodas de oro. Mi retrato disfrazada de gitana en 1994. El carabinero de guardia en La Moneda. Los 675 extranjeros en el Departamento de Extranjería pidiendo la visa. La garzona del cafecito de Bellas Artes. La garzona en el cafecito de Avenida Mayo. Un Viernes Santo. Un Domingo. La manzana en el refrigerador. El canapé de la bandeja. El salón después de la fiesta. Mi abuela cuando tejía. La máquina de escribir. La hoja en blanco. El lápiz de grafito. La cordillera después de una intensa lluvia. Mi biblioteca después del terremoto. Esta noche. Ovidio Olvidos cuando quiere recordar y no puede. Yo, cuando le recuerdo algo.

Publicado originalmente en HojaBlanca.net

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