El Blog del Cerebro

Publicado el Virginia Rojas Albrieux

Neurogénesis: cómo estimular el nacimiento de neuronas?

Neuronas

Es aún frecuente que se crea que nacemos con toda la cantidad de células cerebrales o neuronas que tendremos para la vida. Y es por esta razón que algunos científicos consideran que el daño cerebral es irreversible, la enfermedad neurológica imparable, y el declive cognitivo una cuestión inmodificable; aún hay mucho desconocimiento y confusión respecto del tema. Pero estudios en la última década, encabezados por las neurociencias, demuestran en forma fehaciente, que incluso los cerebros adultos generan nuevas células. Desde entonces, mucha de la investigación de esta disciplina, está en este momento concentrada en este tema y posiblemente pronto empezaremos a tener noticias acerca de cómo el fenómeno de la neurogénesis, intervenido por la ciencia, podrá ser utilizado en pro del bienestar del hombre.

La neurogénesis es el proceso mediante el cual nacen nuevas neuronas. Pero para que esto suceda, deben también morir otras. El solo hecho de que mueran neuronas desencadena ciertos “factores de crecimiento” en el cerebro que estimulan la formación de otras nuevas. Este proceso permite que el nacimiento de neuronas se mantenga dentro de cierto rango, y de esta manera se asegura que los circuitos cerebrales funcionen siempre bien – al menos en condiciones normales – porque hay una renovación controlada.

 

En general, todo lo que favorezca la salud cerebral favorece también la neurogénesis. Resulta de gran interés conocer qué la incrementa y qué la reduce, ya que aumentarla redundaría en el mejoramiento de la memoria, el estado de ánimo, y la prevención del declive cognitivo asociado a la edad.

Durante el envejecimiento, el proceso de neurogénesis va cambiando, y mueren más células de las que nacen. Adicionalmente, hay factores de tipo comportamental, ambiental, farmacológico y bioquímico que pueden afectar de manera negativa la neurogénesis, y otros que se sabe la estimulan. Sobre algunos no tenemos mayor control, pero sobre muchos de ellos sí!

El ejercicio cardiovascular, así como también el yoga, por ejemplo, son poderosos métodos para promover la neurogénesis. Tienen amplios beneficios para la salud mental y física y además ayudan a aliviar el estrés – el cual bloquea la neurogénesis! Algunos estudios han demostrado que cuanto más frecuentemente se ejercita, mayores son los beneficios.

Ahora bien, es importante que también estas nuevas neuronas sean estimuladas a través de interacción social o de ejercitarnos mentalmente para que ellas se integren a circuitos cerebrales ya existentes, o vayan generando nuevos. Cuando las recién nacidas no son estimuladas, mueren (por falta de uso). Mantenernos activos mentalmente, aprendiendo cosas nuevas, retando el intelecto, así como también compartiendo con otras personas, son costumbres positivas para nuestra salud cerebral. Los seres humanos somos genéticamente “gregarios”; nacimos para socializar, y el aislamiento nos deteriora.

La deprivación del sueño es, definitivamente, una contra de la neurogénesis, así como dormir bien la estimula. El sueño es una necesidad biológica y durante este el cerebro entra en un proceso de desintoxicación – se libera de desperdicios producidos por las neuronas.

La dieta juega un rol significativo sobre la salud cerebral y la neurogénesis. El exceso de azúcar refinada, por ejemplo, tiene un efecto negativo sobre el cerebro, y las comidas procesadas y refinadas deberían evitarse. Algunos alimentos tienen un efecto directo sobre el proceso de la neurogénesis y la salud cerebral en general. Se sabe por ejemplo, que la cúrcuma contribuye de manera muy favorable y adicionalmente tiene propiedades antidepresivas bastante poderosas. Estudios muy recientes aseguran que el aceite de coco tiene asombrosos beneficios sobre el declive cognitivo. El omega 3 es también fuente de salud cerebral. Yo prefiero la de origen vegetal, presente en las semillas de chía, las nueces, la linaza y el cáñamo. Seguir una dieta con restricción calórica (reducción de ingesta de calorías con nutrición optima) se asocia a un aumento de los factores neurotróficos derivados – una familia de proteínas que favorece la neurogenesis y la supervivencia de las células neuronales. Esta dieta también favorece la longevidad en general.

Se conoce que el uso crónico del alcohol es uno de los hábitos que más deteriora la neurogénesis, al igual que el cigarrillo y las sustancias psicoactivas.

Finalmente, la meditación –cuyos efectos ya constituyen un subcampo de estudio dentro de la investigación neurológica- induce una cantidad de cambios bioquímicos y físicos denominados globalmente como la “respuesta de relajación”. Una de las transformaciones que se han podido medir es sobre la química y estructura cerebral. Por ejemplo, en un estudio de la Universidad de Massachusetts sobre Mindfulness – un modo particular de meditación – las personas que meditan podrían estarse beneficiando de un crecimiento a nivel neuronal. Se observaron cambios medibles en la densidad de la material gris de los cerebros de un grupo de meditadores que practicaron durante ocho semanas por 30 minutos diarios.

La salud cerebral es esencial para todos los aspectos de la calidad de nuestra vida. Cuando nuestro cerebro trabaja bien, nosotros trabajamos bien, porque de él depende nuestro funcionamiento físico, nuestro desempeño mental, nuestro equilibrio emocional, la calidad de nuestro sueño, etc. Mantenerlo en óptimas condiciones depende en gran parte de nosotros, de las decisiones que tomamos, y de nuestro hábitos y estilo de vida.

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