El Mal Economista

Publicado el EME

NUEVOS PRECIOS DEL PETROLEO: RETO A NUESTRA ECONOMÍA

POR: HÉCTOR GONZÁLEZ HERNÁNDEZ

 

La noticia en materia económica de la semana, es sin duda alguna, la preocupación creciente de los países productores de petróleo, en su mayoría pertenecientes a la OPEC (Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEC por sus siglas en inglés) por la caída continua del precio del crudo. Y es que el precio por barril del mismo ha caído en más del 20% desde el pasado mes de junio, fecha en la que se cotizaba a US$110 aproximadamente, cumpliendo con el comportamiento ‘usual’ de casi cuatro años en los que su precio osciló los US$100 por barril.

Es por este último motivo que la noticia ha sido de trascendencia en los mercados internacionales, una caída de más del 20% en el precio del petróleo representa un gran cambio en la dinámica de muchos países, ya que de una u otra manera se verán afectados por dicho movimiento. Antes de analizar lo que significa este precio del petróleo para Colombia, quisiera ilustrar de forma sencilla la causalidad de este nuevo escenario.

En su ideario más sencillo un mercado está compuesto por demandantes y oferentes, es decir, existen agentes que demandan (los consumidores) y agentes que ofrecen (los productores) algún tipo de bien, producto o servicio; en este caso nos referimos al petróleo específicamente. Dichos agentes al participar en el mercado generan unas fuerzas de oferta y demanda, las cuales van a determinar un precio para el bien, precio al que los economistas llaman de equilibrio. Tal situación puede parecer complicada, pero en realidad no lo es, veamos.

Con lo anterior en mente, consideremos el aumento de la producción de crudo en Estados Unidos (país productor y gran consumidor)  para los últimos meses; actualmente se extraen alrededor de 8.95 millones de barriles diarios, casi un 40% más de crudo que cuatro años atrás. Este aumento ha reemplazado con hidrocarburo de producción nacional un tercio de la demanda por petróleo de Estados Unidos. Esto reduce de forma importante la demanda de petróleo a nivel mundial y explica la notable caída en el precio del mismo; cuando la demanda por un bien disminuye y su oferta se mantiene constante, los precios bajan naturalmente.

Ahora bien, regresando al análisis que nos compete, que el petróleo se cotice alrededor de los US$75 – US$85 por barril –según han dicho algunos expertos de Bloomberg y demás financieras, este es el precio en el cual se ubicaría ‘definitivamente’ el barril de petróleo-  representa dos panoramas distintos: uno para los países importadores y otro para los productores.

Para los países que importan principalmente el petróleo que consumen, esta es una noticia supremamente positiva; que los precios del crudo bajen, implica necesariamente un descenso en la cantidad de dinero que los mismos deben invertir para financiar su consumo energético, permitiéndoles un ‘ahorro’ significativo de dinero que a través de una reorganización al presupuesto nacional puede ser destinado para otros proyectos de importancia para el país.

Por otra parte, para los países productores como Colombia, con una economía en la que aproximadamente el 50% de los ingresos totales por concepto de exportaciones provienen de la explotación petrolera, es una noticia esencialmente negativa. Sin duda alguna, las arcas nacionales se mermarán en buena medida, esto obviamente por el descenso en los ingresos provenientes del petróleo; llámense exportaciones, impuestos a petroleras (recordemos que son calculados sobre las utilidades de las compañías y a un precio inferior las mismas tendrán menores ingresos), dividendos por participación en compañías extractoras (ganancias que también son calculadas sobre las utilidades de la empresa), entre otras.

Sin embargo, que el ingreso nacional y del sector petrolero en general se vea afectado por el descenso en el precio del crudo, significa un gran reto para cada uno de ellos. De un lado, el gobierno deberá idear nuevas estrategias que permitan aumentar el ingreso nacional o siquiera mantener balanceado el presupuesto de la nación, tarea sumamente complicada que se intenta día a día desde el Ministerio de Hacienda. Y de modo similar, para las compañías petroleras representa un desafío grande, especialmente para Ecopetrol (responsable de la mayor parte de la extracción) haciendo necesario continuar firmemente en la búsqueda de nuevas alternativas de negocio y ampliación productiva que permitan aumentar los ingresos nuevamente y constituir a la empresa como ‘jugadora’ en el ámbito petrolero internacional.

En conclusión, entramos a una nueva etapa económica para el petróleo, en especial a una nueva etapa donde Estados Unidos pesa aún más en el mercado. Inicia un periodo cargado de múltiples retos para los gobiernos y compañías extractoras de crudo, que como vimos anteriormente deberán idear nuevas estrategias para aumentar su ingreso. Es un periodo para asumir con responsabilidad desde todos los puntos de vista y especial delicadeza en cuanto al gasto se refiere. No podremos lamentarnos posteriormente por decisiones pobremente ejecutadas o tardías.

 

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