El Mal Economista

Publicado el El Mal Economista (EME)

¡Vivan los hubs!, pero…

El escepticismo nos protege de la charlatanería y los vendedores de humo, nos obliga a ser exigentes con nosotros mismos y nos ayuda a usar bien los medios disponibles para alcanzar los objetivos que nos proponemos. Por eso, una buena dosis de escepticismo es necesaria si se quiere emprender exitosamente vinculándose a un hub.

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Imagen: http://workincompany.com/

Por: Guillermo García Parra
Twitter: @maleconomista @Aule999

Durante los últimos años Bogotá ha cambiado mucho, y por eso es que allí hay personas que recientemente han empezado a abrir nuevos negocios como los hubs de emprendimiento. Estos son centros o núcleos de actividad en los que son creadas y desarrolladas comunidades o redes de emprendedores, se ofrece espacios de trabajo colaborativo (coworking) y se brinda servicios de apoyo a nuevos proyectos. Los hubs de emprendimiento son lugares donde a los que desean emprender se les da acceso a valiosos contactos, a formación de calidad y a infraestructura bastante útil, y constituyen una tendencia por la que se caracteriza la presente etapa globalizada de la economía: hay hubs en todos los continentes, y en los más grandes y de mayor impacto participan miles de personas de todo el mundo.

Mi apartamento queda en Chapinero, y cuando camino por las calles vecinas paso por esas casas antiguas de Quinta Camacho. En una hoy hay un hub de emprendimiento. No me di cuenta cuándo empezó exactamente a operar, pero sí recuerdo muy bien la antipatía que ese hub me produjo durante mucho tiempo, después de verlo por primera vez. “Es muy fácil cobrar por ayudarles a los demás a emprender, en lugar de hacerlo uno mismo“, pensaba yo entonces, acaso recelando de la posible impostura de las personas, entidades e instituciones que buscan enseñar a emprender pero nunca han administrado ni una tienda de barrio.

Si hubiera expresado esta opinión, me podría haber argüido alguno, y con toda la razón del mundo, que abrir un hub también es emprender. Y sí, lo es. Se me pudo haber dicho también que hay expertos que se han preparado para enseñarles a otros a emprender así jamás ellos mismos hayan emprendido. Cosas de la división social del trabajo… Y sí, esa es una paradoja que ahora puedo entender perfectamente. Alguno de los profesionales que han dedicado su vida a enseñarles a otros a emprender pudo igualmente haber reprochado mi desconocimiento acerca de la manera como un hub puede aportarle a los nuevos emprendedores. Y sí, podría tener la razón.

He citado lo que pensaba hace algunos años, cuando me enteré por primera vez de la existencia de los hubs de emprendimiento. Durante mucho tiempo creí que estos eran negocios de impostores mercenarios. Sin embargo, he venido investigando en los últimos meses acerca de lo que son los hubs, y quisiera exponer brevemente las principales conclusiones a las que he llegado.

Hoy en día ya no creo que abrir un hub de emprendimiento sea necesariamente una impostura, frente a lo que dije que yo decía antes. Sin embargo, sigo creyendo que un cierto recelo frente a los hubs no solo se justifica, sino que incluso puede llegar a ser necesario y productivo para los emprendedores que pretenden sacar adelante una iniciativa aprovechando los servicios que se ofrecen en estos lugares.

En síntesis, he empezado a comprender por qué los hubs de emprendimiento son iniciativas legítimas y valiosas, pero (y esto es bastante interesante) eso no necesariamente implica renunciar al escepticismo que mencioné antes, sino, en cambio, reorientarlo. El escepticismo nos protege de la charlatanería y los vendedores de humo, nos obliga a ser exigentes con nosotros mismos y nos ayuda a usar bien los medios disponibles para alcanzar los objetivos que nos proponemos. Por eso, una buena dosis de escepticismo es necesaria si se quiere emprender exitosamente vinculándose a un hub.

