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No todo fue fiesta

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Daniela Gómez Saldarriaga*

La Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, cuya sexta versión fue realizada del 7 al 16 de septiembre de 2012, es considerada uno de los eventos culturales más grandes e incluyentes de la ciudad y la principal actividad de la política pública de promoción de la lectura. Tiene una programación de diez días en la que participan las principales entidades del sector; cada año convoca a más personas, y en 2012 logró triplicar el número de asistentes en comparación con su primera versión: fueron más de 300 mil visitantes.

Uno de los más grandes logros de la administración pública en temas culturales había sido el aumento de la inversión económica que hace en la Fiesta, la cual aumentó de forma gradual hasta el 2010.

Pero en los dos recientes años la Alcaldía redujo su aporte. Pasó de dar $ 1.861.941.336 en 2010 y $ 1.660.000.000 en 2011, a tan solo $ 1.515.675.039 en 2012, de acuerdo al histórico manejado por la Secretaría de Cultura Ciudadana. Cabe aclarar que 2011 fue un año de cambio de administración, cuando la ciudad pasó de Alonso Salazar a Aníbal Gaviria.

Aunque las contribuciones de los socios de la Fiesta, es decir, aquellas entidades culturales que participan en la programación y otras que solo patrocinan, aumentaron ligeramente en 2012, hubo dificultades presupuestales, especialmente por la demora en la asignación de los recursos.

La contratación del equipo organizador, que en un principio está conformado solo por los jefes de cada área como comunicaciones, producción y coordinación académica, se hizo en mayo, mientras que en años anteriores se había firmado desde enero. Esto significó un retraso de cinco meses. La fecha de los contratos fue confirmada por la secretaria de Cultura Ciudadana de Medellín, María del Rosario Escobar, y el director de la Fiesta, Guillermo Cardona.

Mal comienzo

El periodo del alcalde Aníbal Gaviria Correa empezó con malas noticias para la cultura. Según los periódicos El Colombiano (febrero 26 de 2012) y El Mundo (marzo 4 de 2012), los representantes del sector temían por la continuidad de los programas que se venían realizando gracias a los dineros públicos, ya que la Secretaría de Cultura recibiría 21 mil millones menos de los asignados en el periodo de gestión anterior, o sea solo cerca de 42 mil millones.

En entrevista telefónica, la Secretaria de Cultura negó haber dado esas cifras, y agregó que, incluso, el presupuesto que había recibido de la administración anterior había sido menor, pero no precisó la cantidad.

Efectivamente las cifras están erradas. Decir que la reducción del presupuesto fue de 20 mil millones, aproximadamente, solo es válido si se compara con el presupuesto de cultura del primer año de gestión de Salazar (2008), cuando el dinero asignado fue de más de 61 mil millones. Al comparar la cifra con la de 2011 la reducción es mucho más grande: según el balance de la Secretaría de Cultura Ciudadana, ese año se invirtieron más de 97 mil millones, lo que resulta en una disminución a principios de 2012 de 55 mil millones, o de cerca de 32 mil millones luego de las adiciones que se le hacen al presupuesto a mitad de año, gracias al dinero que entra por los excedentes extraordinarios de las Empresas Públicas de Medellín y el superávit del Municipio.

Como el presupuesto municipal siempre es aprobado a finales de cada año para que entre a funcionar al siguiente, es decir que el presupuesto de 2012 se asignó a finales de 2011, fue la administración de Salazar la responsable de la reducción presupuestal a la cultura con la que comenzó la actual Alcaldía.

Luis Miguel Úsuga, el entonces secretario de Cultura, explica el porqué del recorte: “Se dejó el dinero para operar lo que se tiene que operar: no se puede dejar de pagar servicios, ni cerrar los parques bibliotecas y las bibliotecas públicas escolares, ni suspender las redes. Luego, el alcalde que llega, por voluntad, decide sus prioridades”. Así, la administración de Salazar asignó un monto base para el funcionamiento de la Secretaría a partir del dinero que tenía en caja, sabiendo que ese presupuesto base luego se aumenta con los dineros extra que recibe la Alcaldía.

