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Danicattack, o volar lejos (Emergentes VIII)

 

María José Medellín Cano y María Mónica Monsalve S

Tocar una canción es, para el baterista de Danicattack, un juego de Mario. Juan Felipe Uribe dice que cuando está frente a su instrumento se acuerda de este videojuego que se hizo popular en los años ochenta. Se imagina los túneles y vacíos en los que tiene que saltar, el ataque de las plantas carnívoras ante el cual hay que quedarse quieto para no perder una vida, los estrechos pasadizos por los que hay que pasar de agache y las plataformas movedizas que hay que pasar corriendo. La música es eso, un juego constante que desde hace tres años comparte con los otros cuatro músicos que conforman la banda.

La agrupación se creó a partir del proyecto de grado que Daniel López, vocalista, presentó en la universidad para recibir el título de músico. Buscando hacer la producción de su tarea, López llegó a los estudios de grabación Audiobit, que los hermanos Uribe, el guitarrista y el baterista, manejan en el norte de Bogotá. “Era un proyecto muy íntimo de Daniel, pero nos atrevimos a formar la banda para tener un sonido diferente. Así encontramos a Santiago Camacho, nuestro bajista, y a Carlos Palma, teclista”, cuentan los hermanos desde el lugar donde las primeras ideas para Danicattack comenzaron a hacerse realidad.

Con el bajo y los teclados incluidos, las últimas piezas encajaron para que en 2012 Danicattack tocara los primeros acordes del grupo, conformado únicamente por músicos profesionales, una característica que le da un sello de calidad a sus producciones y que, aseguran, es uno de los rasgos únicos de la agrupación. “Todos trabajamos de la música y vivimos de ella, una particularidad que la hace increíble. Pero en un país como Colombia no siempre es fácil”, confiesa Santiago Camacho, quien, sin importar los obstáculos, ha invertido todo su tiempo y empeño en sacar adelante su música.

“Desde que Daniel comenzó su proyecto, todo era muy íntimo. Por eso es que el nombre nos parece muy especial. Viene de los miedos o ataques que puede tener cualquier persona, ese pánico que es una reacción de los seres humanos y que los hace escapar”, explica Camacho. Con la banda ya bautizada y las primeras canciones del vocalista López listas, el primer EP de Danicattack salió al mercado con cinco cortes de una mezcla de géneros entre rock and roll y blues. Esta primera producción, de 2013, la bautizaron My First Single.
Para la banda este trabajo tiene la capacidad de sorprender, pues cada vez que se reproduce, la audiencia es transportada a otras dimensiones y, a través de sus letras, los músicos cuentan cómo son esos mundos externos y qué es lo que hay en cada uno. A partir de este primer viaje nació en Danicattack el concepto que ha identificado su trabajo y que han tratado de incluir en todos los actos que realizan: “música para volar lejos y lento”. Lo hicieron, por ejemplo, en su participación en el pasado Festival Rock al Parque, en el Festival de la Música de 2014 y en la edición de este año del Festival Estéreo Picnic.

Después del triunfo de My First Single, que tuvo éxitos como Basta, Danicattack prepara desde hace dos años su primer disco, que todavía no tiene nombre. “Ya salieron tres princesas de la lista de nombres que teníamos. Ahora vienen la reina y la virreina, para ver cuál se configura mejor, pero lo importante es que el material ya está grabado”, explica Camacho, que con orgullo habla de la canción Basta, en circulación ya por algunas emisoras y canales de internet. Se trata de un álbum lleno de atmósferas y energías pues es, aseguran los integrantes, el primer proceso de composición que realizaron y con el que crearon un tipo de música nueva.

“En esta nueva producción tenemos más sonidos, experiencias e historias que esperamos llevar a más escenarios y públicos”. Por ahora, además de preparar el lanzamiento de su disco, Danicattack se ha puesto en la tarea de organizar su primera gira nacional, reto que, cuentan, ha sido complicado pero gratificante. “Planeamos comenzar en julio. No sabemos la fecha exacta ni los lugares. Pero estamos seguros de que estaremos en Santa Marta, Cali, Bucaramanga, Ibagué y Bogotá, con un par de fechas muy importantes en septiembre”. Con las dificultades de vivir de la música en Colombia y de ser capaces de organizar la logística y los detalles de su primera gira, Danicattack no ha dejado que los obstáculos frenen su camino. Por el contrario, los han tomado como metas que hoy, cinco años después de las primeras reuniones para formar la banda, han logrado conquistar, aunque alguna vez lo creyeron imposible.

Y así como han cumplido sus objetivos, hoy tienen la convicción de que su sueño de llegar a escenarios más grandes y a un público que los pueda llenar será una realidad. La música seguirá siendo para el baterista un juego de Mario; para el vocalista, la unión de muchos elementos; para el bajista, un acto de amistad, y para el teclista, lo será todo, tanto lo que ha vivido como las sensaciones y sentimientos del presente.

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