El Hilo de Ariadna

Publicado el Berta Lucia Estrada Estrada

ELUCUBRACIONES DE UNA VAGINA SECUESTRADA

Carta abierta a algunas mujeres del Centro Democrático

vagina ilustración

Mi nombre es Vagina, del latín vagina, que significa vaina, o sea un canal, túnel  o conducto que poseen la hembras de la especie de los mamíferos, y que va desde la vulva al útero. En la Encyclopedie Bordas, SGED París 1994, puede leerse: “Canal que comunica la vulva con el útero, limita al exterior con el himen (membrana de las mujeres vírgenes) y con los labios menores. Los labios menores y los mayores (estos últimos cubiertos con vellos en las mujeres adultas) delimitan el vestíbulo, allí donde se encuentran las glándulas de Bartholin que permiten la secreción que facilita la penetración del pene. En el vestíbulo se encuentra el clítoris, órgano eréctil, muy sensible, que corresponde, embriológicamente hablando, al pene. Las paredes de la vagina, tapizadas interiormente de una mucosa, están en gran parte constituidas de músculos lisos”[1]. Explicación incompleta, faltan, entre otros, el fornix vaginae, o fondo de saco vaginal, y por supuesto falta el cérvix, o cuello uterino, que permite la salida de la sangre del útero durante la menstruación y la entrada de los espermatozoides al útero; y si ésto les parece poco, el cérvix uterino, que suele medir unos 2.5 centímetros de diámetro y 3 a 4 de longitud, se dilata hasta los 10 cms para dar paso al nacimiento de nuestros hijos.

No obstante, yo prefiero pensar que mi nombre, vagina, proviene de una hermosa palabra tahitiana, vahiné, que quiere decir mujer.

vahines

Pintura de Gauguin

Sin embargo, este túnel secreto,  para algunas personas enigmático, para otras fuente de pecado, de perdición, fuente de todos los males del mundo, representación de la Eva desobediente, altanera, provocadora, pero sobre todo una Eva que quiso indagar en lo prohibido por un dios que desde entonces ha mostrado una crueldad indecible para conmigo, también ha sido para muchas fuente de placer, a veces inconmensurable.

Son las religiones, columnas que sostienen el patriarcado, las que me han injuriado. Si el dios al que tanto le rezan, es el mismo que me creó, ¿Por qué habría de ser pecaminosa y vulgar? ¿Por qué habría de ser fea? ¿Por qué habrían de violarme? ¿Por qué no podría ejercer mi libre sexualidad con la persona, o personas, que desease? ¿Por qué cuándo la ejerzo, de una forma libre y autónoma, soy declarada puta? ¿Y los hombres que visitan este túnel? ¿También son putos? ¿Son todos disolutos, libertinos, viciosos, pecadores? ¿Son hombres de poca fe? ¿Son estragos de la naturaleza? ¿Son ursas horribilis condenados a ser espeleólogos en una cueva maldita?

¿Y cuál es el problema de ilustrar o representar una vagina? ¿Acaso las mujeres, portadoras de este spelaion magnífico, no vienen desnudas al mundo? ¿Y los hombres? ¿Acaso nacen con una hoja de parra que les cubre su miembro?

El miedo al desnudo femenino, léase a la vagina,  comenzó a ser una verdadera pandemia con la llegada del cristianismo. Pero sobre todo cuando la misma Iglesia se encargó de prohibir que hombres y mujeres posasen desnudos. De ahí las pinturas en las que se hace evidente el desconocimiento de las proporciones anatómicas, conocidas por los griegos y romanos y olvidadas hasta el Renacimiento. En otras palabras fui secuestrada por la religión, desde hace milenios me han impedido ejercer mi propia autonomía, me han querido avasallar, humillar, me han pisoteado, violado, he sido botín de guerra.

