El Hilo de Ariadna

Publicado el Berta Lucia Estrada Estrada

SERGIO DE LA PAVA EN BLU RADIO

O EL OSO DE UNA MALA ENTREVISTA

Cuando salió al aire el nuevo formato de Caracol, Blu Radio, pensé que por fin iba a poder escuchar algo diferente a La W. Pero casi un año después de su aparición el desencanto no ha dejado de crecer, y si la escucho es sólo para estar un poco más informada de la actualidad colombiana, pero me desconecto permanentemente y dejo de escucharla cuando Jorge Alfredo Vargas toma el micrófono; entre otras cosas porque la emisora se convierte en algo completamente intrascendental, pareciera que sólo es la búsqueda de lo light lo que le interesa; o sea las noticias banales, que lejos de construir un país lo que hace es sumirlo aún más en los tonos grises en los que una gran parte de la sociedad colombiana se mueve.

Antes de pasar a hablar sobre la entrevista que motivó esta reflexión sobre Blu Radio, la que le hicieron ayer jueves 22 de agosto al escritor Sergio de la Pava, quisiera enumerar algunas de las cosas que me han molestado de este formato que prometía ser una nueva revolución de la radio colombiana. Lo primero que se me viene a la cabeza son los comentarios, a menudo vulgares, sobre todo los de Felipe Zuleta que muchas veces rayan en la ramplonería -incluso he dejado de leer su columna de El Espectador-; y ni que decir de sus comentarios misóginos; tal y como lo anotaba ayer Catalina Navarro Ruiz-Navarro en su columna titulada Los Gallos, en la que lamentaba la salida de la prestigiosa y respetada periodista Laura Gil, sentimiento que comparto plenamente.

Por su parte, Paloma Valencia a veces pareciera ser la vocera del Partido del Té, como cuando defendió el supuesto derecho que debería tener cada ciudadano a portar un arma de fuego, aduciendo que no son malas per se, sino por el uso que cada individuo decida darles. Y ni que decir que muchas veces sus intervenciones dan la impresión que solo estuviese leyendo mensajes de texto que podrían ser redactados por la mente delirante de las personas a las que sigue como si se tratase de los sacerdotes de un nuevo credo. Parecería que ha utilizado a Blu Radio para hacer proselitismo político. Y no es que un periodista no pueda tener ideologías políticas, pero si debe ser neutral, sin apasionamientos ni radicalizaciones. Considero que cuando se dan los micrófonos permanentemente a un fanático, sea de derecha o de izquierda, lo que se hace es un gran mal al país; puesto que no se construye una mente crítica y analítica, sino que se construyen fanatismos y radicalizaciones. Una cosa muy diferente es cuando los entrevistan, siempre y cuando los periodistas sepan precisamente guardar la ecuanimidad y que sus preguntas sean inteligentes y que lleven a desarrollar discusiones respetuosas y constructivas.

 En cuanto a Mabel Lara, periodista ecuánime e inteligente, a veces le sigue el juego a los comentarios subidos de tono de sus colegas masculinos. Sin embargo, considero que se equivoca cuando alaba la belleza de quirófano, llamándola inversión, sin reflexionar sobre las secuelas que esa búsqueda inútil, y más que efímera, puede dejar en la persona que decide someterse a los dictados de la belleza actual. No sólo me refiero a las muertes que pueda ocasionar la cirugía estética, sino a los problemas económicos que pueden surgir, muchos de ellos a causa de préstamos innecesarios, hipotecas de la casa, en fin; eso sin hablar de todo un cambio sociológico que se ha ido gestando en la sociedad actual, cambio no necesariamente bueno.

 Pero lo que verdaderamente me motivó a escribir esta reflexión sobre la radio fue la entrevista con Sergio de la Pava, ganador del prestigioso premio PEN 2013, con su novela Una rara singularidad -o Una singularidad desnuda-, espero poder leerla cuando sea traducida al español.

Me pareció que  las preguntas han debido ser formuladas por Héctor Abad Faciolince. A veces se les olvida que no sólo es un gran periodista, un hombre bastante bien informado, brillante, culto, sino que además es un gran escritor. Pues bien, en vez de dejar que fuera él quien dirigiera la entrevista, fue Néstor Morales quien se apropió de la mayor parte del tiempo del micrófono, no sólo para hacer preguntas intrascendentales y repetitivas, sino para dejar entrever, aunque no sé si sea cierto, que no sabe que es una ficción literaria.

Estas son algunas de las preguntas que hizo y que repitió: – de donde son sus padres o en qué año llegaron a USA. También hizo preguntas que no tienen ninguna trascendencia, al menos literariamente hablando, como fue la pregunta si al autor le gustaban los chontaduros.

En el minuto 8 Héctor Abad Faciolince solo había hecho una pregunta, bastante acertada a mi modo de ver, sobre la lengua utilizada por el autor en la obra anteriormente anotada, ya que trajo a colación la expresión que dice que el idioma es la patria del escritor. Y luego Néstor Morales se apropió nuevamente del micrófono para preguntar si el apellido De la Pava es de origen colombiano, algo verdaderamente intrascendente en un país donde se ha podido llegar a una relativa integración.

Veamos otras de las preguntas : -¿Se siente colombiano?, ¿rumbea, baila salsa?

 Y al tratar de abordar el tema de las influencias literarias, su pregunta fue: ¿Le tocó García Márquez chiquito? y ¿Qué recogió usted de la literatura colombiana?

Por otra parte, el corresponsal en Estados Unidos ni siquiera se había tomado el tiempo para leer su libro, lo que me lleva a recordar que el año pasado un periodista de La W, radicado en España, reconoció que el 1 de enero del 2012 se había propuesto leer cinco libros en el año que recién comenzaba, como si cinco libros por año fuese una hazaña enorme, y luego contaba, muerto de la risa, que para mayo aún no se había leído ni dos. El corresponsal en cuestión hizo alusión a que la obra que nos ocupa ha sido comparada a la de autores anglosajones, como Melville y Joyce. Sergio de la Pava contestó, de manera magistral  -si se tiene en cuenta el bajo nivel de la entrevista- que eso es para los críticos; pero reconoció que se identifica más con los rusos, sobre todo con Fedor Dostoievski, y reconoció que está en entre dos mundos, pero dijo que a él, como escritor, no le interesa saberlo.

Posteriormente, y sólo en el minuto 13, Héctor Abad interviene por segunda vez, esta vez para saber si la novela estaba siendo traducida al español. La última pregunta que le hizo fue si había tenido formación literaria. Afortunadamente Héctor Abad cerró la entrevista con broche de oro, pero en términos generales la entrevista fue bastante mediocre, no por su culpa, sino porque el director del programa se apropió todo el tiempo del micrófono.

Nota: Whelpley, posiblemente el lector más fiel que tiene El Hilo de Ariadna, y cuyos aportes han contribuido enormemente a todo lo largo de estos dos años de publicación, envía una entrevista bastante original que le hicieron a Sergio de la Pava. Pueden leerla en el siguiente vínculo:

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