Aclaró, además, que es muy probable que la Secretaria de Cultura haya comenzado con un presupuesto de solo unos 35 mil millones de pesos. Pues, hasta 2011, administraba una suma destinada al sostenimiento de los parques biblioteca, pero ese dinero, que en 2012 fueron 15 mil millones, pasó a ser manejado directamente por la Biblioteca Pública Piloto.

En conclusión, el presupuesto que recibió la administración del alcalde Gaviria podía ser redistribuido según las prioridades del Plan de Desarrollo, que es redactado durante los primeros meses del periodo del nuevo mandatario. Mientras se hace esa construcción, el Alcalde puede asignarle más recursos a programas que considere prioridad para no retrasar su funcionamiento. No fue el caso de la Fiesta del Libro y la Cultura.

Rumores

Medios de comunicación registraron desde febrero la preocupación que generó entre el gremio cultural de Medellín la asignación presupuestal en 2012, así como sus protestas ante el Concejo Municipal. Solo hasta el 12 de junio llegaron noticias definitivas sobre este tema, cuando el periódico El Colombiano publicó las declaraciones de la Secretaria, quien aclaró las adiciones finales: recibirían 15 mil millones de EPM y otros 7 mil 500 millones para infraestructura cultural.

De esta forma, el presupuesto para 2012 llegaba a más de 60 mil millones, sin contar los 15 mil millones de los parques bibliotecas; mientras que el destinado para cultura durante el cuatrenio del mandato de Gaviria sería de 244 mil millones. Para entonces faltaban menos de tres meses para la Fiesta del Libro y la Cultura.

Un par de meses antes, el 16 de marzo, el periódico El Colombiano publicó una nota preguntándose si el lugar de realización del certamen iba a variar por supuestos problemas entre la Alcaldía y el Jardín Botánico, a lo que se sumó que el presupuesto de la Fiesta aún estaba en discusión y la organización del certamen estaba retrasada, como evidenciaron en sus declaraciones la secretaria de Cultura y Clara Restrepo, directora del Jardín Botánico. Finalmente, el Jardín quedó como sede de la Fiesta pero se retiró como socio estratégico de la misma, y fue reemplazado por la Casa Museo Pedro Nel Gómez.

El rumor del posible desencuentro entre la Alcaldía y el Jardín se refiere a una pugna entre Aníbal Gaviria y una parte de la Junta Directiva de este último. Luis Miguel Úsuga confirmó lo que se rumoraba, pero que nadie decía oficialmente: el Alcalde quiso cambiar a la directora pero la Junta se opuso, en parte por su forma de proceder con la petición. Clara Inés Restrepo Mesa fue ratificada en el cargo y eso minó la confianza entre ellos. “Y lo puede decir uno con tranquilidad: por eso el Jardín Botánico no lo hizo (ser socio estratégico de la Fiesta) y cambiaron de operador. El otro operador es muy bueno, es el mejor socio que la Alcaldía puede tener para ese tipo de organizaciones, pero ese cambio ya despluma el sistema: ya es mucho más difícil”, pues entonces el Jardín Botánico debía ser alquilado, lo que no pasaba mientras era socio estratégico.

Guillermo Cardona, director de la Fiesta, afirmó que el cambio de socio estratégico obedeció a que “(los organizadores) queremos rotar todos los convenios, no hacerlos siempre con las mismas entidades. El mismo sector lo ha solicitado en muchas ocasiones”.

Sobre si alquilar el Jardín aumentó los costos, Cardona respondió que, “finalmente nos hicieron un descuento tan bueno que terminaron siendo socios estratégicos. El descuento pudo haber sido de más del 40%”.

El Jardín Botánico aclaró que el descuento fue del 34%, lo que le significó recibir por concepto de arriendo durante un mes (del primero de septiembre al primero de octubre) $269.035.837. Como socio estratégico el Jardín obtenía beneficios principalmente de la comercialización, que en 2011 llegó a los 100 millones de pesos.

