El Hilo de Ariadna

Publicado el Berta Lucia Estrada Estrada

1Q84 DE HARUKI MURAKAMI

Haruki Murakami

Por: Berta Lucía Estrada Estrada

En mayo de 2011, cuando recién comencé a escribir este blog, publiqué uno nota sobre Haruki Murakami (Japón, 1949)

HARUKI MURAKAMI

y ahora vuelvo a reseñarlo ya que acabo de leer la primera parte de su trilogía 1Q84. Y si bien sus otros libros me habían impactado desde todo punto de vista, especialmente el de Kafka en la orilla, no puedo decir lo mismo del primer tomo de su más reciente trabajo. Es muy posible que a mucha gente le haya gustado, lo cual no invalida para nada su criterio ni el mío, esa es la magia de la literatura en particular y del arte en general; puesto que las verdades absolutas no existen y la apreciación estética no obedece a criterios específicos. Así que voy a permitirme expresar mi desilusión con la lectura de 1Q84.

Siempre he creído que la gran “astucia” de un autor, léase pintor, escultor, escritor o músico, es poder “sorprender” a sus espectadores o lectores; pero cuando esa “sorpresa” desaparece,  para dar la sensación de “déjà vu” (ya visto), como dicen los franceses, la magia de la lectura desaparece para dar paso a una sensación de agobio que impide, por supuesto, el gozo estético frente a la obra que se tiene ante los ojos. Y eso es lo que me sucedió con la obra en cuestión.

Y si bien 1Q84, está muy bien escrita, desde el punto de vista del estilo literario al que nos tiene acostumbrados Murakami, la historia repite muchos de los elementos que aparecen en sus otras obras; me refiero, básicamente, al aspecto onírico. Sin embargo, hay una característica que deseo resaltar por encima de todo, y es su maestría a la hora de armar el rompecabezas de la historia, o historias, que conforman 1Q84.Todos los elementos que van apareciendo  a todo lo largo de la obra, poco a poco van encajando en la soberbia construcción del puzle, sin que ningún elemento, por pequeño que parezca, quede por fuera. Es como una maquinaria donde todos los piñones encajan los unos con los otros. No obstante, no me sedujo, no me eclipsó como Kafka en la orilla.

Sin embargo, hay otros dos aspectos que quisiera resaltar:

1. La evocación permanente que hace del magnífico libro 1984 de Georges Orwell, el cual leí precisamente en 1984, también vi la película en la que John Hurt tenía el papel protagónico y Richard Burton hace de torturador. Su lectura es obligada si se desea entender el mundo en el que vivimos actualmente y en el cual somos “controlados”, por utilizar un eufemismo, por ese Gran Hermano que es Internet y donde todo lo que hacemos deja una huella indeleble. Aunque en el momento en que Orwell escribió el libro no podía ni siquiera imaginar que algo como Internet podría existir algún día. Y mientras que Orwell escribe sobre el futuro, Murakami lo hace sobre el pasado. Pero tanto el uno como el otro nos demuestran que el libre albedrío es algo inexistente y que los seres humanos somos sólo marionetas que danzamos al son que unos pocos que controlan el mundo nos ponen como música de fondo.

2. Ya en el artículo que había escrito sobre Kafka en la orilla, había resaltado el lado feminista de Murakami, aspecto que se reafirma en 1Q84.

Y por último, quisiera hacer alusión que la lectura de dicha obra, al menos del primer tomo, no pienso leer los otros, me hizo pensar en varios momentos en la saga de Stieg Larsson, Millenium (https://blogs.elespectador.com/elhilodeariadna/2011/07/24/stieg-larsson/). Estoy convencida que Murakami también leyó a Larsson y que 1Q84 podría ser también un elogio a su obra. Incluso uno de sus personajes femeninos principales, por no decir el principal, Aomamé, tiene mucho de Lisbeth Salander.

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