El Hilo de Ariadna

Publicado el Berta Lucia Estrada Estrada

RESPUESTA A LA COLUMNA SOBRE «EL MAL LLAMADO ARTE CONCEPTUAL» DE JUAN CARLOS BOTERO

 

artbo1Imagen encontrada en Internet, www.rockombia.com

 

La columna a al que hago referencia ha sido publicada en el día de hoy, 24.10.14, en el diario El Espectador, pueden leerla en el siguiente vínculo:

http://www.elespectador.com/opinion/el-arte-de-antes-y-el-de-ahora-columna-523857

 

Juan Carlos Botero tiene razón en muchas cosas que dice con respecto al arte conceptual, expresión artística que visiblemente le incomoda y le desagrada; algo que no invalida para nada el trabajo de miles de artistas contemporáneos, ni hace de Juan Carlos Botero un ignorante.  

La maravilla del arte, al menos su apreciación, es subjetiva, eso lo sabe muy bien el columnista que se va lanza en ristre contra ArtBO; también sabe que lo que puede ser malo hoy puede no serlo el día de mañana. Vermeer, Goya y Los Impresionistas son sólo un ejemplo.

A mí no me gusta lo que hace Fernando Botero, considero que su obra, después de la década del 50, es sólo comercial, lo que ha construido es una marca que vende muy bien. Y sin embargo, sus cuadros y esculturas -posiblemente efímeras, en cuanto a la verdadera calidad estética se refiere- se venden a precios exorbitantes. Habría que recordar que es Marta Traba quien hizo que Botero creciera como la espuma, en detrimento de artistas extraordinarios, como es el caso de Deborah Arango, a quien Traba, como la sociedad pacata y rezandera de su tiempo, no entendió. Botero conoce la técnica, el oficio. Podría decir que es un experto en el trabajo artesanal de la pintura y de la escultura; pero le falta ese ingrediente llamado “genialidad”, ingrediente que le sobraba a Picasso y por supuesto a Deborah Arango.

En cuanto a Marcel Duchamp se refiere, uno puede estar o no de acuerdo con su famoso orinal, pero lo que es indiscutible es su inmenso aporte a la comprensión del arte del siglo XX; no hay que olvidar que es gracias a él, y por supuesto a Peggy Guggenheim, que figuras como Jackson Pollock fueron reconocidas; aunque imagino que a Botero poco o nada le gusta el pintor norteamericano.

Por último quisiera recordar que en el arte, como en la literatura, existen tantas verdades como espectadores o lectores tenga una obra de arte o un libro determinado; no hay verdades reveladas ni únicas ni inmutables ni eternas, esa es la magia del arte y de la literatura, cada persona puede ser un crítico sin que su concepto pueda ser considerado como el único a seguir. Las doctrinas van en contra de los movimientos artísticos; el verdadero rol del arte es controvertir todo aquello que se considere sagrado, hasta las gordas de Botero cabrían -al menos para mí, ya que no pretendo sentar cátedra- en esta apreciación.

 

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