Calicanto

Publicado el Hernando Llano Ángel

ÁLVARO URIBE Y SALVATORE MANCUSO, VIDAS POLÍTICAS PARALELAS Y JUDICIALMENTE CONVERGENTES.

ÁLVARO URIBE Y SALVATORE MANCUSO, VIDAS POLÍTICAS PARALELAS Y JUDICALMENTE CONVERGENTES

(Segunda parte)

Hernando Llano Ángel.

Las vidas de Álvaro Uribe y Salvatore Mancuso discurren paralelas en la política y convergen judicialmente en su cruzada contrainsurgente. Sin embargo, carece de sentido buscar una prueba reina de su encuentro personal: una fotografía, un estrechón de manos, una conversación telefónica, la firma de un documento, correspondencia o cualquier otra evidencia física o virtual que comprometa penalmente al expresidente Uribe. Seguramente nada de ello existe. Menos testigos que lo demuestren. Son vidas paralelas que no se encuentran personalmente en ningún momento, más allá del saludo ocasional de finqueros vecinos en Córdoba, como lo ha reconocido el mismo Uribe. Pero sus vidas tienen un punto de confluencia histórica y política que es de carácter público innegable, pues hace parte de sus convicciones e identidades personales. Toda Colombia lo sabe y no tiene que probarse penalmente, está políticamente demostrado y salta a la vista de todos, es un hecho público, aunque el expresidente Uribe rehúse reconocerlo y asumir políticamente su parte de responsabilidad. Ese punto es la lucha implacable de ambos contra las guerrillas y la secuela de crímenes que dejó esa cruzada. Comienza con su acuerdo y apoyo entusiasta a las CONVIVIR, legalmente creadas por Cesar Gaviria Trujillo, muchas de las cuales terminaron siendo el embrión de las AUC y los grupos paramilitares. La parábola vital de ambos es paradójica. Mancuso termina siendo un criminal politizado y Uribe un político judicializado. Ambos son, pues, política y judicialmente polivalentes en su lucha contra las guerrillas a través de las CONVIVIR. Mancuso desde las AUC y Uribe desde la gobernación de Antioquia y luego en la presidencia de la República. Por eso, se apresuró Uribe a transmitir este   mensaje https://twitter.com/AlvaroUribeVel/status/1764605403445223443.

Uribe y Mancuso con las CONVIVIR

Desde ese momento sus vidas políticas y criminales dejan de ser paralelas y convergen en la guerra sin cuartel contra las guerrillas. Mancuso desde la AUC y Uribe con la “Seguridad democrática” y su letal consecuencia los “Falsos Positivos”. Vidas paralelas que desafían la geometría euclidiana, pues tendrán un punto de encuentro crucial en la ley 975 de 2005, denominada de “Justicia y Paz”, elaborada a múltiples manos entre el gobierno de Uribe y las AUC de Mancuso. Esa confluencia empieza con el   discurso de Mancuso en el Congreso el 28 de julio de 2004, cuya comparecencia fue posible con el visto bueno de Uribe, según testimonio de las representantes a la Cámara, Eleonora Pineda y Rocío Arias, quienes le contaron al periodista Juan Carlos Giraldo lo sucedido. Así aparece en su libro “Las Comadres de la Parapolítica”, en la página 179:

Le contamos al presidente que ya los jefes de la AUC no querían ir al Congreso, dice Eleonora tratando de reconstruir ese momento. Y Rocío recuerda lo que dijo al presidente: Pre, ellos no van a venir. No es que tengan miedo de venir, lo que pasa es que le temen al rechazo de algunos sectores políticos como el Polo, Gustavo Petro, las organizaciones de las víctimas, y sabemos que las ONG están organizando sabotajes. Bueno niñas, ustedes no pueden aplazar esa visita, les dijo el presidente mirándolas fijamente. Las dos comadres se cruzaron miradas de entusiasmo. Entendieron que con esas palabras él apoyaba su causa. No podían creer que el presidente Álvaro Uribe las fuera a respaldar de manera tan inmediata y sencilla. Esperaban trabas, y se sintieron todavía más dichosas cuando, según lo recuerdan, el primer mandatario les pidió solucionar de una vez el problema. Esto es muy importante para la paz de Colombia. Eleonora, llame a Mancuso”.

