Coma Cuento: cocina sin enredos

Publicado el @ComíCuento

Coma sabroso y alivie sus dolencias en el restaurante de Saúl

Redacción y fotografías: Yaneth Rangel Vanegas – @yanetra

La pata guisada es la “propia” para la gastritis y fortalecer las uñas, el agua de chía controla la diabetes, las criadillas hacen que la persona pueda concebir hijos y la pajarilla es buena para quienes tienen el hierro bajito. La lista de remedios es larga, tanta como la variedad de platos típicos que se consigue en este popular restaurante de Bogotá.

El local no tiene aviso, ni nombre y tampoco los necesita, cualquiera persona que trabaja en la Plaza de Mercado de Paloquemao sabe dónde queda el restaurante de Saúl, un sagaz negociante que desde que tenía 10 años trabajaba y mantenía dinero en el bolsillo.

Saúl, a la derecha, aprendió de su padre la habilidad para cocinar los típicos platos que ofrece hace 44 años en el restaurante
Saúl, a la derecha, aprendió de su padre la habilidad para cocinar los típicos platos que ofrece hace 44 años en el restaurante

Esa habilidad le hizo tomar la decisión, a los 18 años recién cumplidos, de comprarle el negocio a su padre por 100 mil pesos. Un platal para la época, y así de bueno era como comerciante que pagó todo en efectivo y de esta manera se convirtió en propietario de tal vez el restaurante más antiguo que posee la Plaza.

De su papá aprendió a comerciar, sobar y conservar las recetas de remedios caseros. Por ello, si el cliente pregunta, mientras sirve la comida Saúl va explicando lo que convendría para alguna dolencia.

En su local de 15 metros cuadrados, Saúl y Carmen Mora, su esposa y madre de sus tres hijos, ofrece casi los mismos platos típicos desde hace 44 años: caldos de costilla, pajarilla, raíz, pescado, pata y menudencia.

Así mismo, se puede saborear un rico pollo sudado o frito, sobrebarriga, chocolate santafereño, arepas, chanfaina o una deliciosa carne de espina (cachete de res) guisada, la que nunca cae mal a quienes sufren de gota y para quienes el consumo de carnes rojas puede ser un suplicio.

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Muchas de las ollas que aún existen en el restaurante hacen parte del menaje que adquirió por primera vez, cuando inició el negocio

Tener un restaurante en Paloquemao es todo un reto. Saúl y Carmen se levantan todos los días a la una o dos de la mañana y a las seis, cuando llegan sus empleados, todos los platos están preparados y muchos de ellos ya han deleitado el paladar de un sinnúmero de camioneros y muleros.

Levantarse tan temprano, obviamente, implica acostarse de la misma manera, y por ello la pareja desde las 7:00 de la noche ya está en cama.

“El trabajo es salud y eso hace que a mí no me cueste este ritmo de vida. Al contrario, el  domingo, que es el día más pesado, es el más divertido, porque me mantiene permanentemente activo”, afirma Saúl.

En “horas pico” el cliente puede someterse a la espera de un lugar para comer. Sin embargo, este tiempo tampoco es mucho, porque los clientes van a lo que van y podría decirse que comprenden la condición del otro y la rotación de mesas es alta.

Por los precios y la cantidad de comida, ni se preocupe. El plato es más que generoso y con 11 mil pesos es posible que coman dos personas, siempre y cuando no tengan el buen apetito característico de los muleros o camioneros. Además, la frescura y calidad de la materia prima es indiscutible y efectiva no solo para darle un sabor autóctono y delicioso a la comida, sino para aliviar los achaques de su clientela.

Plaza de Mercado de Paloquemao: Calle 19 No 25-04

Lunes a sábado: 4:30 a.m-4:30 p.m/ Domingos y festivos: 5:00 a.m.- 2:30 p.m 

 

 

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