Otro mundo es posible

Publicado el Enrique Patiño

Judy Henríquez y su hija Adriana Romero, en las tablas

divorcio
la actriz y libretista Adriana Romero en compañía de su madre Judy Henríquez, quien regresa a las tablas, tras veinticinco años de ausencia, en la obra “Divorcio Express”.

Los hijos suelen tener rasgos de sus padres. Adriana Romero tiene más que eso: aparte de la semejanza física con los suyos, sacó el talento para escribir y actuar simultáneamente que compartían su madre –la consagrada actriz Judy Henríquez– y su padre –el genial libretista Bernardo Romero Pereiro– y de ellos heredó su amor por el teatro pasional como motivo de vida. Tanto así que en el 2000 escribió su primera obra, Temporal, que recibió una beca del Instituto Distrital de Cultura y presentó en la Casa del Teatro Nacional. Desde entonces ha escrito seis obras, ha montado cuatro, y en la que acaba de estrenar, Divorcio Express, logró que su mamá volviera a subirse a un escenario luego de veinticinco años de ausencia.

Judy Henríquez tomó la invitación como algo natural. Se encontraba en Estados Unidos, de viaje, cuando su hija, tras una conversación con el director de su obra Rafael Sánchez y con su esposo, el actor Rodrigo Candamil (los tres miembros del grupo de teatro El Vulgar), la llamó para ofrecerle el papel central porque no concebía a nadie mejor que pudiera interpretar a la perspicaz notaria que en la obra se encarga de demorar el divorcio entre una joven pareja interpretada por Candamil y Romero, ansiosos ambos de separarse por diferencias económicas. Judy ni lo pensó: dijo que sí, pidió leer el libreto, lo recibió por correo electrónico y a su regreso no solo se lo había leído sino que se lo sabía entero.

“Hace dos años comencé a cuestionarme sobre el por qué ahora todo es plata y entendí que la familia es la que más se afecta por lo económico. El dinero rompe las relaciones más fuertes”, explica la hija sobre la obra que se presenta en el Teatro Fanny Mickey, de Bogotá. Por eso resulta irónico que haya acudido a unir a la suya con motivo de una obra que habla de la división que se crea en ellas. “Mi marido es uno de los mejores actores del país y mi mamá, una actriz con una gran carrera. Eso me asegura trabajar con grandes profesionales y ser más exigentes el uno con el otro”, explica Adriana. Judy también aprende: es la primera vez que hace comedia y se siente a gusto.

Las opiniones se dividen en torno a la obra. Pero Adriana lo tiene en claro: es una comedia. Y una reflexión ligera sobre el amor en los tiempos de la prisa y del materialismo.

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