Al interpelarla sobre el desencuentro entre ambas partes, María del Rosario Escobar afirmó que “hablan más los hechos que los rumores. La Fiesta se hizo en el Jardín Botánico.” También explicó que el evento “se hizo convocando a la zona Norte, y Álvaro Morales (director de la Casa Museo Pedro Nel Gómez) es su líder. Por eso el socio estratégico es la Casa Museo”.

Sin embargo, Clara Restrepo, directora del Jardín, no quiso referirse al asunto. A través de la comunicadora de la institución expresó que no consideraba pertinente hablar de ese tema. “(…) el Jardín no está interesado en generar debate, ni muchos más comentarios sobre la Fiesta”.

La discusión parece extenderse más allá del evento mencionado. Al revisar los datos proporcionados por el Jardín sobre la contratación con la Alcaldía en los dos años anteriores se nota la afectación: pasaron de firmar once contratos en 2011, que sumaron $5.984.764.987, a solo cuatro en 2012, por $3.089.908.680.

Efectos

Durante los primeros meses de 2012 apareció un mensaje en la página oficial de Facebook de la Fiesta donde se anunció que el tema de esa versión sería “Oriente”.

En 2011 el tema había sido Latinoamérica. La apuesta del 2012 era más ambiciosa pero se diluyó, y finalmente los dos ejes temáticos fueron la divulgación científica y la descentralización del certamen, con lo que la Alcaldía quería innovar sacando varios eventos del Jardín Botánico, lo que ya había ocurrido en 2011, cuando fueron realizadas actividades en el Centro de Desarrollo Cultural de Moravia, el Teatro Lido y el Parque Explora, como consta en la programación.

En total, en 2012 fueron realizados 38 eventos por fuera del Jardín Botánico. Entre las sedes alternas estuvieron siete parques bibliotecas, el Planetario, el Edificio de Extensión de la Universidad de Antioquia, la Biblioteca Pública Piloto, el Teatro Águila Descalza y el Instituto Tecnológico Metropolitano ITM.

Para responder por el cambio de tema de la Fiesta, la Secretaria expresó que “(como organizadores) tenemos derecho a rectificar según lo que pensamos. Quisimos darle prioridad a los artistas locales”, y agregó que “la temática de la Fiesta fue replanteada con el equipo de trabajo, en (sic) el propósito de cumplir con uno de los cometidos de este año: el enfoque de la ciencia, en lo cual se trabajó de manera articulada con el Parque Explora. Así mismo, obedece a unos acuerdos del equipo de la Fiesta que configuró toda la parrilla de programación.”

Su respuesta es muy diferente a la que da Guillermo Cardona, quien acepta que debieron renunciar al tema de la literatura de Oriente por falta de tiempo.

“Desde el año anterior le estábamos trabajando a eso, pero llegó un momento en que quedamos en el limbo, es decir, había una propuesta pero no… yo sabía que Luis Miguel (Úsuga) estaba haciendo la propuesta en el empalme, y pues que se llevaba esa información. La cosa no cuajó muy bien cuando empezamos en esos primeros meses a trabajar, nos encontramos con que en Oriente consideran una falta de respeto, una especie de insulto, que uno invite a un evento de esta naturaleza con menos de un año de anticipación. Entonces nos tocó recular”.

La Fiesta se enfocó en el sector artístico local, lo que generó reacciones como la de Jorge Giraldo Ramírez, decano de la Escuela de Ciencias y Humanidades de EAFIT, quien en su columna en el periódico El Colombiano del 16 de septiembre, escribió: “Se acabó la Fiesta del Libro de 2012. Fiesta cultural con pocas figuras de alto nivel, lo que es un desafío porque a Medellín vienen continuamente y quieren venir decenas de personajes de primera fila internacional. Y muy poquitos libros. Pocas editoriales, ninguna novedad, excesivo localismo. Me atrevo a decir que había más títulos esta semana sólo en el Centro Cultural García Márquez en Bogotá”.