El verdadero valor de los hubs de emprendimiento

¿En qué consiste lo que me despertó la antipatía que mencioné antes? Básicamente se relaciona con aquel aura de originalidad, genialidad y sobradez con el que los hubs de emprendimiento son presentados públicamente. “Los hubs son espacios en los que se dan encuentros, contactos y diálogos que de otra forma no se producirían“; “En los hubs se trabaja de una forma única y especial“; “Participando en un hub realmente puedes llegar a causar un impacto positivo en la sociedad“; “Aquí puedes equivocarte rápido y barato tratando de innovar“. Estas son, entre otras, las cosas que generalmente dicen las personas que lideran y gerencian los hubs. Estos son presentados como lugares originales, innovadores y novedosos, en los que se conectan personas altamente preparadas académica y profesionalmente para crear empresa, las que saben cómo impactar positivamente en la sociedad a partir de proyectos productivos particulares.

Ahora bien, frases como las anteriores son verdaderas en varios sentidos, pero en otros resultan falsas y exageradas. Los emprendimientos exitosos generalmente dependen de la formación de redes personales e institucionales, de la formación de comunidades, de un grupo de condiciones político-económicas y de la existencia de una infraestructura física particular. La industria de los computadores nació en Silicon Valley gracias a que allí surgió una red de productores, instituciones y usuarios, la que se produjo como resultado de la actividad conjunta del gobierno, de varias universidades y de un grupo de empresas particulares (esta actividad, además, se relaciona con políticas públicas puntuales).

Esta red conectó a las diferentes personas que, por medio de la experimentación y la innovación, aprovechando un grupo de espacios construidos por instituciones tanto públicas como privadas, desarrollaron las mercancías tecnológicas que hicieron mundialmente famoso a Silicon Valley. Estas personas, por sí mismas, no hubieran podido diseñar, desarrollar y vender tales mercancías, puesto que hubieran carecido de la formación que ello supone; no hubieran podido disponer de los recursos que se requiere para hacerlo; y tampoco hubieran podido formar los equipos de trabajo necesarios para llevar a buen término sus iniciativas.

Este ejemplo permite explicar por qué desarrollar un hub es una manera de poner algunos de los peldaños necesarios para diseñar y desarrollar proyectos de emprendimiento. Si los emprendimientos dependen de la existencia de redes de personas y de la participación de los posibles emprendedores en esas redes, pues entonces la mejor manera de ayudarles a los emprendedores a emprender, perdóneseme la redundancia, consiste obviamente en crear y gestionar dichas redes.

Asimismo, si los emprendimientos exitosos dependen de la existencia de una cierta infraestructura física, pues entonces resulta una muy buena idea diseñarla, construirla y ponerla a disposición de los que mejor la puedan usar. Esto trasciende las comunidades que se reúnen en los hubs. Mundialmente hay varios bellos ejemplos respecto a la forma como estos núcleos han transformado barrios y ciudades enteras.

No obstante, mi punto es que las actividades que se llevan a cabo en los hubs de emprendimiento no necesariamente han de suceder allí (o, dicho de otra forma, los beneficios derivados de la participación en un hub se pueden obtener de otras formas). Los contactos, encuentros y diálogos de los que resultan los emprendimiento exitosos han tenido, tienen y tendrán lugar en múltiples lugares; se puede impactar positivamente en la sociedad sin tener que pagar para unirse a una comunidad; trabajar de una forma única y especial no depende fundamentalmente de estar en un determinado lugar sino de cultivar un grupo de hábitos, disposiciones y creencias. Es claro que un emprendimiento es especialmente el resultado de la creación de un proyecto competitivo, no solo de la participación en una comunidad.

Así pues, un hub de emprendimiento no es un espacio original, innovador y genial en el que tienen lugar desarrollos empresariales que no se producen en otras partes. Es un lugar relevante y valioso desde la perspectiva de que allí se busca replicar el ecosistema de que depende la formación de una empresa exitosa, y brindarle a los emprendedores los recursos que se requiere para emprender. Esto puede ser innovar, por supuesto, pero no en el sentido indicado anteriormente (como producir novedades de una forma única y no replicable).

