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Entre el Monstruo y el Fenómeno…

procurador

 

Carmen Socorro Ariza-Olarte

… Yo, como los budistas, escojo el Milagro y dejo atrás toda afrenta.

Porque, por más decepcionante que a algunos les haya parecido la postura de Mockus, yo, desde la amplia perspectiva que me otorga la distancia, creo que él, como yo, ha escogido el amor en aras de no quedarse estancado en la afrenta, e ir más allá de la tragedia (Aquí me permito parafrasear a Carlos Fuentes, Aquí no hay tragedia, aquí todo se convierte en afrenta –‘La Región más Transparente’-). Porque, al final, detrás del monstruo de Frankestein y del Fenómeno que ha ayudado a darle vida, existe una metáfora de amor: la misma que le da asiento a Dios y al Diablo. La metáfora está ahí para enseñarnos que al final, después de todo y de todos, los dos terminan siendo el mismo, y que el problema no es ni el uno ni el otro, el problema radica en sus actos. Y he ahí el por qué un hombre envestido del poder que le otorga su cargo ha sido capaz de hacer de abogado del Diablo, y ha terminado por salirse siempre con la suya: aquellos que tienen el poder y los medios para ponerle freno se han dedicado a atacar al hombre, pero no al mal que va dejando tras de sí; o mejor decir, han atacado a los hombres, mas no a sus actos.

Si tan solo uno de los reporteros y/o columnistas que por más de un año se han dedicado a atacar al procurador hubiese volcado toda su energía en hacer periodismo investigativo de nivel, y hubiese recolectado las pruebas suficientes para probar –valga la redundancia- que este hombre ha abusado de su cargo, y no es más que la marioneta del stablisment, ya habrían empezado a emerger algunos huevitos con más calificaciones que las de pertenecer a la familia del Trío de Ases o a la Escalera Flor que el experto jugador de póker se saca de su manga a conveniencia y… otros gallitos, quizás mucho más calificados y honestos, serían los que empezarían a cantarnos un himno nuevo y refrescante. No obstante todo se ha limitado a atacar al hombre y, nanai nanai de pruebas contundentes; pues sí que es verdad que se necesita valor para hacer este tipo de periodismo; sí, se puede terminar mal; ¿pero acaso no es eso parte del ser periodista? Si don Guillermo Cano no hubiese expuesto su pellejo en aras de sacar la verdad a flote ¿hubiese sido don Guillermo Cano un buen periodista, o mejor aún, sería un buen hombre? ¿Si Mandela no hubiese aceptado su suerte cuando decidió luchar por los derechos de su pueblo, sería hoy el símbolo de la lucha racial y el padre de una Suráfrica sin apartheid? Dejando de lado, claro,  que solo hayamos visto a la población negra hacer acto de presencia en sus funerales, ups!

Una nueva Colombia solo será posible cuando un funcionario de alto rango, como el procurador, sea una persona que antes de sentarse en su silla ha sido investigada con lupa, y ha comprobado que no está sentado allí para ser la marioneta de ningún partido político ni ningún politiquero, y que es y está más limpio que el culito del Niño Dios… por aquello de que se acerca la Navidad… Sorry! Además de que no deberá ni podrá poner sus creencias de por medio, pues los sacerdotes y los santos deben ejercer dentro de los recintos religiosos, lo mismo que los futbolistas pertenecen a los estadios y, aunque se echen una que otra bendición, a la hora de jugar no andan con la Biblia en la mano; y por el mismo desempredado camino los jugadores de póker NO ejercerán de presidentes, pues para ellos existen los casinos, tanto físicos como virtuales; pues elemental mi querido Álvaro: un país no es ni una iglesia ni un estadio de fútbol ni un casino ni, menos, una carretera donde, haciéndonos los pendejos, hacemos la U prohibida y, zas, volvemos al sitio que no nos corresponde dándonoslas de Santos.

Colombia solo podrá salir a flote cuando el pueblo sea conciente y capaz de elegir a las personas más idóneas para ejercer sus cargos y no al gallito que un partido político le ponga por delante. Visto así, desde la amplia visión que me da la distancia, ni el procurador ni el alcalde son idóneos, pues los dos, jueguen en la izquierda, la derecha o el centro, con sus actos han demostrado que sus cargos los superan; y ni que decir del resto. Además, Colombia sólo será una Nación cuando sea capaz de resolver sus problemas y sus asuntos por sí misma. Mientras no sea así, tendremos que seguir conformándonos con que sean otros los que decidan por nosotros, llámense como se llamen y vengan de donde vengan, o nos quiten y nos pongan a su antojo… Trascendencia es Transparencia, nos dice María Izquierdo, una mujer-filósofa; por eso, yo como él, se la juego toda al Amor; o, mejor, a la hora de escoger opto por el Milagro.

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