Y concluyó que: “A una Medellín que aspira a los Juegos Olímpicos juveniles no le queda bien que su fiesta del libro sea el equivalente a un campeonato de tejo”.

Dificultades en números

Tras una revisión final de los datos, la Secretaría anunció que a la Fiesta asistieron 331.569 personas: 297.195 estuvieron en el Jardín Botánico, 25.194 en el Parque Explora y 9.180 en las sedes alternas.

En el boletín de prensa que envió la Alcaldía el 18 de septiembre y en la presentación del balance de la Fiesta exhibida en la rueda de prensa de clausura se dijo que esto representaba un aumento del 19% en comparación con 2011; en realidad es del 15,7%, pues el año anterior asistieron 279.407 personas, según los datos aportados por la misma Secretaría.

En general, la cantidad de asistentes se mide con contadores mecánicos que opera el personal logístico ubicado en las entradas y los salones, y por la estadística de los grupos que programan su visita y las instituciones educativas que asisten todos los días y de forma masiva, con previa inscripción.

En un artículo publicado el 19 de septiembre en la página web de De La Urbe, medio de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia, el comunicador del certamen, Juan Sebastián Salazar, mencionó que en 2012 habían asistido 26.500 estudiantes, cuando en el 2011 la cifra había llegado solo a algo más de 10 mil. Un mes después la Secretaría aclaró, en respuesta a un derecho de petición, que en 2012 asistieron 25.654 estudiantes, y en 2011 habían sido 27.401.

Los ingresos al Jardín Lectura, zona que reúne estaciones diseñadas por institución culturales con programación para los niños, también disminuyeron. En 2012 asistieron 1.747 niños menos que en 2011.

En total, la Fiesta del Libro y la Cultura 2012 costó $ 2.029.827.945, es decir, 300 millones menos que el año anterior. La reducción no fue mayor gracias a los aportes de los socios, sin embargo, la disminución presupuestal se nota en áreas fundamentales como las comunicaciones, que pasó de recibir aproximadamente 40 millones en 2011, a 23 millones 200 mil pesos en 2012.

Decisiones para el futuro

Luego de las discusiones sobre el presupuesto de 2013, el Concejo de Medellín aprobó $ 47.299.519.394 para la Secretaría de Cultura Ciudadana. Días después, exactamente el 18 de diciembre, la secretaria Escobar dijo en rueda de prensa que esa no era la cifra, sino $ 74.155.000.000. (Lo ejecutado en 2012, según la secretaria, llegó a los 70 mil millones).

El concejal  Yefferson Miranda Bustamante, vía telefónica, explicó que el presupuesto consignado en el acta del Concejo no es un error, sino que la nueva cifra es resultado de las adiciones que determinó  el alcalde Gaviria. Este dinero proviene, entre otras fuentes, de dineros no ejecutados por otras secretarías.

Dadas las condiciones presupuestales, es de esperarse que la ejecución de los proyectos en cultura se dé a tiempo. Sin embargo, aunque Guillermo Cardona había hablado de su expectativa de que este año el equipo organizador empezara a trabajar desde enero, hasta el día de hoy no ha sido contratado. El convenio de asociación entre la Alcaldía y la Casa Museo Pedro Nel Gómez debería firmarse este viernes. Solo hasta que eso ocurra, y el área jurídica elabore las minutas, se firmen y se entreguen las pólizas correspondientes, se podrá contratar al personal.

Nota: La elección del director del Jardín Botánico se hace por votación entre los miembros de la Junta Directiva conformada por delegados de cada una de las entidades fundadoras: Sociedad de Mejoras Públicas, Sociedad Colombiana de Orquideología, Club de Jardinería de Medellín y la Alcaldía; un delegado de los socios activos, que en este momento es del Área Metropolitana; un delegado por cada comité de apoyo, que son técnico, financiero, mercadeo y ejecutivo; y el Secretario de Medio Ambiente de la ciudad.

* Colaboradora

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