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Ser fiel a mí

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Por: Leidy Alejandra Henao

Nos han enseñado a amar al otro hasta que la muerte nos separe, a respetarlo, cuidarlo, apoyarlo y ser incondicional; pero nadie nos ha dicho que la única relación que tendremos hasta el fin de nuestros días es la que tenemos con nosotros mismos, “desde la cuna, hasta la tumba”, como lo diría García Márquez en uno de sus discursos refiriéndose a la educación.

La fidelidad a nuestros sueños, a nuestros experimentos, que no tienen otra finalidad más que la de descubrirnos, conquistarnos y colonizarnos; el respeto por cada uno de nuestros múltiples “yo”, diferenciar y aprender de cada una de nuestras versiones, que si se realiza un símil con las monedas, la dualidad entre sus caras y sus sellos es lo que las hace auténticas y valiosas.

Permitir interpretarnos para así tolerarnos, coser uno a uno los retazos y descubrir qué queremos, discernir entre el mundo que nos han dibujado y obligarnos a tomar el pincel y dibujar nuestros trazos.

Ser fiel a ti, así vayas en contra de todos y todas. ¿Cómo puedes respetar al otro si para tener el “placer de su compañía” debes usar una máscara?De cierta forma, si nos somos fieles, aunque puede parecer un acto egoísta es nuestra versión más sincera y transparente, ganaremos tanto adeptos como enemigos, y aunque te prometan estar a tu lado toda la vida y quizás más tarde se vayan, al menos tú sigues intacta; persiguiendo sueños, cosiendo remiendos, pintando sonrisas, enfrentando miedos, regalándote la libertad de no depender de alguien emocionalmente, y si te encuentras con alguien en tu caminar, será una compañía que seguramente aportará a tu vida un valor agregado y no una pieza para completarnos, porque ya estamos completas.

 

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