El MERIDIANO 82

Publicado el El meridiano 82

Los refugiados sirios, de una tragedia a la otra

Una cuarta parte de las mujeres refugiadas sirias están atrapadas en una espiral de pobreza, aislamiento y miedo. Otra entrega de la colaboración entre el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refuigiados (Acnur) y el Meridiano 82.

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Más de 145.000 familias sirias refugiadas en Egipto, Líbano, Irak y Jordania – es decir, una de cada cuatro familias refugiadas–  tienen como cabeza de familia a una mujer que se enfrenta a una lucha en solitario por la supervivencia, según un nuevo informe de Acnur recién publicado.

El informe revela la lucha diaria de estas mujeres refugiadas por tratar de llegar a fin de mes, mantener su dignidad y cuidar de sus familias en viviendas en estado ruinoso y en condiciones de hacinamiento, o en tiendas de campaña y refugios improvisados poco seguros. Muchas viven bajo la amenaza de la violencia o la explotación, al tiempo que sus hijos hacen frente a traumas y peligros que van en aumento.

El informe «Mujer Sola: la lucha de las mujeres refugiadas sirias por la supervivencia» se basa en los testimonios de 135 mujeres, recopilados a lo largo de tres meses de entrevistas realizadas a principios de 2014. Obligadas a asumir en solitario la responsabilidad de cuidar de sus familias después de que sus maridos hayan sido asesinados, secuestrados, o separados por uno u otro motivo, estas mujeres se han visto atrapadas en una espiral de sufrimiento, aislamiento y ansiedad.

La mayor dificultad señalada por estas mujeres es la falta de recursos. La mayoría de ellas tiene grandes dificultades para lograr pagar el alquiler, comprar alimentos y productos domésticos de primera necesidad. Muchas han visto cómo se agotaban sus ahorros e incluso han tenido que vender sus alianzas de boda. Sólo una quinta parte de ellas ha logrado encontrar un empleo remunerado; a muchas les resulta difícil conseguir trabajo, o tienen muchas otras preocupaciones. Sólo una quinta parte recibe apoyo de otros familiares adultos.

Algunas se benefician de la generosidad local, como por ejemplo de propietarios que las alojan gratuitamente o de mezquitas. Algunas envían a sus hijos a trabajar. Una cuarta parte recibe asistencia económica en efectivo por parte de Acnur y de otras agencias humanitarias; dos tercios de las que reciben asistencia dependen de ella por completo. Un tercio de las mujeres afirman que no tienen suficiente para comer.

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Acnur ha pedido que se tomen nuevas medidas de manera urgente por parte de los donantes, los gobiernos de los países de acogida y las agencias humanitarias. «Para cientos de miles de mujeres, huir de su patria en ruinas no ha sido más que la primera etapa de un viaje lleno de penurias y sufrimiento, declaró António Guterres, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados. «Se han quedado sin dinero, se enfrentan a amenazas diarias contra su seguridad y están siendo tratadas como parias cuyo único delito es haber perdido a sus maridos en una guerra cruenta. Es una vergüenza. Están siendo humilladas por haber perdido todo».

«Las mujeres refugiadas sirias son el vínculo que mantiene unida a una sociedad rota. Tienen una fortaleza extraordinaria, pero están luchando solas. Sus voces son una llamada a la ayuda y la protección que no pueden ser ignoradas», afirmó Angelina Jolie, enviada especial de ACNUR.

La vida en el exilio ha obligado a estas mujeres a convertirse en la principal fuente de ingresos y las que tienen que velar por sus familias y por sí mismas, lejos de sus comunidades y de sus fuentes tradicionales de apoyo. Para la mayoría, la carga es abrumadora y muchas son totalmente dependientes de la ayuda externa.

El 60% de las mujeres entrevistadas expresaron sentimientos de inseguridad, y una de cada tres estaba demasiado agobiada y asustada incluso para salir de su hogar. Nuha llegó a El Cairo con su marido, pero fue asesinado a tiros en su lugar de trabajo. «No quiero salir de casa por la tristeza que siento en mi corazón», dijo. «Huimos de la muerte en Siria para descubrir que nos estaba esperando aquí en Egipto.»

Muchas mujeres se quejaron del acoso verbal habitual a veces por parte de  taxistas, de conductores de autobuses, propietarios y proveedores de servicios, así como de los hombres en las tiendas, en el mercado, en el transporte público, e incluso durante la distribución de ayuda.

«Una mujer sola en Egipto constituye una presa fácil para todos los hombres», explicó Diala, que vive en Alejandría. Zahwa, desde Jordania, cuenta que incluso ha sido acosada por refugiados durante la recogida de cupones de alimentos. «Yo llevaba una vida digna, pero ahora nadie me respeta porque no estoy con un hombre», añadió.

Una mujer declaró haber sido violada, pero muchas mujeres simplemente no estaban preparadas para hablar de la violencia sexual y de género. «Yo nunca recurriría a una organización para obtener ayuda”, dijo Noor, que vive en el Líbano. «Pondría sal en la herida y permanecería callada, pero nunca contaría nada a nadie».

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La mayoría de las mujeres estaban preocupadas por el impacto en sus hijos. «Yo tengo que preocuparme de la economía doméstica y del colegio. Tengo que protegerles, atender sus necesidades y darles el amor de una madre, todo al mismo tiempo. Me siento totalmente desbordada «, dijo Dina, en Egipto.

Más de 150 organizaciones ofrecen servicios o apoyo a las mujeres refugiadas sirias y a sus familias. Este estudio ha revelado muchos ejemplos de mujeres refugiadas que toman la iniciativa de apoyarse unas a otras y trabajar para encontrar soluciones a su lucha diaria. También ha puesto de relieve muchos actos de bondad y generosidad de los países y las comunidades locales de acogida.

No obstante, el informe también muestra que la asistencia está muy lejos de responder a las necesidades e insta a los donantes a hacer más para ayudar a las mujeres refugiadas a rehacer sus vidas y que puedan ganar lo suficiente para vivir. Por otro lado, los visados y otro tipo de restricciones de entrada mantienen a una de cada cinco mujeres separadas de sus maridos o sus familiares que se encuentran en otros países, por lo que el informe también pide a los gobiernos de los países de acogida que busquen soluciones para que las familias puedan reunificarse de nuevo.

Las comunidades de acogida también necesitan un apoyo masivo. Muchas de las dificultades a las que hacen frente estas mujeres – y el aumento de las tensiones son un reflejo de las preocupaciones más generales en las comunidades que las rodean.

Con 2,8 millones de refugiados y varios millones de desplazados internos, Siria se ha convertido en la mayor crisis de desplazamiento en el mundo. Desde el comienzo de 2014, más de 100.000 refugiados sirios son registrados en los países vecinos cada mes. A este ritmo, el número total de refugiados sirios a final de año podría llegar a los 3,6 millones.

Fotos e infografía: Acnur

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