El Cuento

Publicado el ricardogonduq

¿Uribistas víctimas? No nos crean tan…

Desde hace décadas, por las calles del país y muchas veces ignorados, han marchado los familiares de los secuestrados, de los desaparecidos del Palacio de Justicia, de los asesinados por los falsos positivos y otros tantos; con fotos en blanco y negro de sus seres queridos. Lo han hecho así, sin color, para mostrar el dolor de su pérdida, pero también para expresar sus complicadas vidas. Usando el mismo recurso, ahora los uribistas se atrevieron en la marcha del 2 de abril a comparar a todas esas víctimas con sus personajes en líos: Andrés Felipe Arias, Luis Alfonso Hoyos, María del Pilar Hurtado, Diego Palacio y un extenso etcétera.

Perseguidos 

Por: Ricardo González Duque

En Twitter: @RicardoGonDuq

Que fueron 55 mil o 500 mil personas las que que salieron el sábado a decirle “No Más” al Gobierno del presidente Santos. Eso es parte de la discusión y está difícil contarlos con la precisión que alegan los que dan cada cifra, incluso desde la Policía. Pero es inevitable que fue una marcha numerosa y que nos recordó que sobre todas las críticas contra el presidente, hay en el país una fuerza que no quiere el proceso de paz con las Farc. Ni siquiera esa falacia de “paz sin impunidad”, no. Los que marcharon no quieren que haya diálogos, solo balas con los guerrilleros.

A pesar de que utilizaron nuevamente una herramienta que el gobierno de Uribe criticó cuando estuvo en el poder; la de las marchas, la de los simpatizantes del Centro Democrático tuvo casi todos los elementos para calificarla de digna. Salvo por esos carteles a blanco y negro con las fotos de todos los uribistas que tienen deudas pendientes con la justicia. Muchos de los ciudadanos que marcharon por las ciudades del país llevaron las caras de estos tipos como si fueran unos desaparecidos o unas víctimas del conflicto y no unos otrora poderosos funcionarios que cometieron errores.

Para los que no creemos en las coincidencias, el cartel que decía “No más persecución política” con una foto grande del expresidente y acompañado de esas caras, solo nos recordó que son por lo menos 20 personas del círculo cercano a Uribe que han sido condenados o ya tienen una investigación. Y los promotores de la marcha aprovechándose del fanatismo de miles, los utilizaron para esa horrible comparación tácita con víctimas incluso ignoradas durante los ocho años de la Seguridad Democrática.

¿Cómo es posible que al igual que hace doña Luz Marina Bernal, madre de Farid Leonardo Porras uno de los muchachos de Soacha víctima de ‘falsos positivos’ que exhibe en las marchas la foto de su hijo; los uribistas lo hagan con la del exministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, economista de Los Andes, con PhD de la Universidad de California, que fue condenado por la Corte Suprema de Justicia por peculado a favor de terceros por haber utilizado dineros de todos en beneficio de unos pocos, quienes iban a financiar su campaña presidencial?

¿Qué clase de fanático no lleva la foto por ejemplo de Héctor Beltrán, mesero del Palacio de Justicia que desapareció tras la toma y la retoma de 1985; sino una también a blanco y negro de la exdirectora del DAS, María del Pilar Hurtado, condenada a 14 años de prisión por concierto para delinquir, luego de que se aprovechara del DAS para espiar y crear montajes en contra de enemigos del gobierno Uribe?

¿A quién se le ocurre llevar como una víctima la imagen de Santiago Uribe Vélez, el hermano investigado porque varios testigos en Antioquia dicen que hacía parte activa de la banda paramilitar de ‘Los Doce Apóstoles’; y no una de Libio José Martínez, el sargento del Ejército asesinado por las Farc en cautiverio y que dejó a su hijo Johan Stiven esperando por volverlo a ver?

perseguidos dos

La lista es extensa, de lado y lado. Por las millones de víctimas que ha dejado el conflicto colombiano y por las tres decenas de uribistas investigados. Aunque es probable que la Fiscalía en los últimos años haya tenido una celeridad especial contra todo funcionario que hubiera trabajado para Uribe, como decía antes, no todo puede ser coincidencia ni parte de una conspiración contra los cortesanos del expresidente, más con el fanatismo que ha despertado por más de una década. Los tribunales y la Corte Suprema han fallado con pruebas en mano.

Aunque no estoy seguro que los uribistas que han sido condenados y los que aún están bajo investigación, puedan ser considerados unos criminales así se hayan convertido en prófugos de la justicia; sí creo que es indignante que los lleven al nivel de víctimas, esas a las que Uribe por ideología y supuestamente Zuluaga por economía, no quisieron crearles una ley para repararlas. ¿Uribistas víctimas? No nos crean a todos tan…(complete la frase a su antojo)

 Un punto de giro: Salvamos del apagón a un sistema que no lo merecía, a unos generadores de energía irresponsables y a unos gobiernos a los que les faltó control. Pero por encima de la venganza tiene que estar el interés colectivo: no quedarnos a oscuras.

 

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