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Fútbol y séptimo arte

Amando a Maradona
Amando a Maradona

En este mes de fútbol mundialista, están a ojos del público de cuatro ciudades colombianas algunas de las mejores películas sobre el deporte.

Nelson Fredy Padilla (*)

Lo dijo Pier Paolo Pasolini, un grande de la literatura, amante del fútbol y legendario director de cine: «El fútbol es un sistema de signos, por lo tanto es un lenguaje”. La prueba está a la mano: hasta el 28 de agosto los colombianos podemos asistir a la primera Muestra Internacional de Cinefútbol “en armonía y sinergia con la Copa Mundial Sub-20”.

En la Cinemateca Distrital de Bogotá se puede disfrutar de las películas más importantes que se han rodado sobre la vida de Maradona: ‘Maradona by Kusturica’, ‘El camino de San Diego’ y ‘Amando a Maradona’. Me gustó más el documental de Kusturica, por el intercambio personal, el trabajo en varios continentes, una cámara dentro de la familia, y no sólo la versión del ídolo sino del hombre, en especial, del hombre político cercano a personajes como Fidel Castro. Las otras dos son más la impresionante mirada al efecto Maradona entre los fanáticos argentinos, que hasta iglesia le han creado.

Las cintas han sido proyectadas incluso en barrios populares de Ciudad Bolívar, en la Comuna 13 de la capital antioqueña y en el Distrito de Aguablanca, en Cali, causando un gran impacto. También las han visto en en el Museo de Arte Moderno de Medellín. Este esfuerzo se hizo realidad gracias, entre otros, al patrocinio del Festival de Cine de Cartagena (allí las funciones son en la plaza de la Proclamación) y del Festival de Cine y Video Alternativo y Comunitario ‘Ojo al Sancocho’.

Junto a la saga de Maradona están gratis en cartelera ‘El penalti más largo del mundo’, ‘Buscando a Eric’, ‘La gran final’, ‘El año en que mis padres se fueron…’, ‘El gol que costó un muerto’, ‘Offside’, ‘Hooligans’, ‘El miedo del portero…’ y ‘La pena máxima’. Aparte de comprobar los vasos comunicantes entre el séptimo arte y el balompié, los espectadores han tenido la oportunidad de ineractuar con los directores como Víctor Gaviria, Wim Wenders, Jafar Panahi, Carlos Sorín, Ken Loach y Cao Hamburguer, así como con actores como Salvo Basile. Este evento, que ha pasado casi desapercibido en los medios de comunicación, es ideal para dejar atrás los prejuicios de la separación entre fútbol y cultura e intentar una aproximación distinta al mayor espectáculo del mundo deportivo.

Ya el año pasado Cine Colombia abrió sus teatros en Bogotá para hacer las primeras transmisiones en tercera dimensión de seis partidos del Mundial de Sudáfrica. Esto siguiendo la corriente que en 2009 abrieron en España Mediapro y Yelmo Cines, que proyectaron con éxito en 16 ciudades españolas un clásico entre el Barça y Real Madrid. La pretensión no es que el fútbol se convierta en el octavo arte sino que, como lo advertía Albert Camus, lo valoremos como fenómeno cultural. “Lo que más sé acerca de moral y de las obligaciones de los hombres se lo debo al fútbol”, se atrevió a decir el gran escritor y guardameta argelino.

El filme que mejor se apoya en el fútbol lo vi el año pasado. ‘El secreto de sus ojos’, la argentina que ganó el Oscar a Mejor Película Extranjera, utiliza a uno de sus protagonistas para retratar el fanatismo de un hincha de Racing, aunque el mejor segmento fue en realidad grabado en el estadio de Huracán con una cámara que lo sobrevuela para evocar históricos jugadores argentinos que hacen una bella jugada que no termina en gol. Gran ejemplo de cómo abordar los excesos de la dictadura en ese país y una bella historia de amor con el balón como soporte argumental. Borges y Bioy Casares lo captaron, con ironía, en su cuento sobre fútbol “Existir es ser percibido” (1942): “un género dramático a cargo de actores con camiseta ante el cameraman”.

Aquellos genios de la pluma criticaban el espectáculo manipulado por los periodistas -Jorge Valdano los respaldó en el libro ‘Cuentos de fútbol’, hablando de una mentira muy bien contada por los medios de comunicación”-,pero hoy nadie puede negar que se trata de un fenómeno sociológico, cuya más reciente manifestación en Colombia podemos verla en los estadios en los que se derribaron las vallas de protección para el Mundial Sub-20. El público se ha comportado a la altura, en familia y convirtiendo el evento en el de mayor asistencia en la historia de esa categoría. Falta ver lo que ocurrirá cuando asistan las barras bravas.

Pero volviendo al lado artístico del fútbol, me valgo de la emoción que le generaba al checo Milan Kundera ver a 22 hombres detrás de un balón: “Tal vez los jugadores tengan la hermosura y la tragedia de las mariposas, que vuelan tan alto y tan bello pero que jamás pueden apreciar y admirarse en la belleza de su vuelo”. Romanticismo opacado por el uruguayo Horacio Quiroga, autor de “Suicidio en la cancha”, un cuento sobre el caso real de un jugador de Nacional que se pegó un balazo en el círculo central. Digno de una película, como los futbolistas que mueren de infarto en pleno juego.

Es por estas percepciones, y no por la crítica facilista al “circo del pueblo”, que el cine ha explorado la condición humana en el rectángulo futbolero, descrita a la perfección por Neruda en su poema “Los jugadores”: “Juegan, juegan./ Los miro entre la vaga bruma del gas y el humo./ Y mirando estos hombres sé que la vida es triste”.

POSDATA:

Si quieren ver diez películas sobre fútbol ingresen a: http://www.blogdecine.com/historias-de-cine/el-futbol-en-el-cine-diez-peliculas-para-hinchas-del-cine-y-del-futbol

Tampoco olviden estos títulos: ‘Kes’, de Ken Loach (1969); ‘Evasión o victoria’, de John Huston (1981), ‘Campeones’, cortometraje español de Antonio Conesa (1997), ‘El penalty más largo del mundo’, de Roberto Santiago (2005), y ‘La liga no es cosa de hombres’, de Ignacio F. Iquino (1972). Y, por supuesto, las colombianas ‘La pena máxima’ y ‘Golpe de Estadio’.

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(*) Editor dominical de El Espectador.

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