Otro mundo es posible

Publicado el Enrique Patiño

Spirit y el maltrato de algunas aerolíneas

Marysol llegó al mostrador de Spirit cuarenta minutos antes de despegar el avión, por cuenta de la demora de los vuelos en temporada, atestados todos por la cantidad de viajeros. «Ya está cerrado el vuelo», le dijeron.

Ella iba a tomar el avión que la traía desde Miami hasta Barranquilla, luego de tomar un avión desde la costa Oeste hasta el sur de La Florida. Y entendió lo del cierre del vuelo. Pero fue considerada como una viajera ausente, como si no se hubiera presentado nunca, lo que le valió perder el tiquete, tanto de ida como de vuelta, y el pago que había realizado anticipadamente por sus maletas, cuarenta dólares cada una, incluyendo los bolsos de mano. No hubo nada que hacer. Ni siquiera si ella compraba un tiquete de ida en una aerolínea distinta podría recuperar el de regreso: todo lo había perdido.

Esa es la modalidad imperante en el mundo de los charters y sobre todo en el mal servicio que prestan las aerolíneas que operan dentro de Estados Unidos: cobran por todo. Y no como parte de la totalidad del tiquete, sino como un precio engañoso que se incrementa con los impuestos, y que además suma si uno quiere una ubicación específica en el avión, si uno quiere estirar las piernas y quedar en una puerta de emergencia, si uno lleva un equipaje y peor aún, que suma si uno lleva dos maletas, y que sigue subiendo con los equipajes de mano, y sigue aumentando si uno quiere acumular millas o si se quiere una ubicación distinta, y que no contempla ni siquiera el hecho de ofrecer un vaso de agua a los viajeros que se transportan incómodos en cabinas en las que escasamente pueden estirarse por lo apretujadas que quedan sus rodillas. Sin exagerar, son más cómodos los buses intermunicipales, salvo por el hecho de que en el avión nadie va de pie.

Se salvan aerolíneas, y Colombia ha mejorado mucho en ese sentido. La ex AeroRepública, la llegada de LAN y la renovación de Avianca han elevado el servicio. Pero como en tantas otras cosas, en aerolíneas como Spirit se ve el predominio de las corporaciones sobre el interés de proteger a los usuarios y el ansia desmedida de hacerse al dinero a través de ardides publicitarios que finalmente llevan a la quiebra misma de las empresas que los promueven.

Y así parece ir siendo todo en el mundo: mala calidad, mal trato y maltrato. La época de la dignidad de la gente parece irse quedando atrás.

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