Esto me hace recordar que todos los personajes del Juicio Final de Miguel Ángel, obra inicialmente encargada por Clemente VII y finalizada bajo el papado de Pablo III, fueron pintados desnudos. Posteriormente Pio V, bastante insulso, y haciendo gala de su estulticia, ordenó que los cubrieran con unos trapos bastante feos. El pintor encargado de hacerlo fue Daniel da Volterra, apodado Braghettone, o pinta braguetas o pinta calzones; afortunadamente murió dos años después de iniciado el trabajo  sin que hubiese podido terminarlo.

juicio

Y esta estupidez sigue imperando en las mentes fanáticas que ven en todas las manifestaciones artísticas representaciones del mal. Es el caso más reciente de una  de las pinturas de Cranach el Viejo. La  Real Academia de las Artes de Londres programó una exposición del pintor al que hago referencia y escogió uno de sus desnudos para hacerle difusión; sin embargo el metro londinense lo rechazó. Y no me estoy refiriendo a una prohibición del siglo pasado sino a una exposición que abre sus puertas al público mañana sábado 23 de agosto de 2014.

cranach 3

Otro caso fehaciente de la falsa moral de nuestra sociedad es el cuadro El Origen del Mundo de Gustave Courbet, y aunque fue pintado en 1866, permaneció oculto hasta 1995, año en que pasó a formar parte de la exposición permanente del Museo de Orsay de París.

El origen del mundo de Gustave Courbet

 

Y ahora en Colombia dos mujeres que nadie conocía antes, pero que ahora ganan varios millones de pesos de los contribuyentes colombianos por no hacer nada, sólo porque Uribe resultó elegido senador, me han declarado la guerra. El Museo Santa Clara, bajo la dirección de Constanza Toquica, programó una exposición de María Eugenia Trujillo, Mujer en Custodia, y sin que las abanderadas de la moral, aunque no sé de cual, ya que quisiera creer que nunca han explotado a nadie, que las riquezas que ostentan vienen de patrimonios honestamente trabajados, y que por lo tanto siempre le han pagado salarios justos a sus empleadas domésticas, incluyendo, por supuesto, prestaciones sociales, salud, vacaciones, horarios justos; o sea lo que se esperaría de una buena católica,  han hecho llegar a la dirección del museo un Derecho de Petición que exige que la exposición sea cancelada puesto que “lacera los principios de su fe católica” (al respecto pueden leer la columna del diario El Espectador de Catalina Ruiz-Navarro, titulada Vaginal, del pasado jueves 21 de agosto de 2014). Para estas senadoras desconocidas, aunque seguramente se consideran a sí mismas muy cultas, las custodias compradas en tiendas de arte religioso popular, y que nada tendrían que envidiarle a una de supercherías, consideran que la artista Trujillo está profanando un objeto sagrado. Y yo me pregunto, ¿acaso un objeto es sagrado per se? No es acaso atribuirle una característica sagrada, a un objeto cualquiera, un signo de pensamiento mágico propio de las religiones animistas? Pero lo que es más importante aún: -¿Qué es lo que las incomoda? ¿Acaso María, la madre de Jesús, no tenía vagina? Y también les pregunto: -¿Qué les incomoda de sus propias vaginas? ¿Por qué ese rechazo? ¿Acaso no han sido fuente de felicidad en sus matrimonios? ¿Acaso no fueron los túneles por los que vinieron al mundo sus propios hijos? Imagino que no van a responder. Seguirán pensando en cómo ejercer un puesto de senadoras sin ser vistas como cenadoras. Sin embargo, han comenzado muy mal. No es con el rechazo a su propia condición de mujer que serán respetadas y admiradas. Ojalá recapaciten, nunca es tarde para cambiar la forma de pensar; incluso pueden hacerlo sin dejar de ser creyentes y devotas católicas.

Atentamente,

Vahiné, más conocida como vagina

 


[1] Traducción libre de la autora del artículo

Canción relacionada con esta carta:

¡OH QUÉ HORROR, ESCÁNDALO EN EL CENTRO DEMOCRÁTICO !

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