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Esa negra linda camarà

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Por: Oscar Seidel

Cuenta la leyenda oral  que en un pueblo hubo una negra hermosa “con dos chontaduros de caucho que le cimbran en el pecho, y sonrisa perlada de tagua”, cuyo signo fue la desgracia en el amor por haber invocado sus padres a la diosa Oshun de la Santería, para que naciera bella y no fea como el bembón de su hermano mayor. A Oshun no le gustó esa desobediencia, dado que ella la diosa de la fecundidad, el amor y la belleza, era quien decidía la fisonomía de los seres de manera armònica, y que no faltaba más que esos padres discriminaran a  su hijo porque a ella se le fue  la mano. Para no castigarles  mandó esa hermosura del monte soberana, pero ella la diosa de la energía imperante en los ríos y mares soltó una sonrisa.

Conocedores los padres que la Santería dice que cuando Oshun reía auguraba una desgracia, evitaron que cualquier hombre se le acercara a cortejarla hasta que no fuera una señorita, y pudiera distinguir los comportamientos de los  que se le arrimaran.

Como el pueblo estaba situado cerca de las riquezas del mar, del rio y del monte, corrió por todos los confines el mensaje que Tomasa estaba en “la edad de merecer”; entonces empezaron a aparecer pretendientes, y  después de un proceso selectivo solo quedaron: un mareño, un agricultor, y un minero. A cada uno se le dio la oportunidad de mostrar sus mejores galas, y fue así como se presentaron ante los futuros suegros: Yo soy Antonio el mareño, tengo mi potrillo y mi atarraya. Todas las mañanas a las cinco me voy al mar abierto y al declinar el día traigo el producido de mi pesca, la vendo en la galería, y  todos los días dispongo de dinero  para satisfacer a la señorita Tomasa. Me llamo Francisco, poseo mi parcela cultivada con tagua. Vendo semanalmente mi tres quintales de semillas, y no me falta la plata con lo que daré buena vida a su hija. Finalmente se presentó José el dueño de la mina de oro, quien para vislumbrar les regaló tres cadenas para que vieran que a él la plata y el oro le sobraban, y que no mostraba más cosas porque la primera impresión era lo que valía.

Los padres de Tomasa volvieron a invocar a Oshun para que su hija tomara la mejor decisión en ese entuerto amoroso. Ésta diosa que representa la lucha por la vida, y es la dueña del rio y del mar, les recomendó que averiguaran sobre el presente sentimental de cada uno, porque ya sabían que el mareño y el minero eran enamorados de varias mujeres a la vez, y que los agricultores hacían trabajar mucho a la esposa, y no le compraban ni ropa. También les sugirieron que les pusieran una prueba para demostrar su valentía y fidelidad: Al mareño le dijeron que trajera la concha de nácar más hermosa del mar parecida a la que sirvió de cuna a Oshun; al agricultor le pidieron la semilla de tagua más blanca que el armiño, y al minero le solicitaron un brazalete de oro que jamás se hubiese visto en el pueblo.

Efectivamente cada uno trató de cumplir con la responsabilidad asignada: El mareño salió a pescar una mañana y jamás regresó, y todos en el pueblo comentaron:”el mar da y quita”. El agricultor que estaba borracho se hizo presente solo con un quintal del marfil vegetal,  porque antes había dejado dos quintales en la casa comercial y se los habían pagado con guarapo y dormida en el desembarcadero, asunto que no fue del agrado y por el cual quedo descartado, y todos en el pueblo exclamaron “para beber si tiene”. Al final el minero no pudo volver porque las tres mujeres que tenia se dieron cuenta de sus intenciones, y le hicieron bilongo con un brebaje de pildè y amansaguapo, para que se olvidara de esa negra linda camarà que lo tenía loco, tan loco que ya se había hecho forrar con oro los dientes del frente; en el pueblo todos murmuraron “el oro no es para la gente de mala voluntad”.

Descontentos con estos pretendientes, los padres decidieron enviar a su hija a la ciudad capital a la casa sus tíos, quienes se habían ido a vivir a raíz del incendio que casi acaba con el pueblo .Además de su forma sensual, Tomasa que había nacido con el atributo de conquistar con su belleza a cualquier hombre u obstáculo que se le pusiera en el camino, triunfa en la ciudad como modelo y presentadora de un programa de televisión, pero no encuentra el amor de su vida, a pesar de lloverle hombres en grandes cantidades .Desesperada, regresa al pueblo para ver si invocando a Oshun le endulza la situación. Una tarde se mete al rio y no vuelve a salir.

Cuentan los mareños que cuando les coge la noche en el sitio donde confluye el rio con el mar, se oye el llanto de Oshun porque Tomasa y Antonio el mareño se encontraron en la profundidad, les quitaron la maldición para convivir como pareja, y se convirtieron en Orishas.

Cali, Abril 29 de 2016

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