Esto no quiere decir que los hubs de emprendimiento carezcan de valor. Por el contrario, permite explicar en qué consiste el verdadero valor de estos lugares. El valor de los hubs no reside en que allí, gracias al influjo de la comunidad, los emprendedores se conviertan en geniales e innovadores, sino en que en esos espacios se proporcionan las herramientas adecuadas para poder llegar a diseñar y desarrollar un proyecto empresarial rentable y de buena calidad, que atraiga a los consumidores y transforme positivamente a la sociedad.

Escepticismo razonable

La reflexión anterior naturalmente proviene de una crítica a la manera como generalmente son presentados los hubs ante el público. Esa crítica, sin embargo, es necesaria tanto para los que administran esos lugares como para los que participan en ellos (o quisieran hacerlo). Si un hub fuera un lugar especial, único, original y genial, en el sentido de que solo allí se puede llegar a emprender exitosamente, eso podría significar que entonces cualquier persona podría llegar a ser un emprendedor si simplemente se uniera a un hub, usara adecuadamente la infraestructura que allí se ofrece, y participara competentemente de las actividades que allí son realizadas. ¿No garantizaría ese carácter único de estos lugares la infalibilidad, el éxito?

Ese no puede ser el caso, por razones obvias. Los hubs no pueden garantizarle el éxito a nadie puesto que no solo los que los gestionan no diseñan los emprendimientos que en ellos se planean (aunque operan bajo diferentes modelos de negocio, normalmente solo asesoran a los emprendedores), sino que tampoco controlan un grupo de factores externos de los que depende el éxito de un emprendimiento (especialmente, la voluntad de los consumidores). Además, la experiencia y formación previa de un emprendedor potencial resulta un factor clave en el éxito, y si en ello hay deficiencias significativas de poco o nada inscribirse en un hub de emprendimiento contribuirá a superarlas. Simplemente, emprender no es para todo el mundo.

Acaso, esta es la razón por la que considero que los hubs de emprendimiento deben ser vistos con escepticismo. No son espacios en los que cualquier persona puede sacar adelante un emprendimiento; no es que eso sea imposible, sino que depende. A algunas personas puede ayudarles enormemente participar en un hub, mientras que a otras les conviene hacer alguna otra cosa para generar las redes de las que dependen los emprendimientos.

Esto quiere decir que, aunque un hub puede ser un espacio valioso y oportuno, un emprendedor potencial no debe participar en un lugar de este tipo sin determinar primero si ello realmente le servirá. Por lo demás, los hubs entre sí son muy diferentes. Algunos son adecuados para emprendedores sin contactos y con pequeños proyectos, otros se especializan en proyectos maduros y en empresarios consolidados. Y también hay que tener en cuenta de qué se trata el proyecto. Una cosa es un emprendimiento agrícola y otro un emprendimiento cultural. No todas las comunidades de hubs pueden aportar igualmente a cualquier tipo de proyecto.

Los hubs de emprendimiento son espacios legítimos y valiosos, no tanto porque sean originales, auténticos, novedosos e innovadores, como algunos creen, sino porque permiten resolver fácilmente algunas de las necesidades de los emprendedores, y porque, además, fomentan de varias maneras el desarrollo exitoso de un emprendimiento. Tener esto en cuenta permite advertir que el éxito de los emprendimientos especialmente depende de los emprendedores, y también tomar mejores decisiones prácticas. Ello supone, no obstante, una buena dosis de escepticismo.

 

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Referencias

http://www.muypymes.com/2015/11/02/los-mejores-hubs-para-emprendedores-madrid

http://creativeconomy.britishcouncil.org/guide/hubs-clusters-and-regions/

http://creativeconomy.britishcouncil.org/guide/what-makes-good-hub/

http://www.portafolio.co/tendencias/emprendimiento-vive-casa-llamada-hub-bogota-86076

https://www.forbes.com/sites/joansiefertrose/2016/02/07/how-emerging-entrepreneurial-hubs-are-becoming-americas-new-boomtowns/#779eda365e14

https://ihub.co.ke/downloads/ihub_entrepreneurs_report.pdf

http://www.sjsu.edu/faculty/watkins/regadv.html

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