Por ello, Mancuso comienza así su histórica y épica intervención en el Congreso: Vengo en irrenunciable misión de paz desde Santa Fe de Ralito, donde, con la bendición de la Iglesia Católica y el apoyo de la OEA, de la comunidad internacional, del gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez y del Pueblo Colombiano, dimos inicio formal a este histórico proceso de paz”. Luego contaría a RCN la importancia de las CONVIVIR en la expansión del paramilitarismo y las AUC: “A través de las Convivir y comisarios políticos nos permiten crear las autodefensas a nivel nacional, hacemos un engranaje entre una autodefensa ilegal amparada por el Estado con fusiles para servir de bisagra con la institucionalidad”. De otra parte, durante su gobernación de Antioquia, Álvaro Uribe fue un entusiasta promotor y defensor de la importancia de las CONVIVIR: “Como gobernador de Antioquia la apoyé y la promoví porque creo en la colaboración ciudadana con la Fuerza Pública. Esta colaboración construye confianza institucional en los ciudadanos, evita su postración ante el crimen o que busquen salidas contrarias a la ley. No obstante advertir Uribe que la CONVIVIR convocaría a ciudadanos para evitar salidas contrarias a la ley, lo que realmente sucedió fue lo contrario. De las CONVIVIR hicieron parte numerosas personas afectadas por la acción delictiva de las guerrillas para cobrar venganza de sus extorsiones, secuestros y asesinatos, en coordinación con la Fuerza Pública. Así lo revelan innumerables testimonios de miembros de las AUC, entre ellos el de Mancuso:

Yo me doy a la tarea y voy cómo Civil , yo era en ese momento comisario político encargado de crear estas estructuras, me adjuntan a la Convivir que está conformada por 15 hombres y me adjuntan dos miembros de la Dijin y acompañado por miembros de la policía nacional inició el recorrido para crear estas autodefensas, estuve en reuniones en clubes sociales, voy a Sucre, Bolívar, Atlántico, Cesar  y Magdalena,  voy al despacho de gobernadores, políticos, congresistas, empresarios, alcaldes”, puntualizó Mancuso.

Situación que luego desbordaría todos los marcos de la legalidad por las relaciones y coordinaciones clandestinas que sostuvo Mancuso con el fallecido Pedro Juan Moreno, cuando se desempeñó como Secretario de Gobierno bajo la administración y responsabilidad política del entonces gobernador de Antioquia Álvaro Uribe Vélez. Al respecto, por teleconferencia desde Estados Unidos en el 2011 en versión libre ante la Fiscalía, señaló Mancuso: “Pedro Juan Moreno se reunió conmigo y con Carlos Castaño para que creáramos las Convivir en Urabá. Fueron 12 que se crearon allá». Obviamente es imposible demostrar penalmente lo anterior, pues ambos están muertos. Carlos Castaño asesinado por orden de su hermano Vicente y Pedro Juan Moreno muerto en un extraño accidente aéreo. Sin embargo, lo que sí está plenamente probado fue la existencia de esas Convivir, como lo revela Verdad Abierta, con su secuela de crímenes y despojo de tierras a campesinos en el Urabá.

AUV PROMUEVE FAVORABILIDAD POLÍTICA Y LEGAL PARA LAS AUC  

También está plenamente probada la política de favorecimiento que Álvaro Uribe Vélez (AUV), como presidente de la República, promovió para las AUC través de sus iniciativas legales, especialmente del fracasado Referéndum constitucional de 2003, pues en el punto 6 sobre “Reducción del Congreso”, aparecía el siguiente parágrafo, sobre “circunscripciones especiales de paz”: “Con el fin de facilitar la reincorporación a la vida civil de los grupos armados al margen de la ley, que se encuentren vinculados decididamente a un proceso de paz, bajo la dirección del Gobierno, éste podrá establecer, por una sola vez, circunscripciones especiales de paz para las elecciones a corporaciones públicas que se realicen antes del 7 de agosto del año 2006, o nombrar directamente, por una sola vez, un número plural de congresistas, diputados y concejales, en representación de los mencionados grupos en proceso de paz y desmovilizados. El número será establecido por el Gobierno Nacional, según la valoración que haga de las circunstancias y del avance del proceso. Los nombres de los congresistas, diputados y concejales a que se refiere este artículo, serán convenidos entre el Gobierno y los grupos armados, y su designación corresponderá al presidente de la Republica. Para los efectos previstos en este artículo, el Gobierno podrá no tener en cuenta determinadas inhabilidades y requisitos necesarios para ser congresista, diputado y concejal”.  Dicho parágrafo tenía como único destinario a las AUC, pues las FARC acababan de cometer el letal atentado terrorista contra el Club el Nogal el 7 de febrero de 2003 y las autodefensas eran la única organización armada interesada en un proceso de paz bajo la dirección del gobierno. Sorprende la laxitud y generosidad de Uribe, pues los representantes de esos grupos alzados en armas no deberían rendir cuenta ante millares de víctimas por su accionar y además tendrían una representación política plural que definiría el presidente Uribe en todas las corporaciones públicas, desde Congreso, Asambleas hasta Concejos, sin mención alguna a penas privativas de la libertad. Incluso, el gobierno podrá no tener en cuenta inhabilidades y requisitos necesarios para ser congresista, diputado y concejal. Todo lo contrario de las objeciones insuperables presentadas por Uribe y el Centro Democrático al Acuerdo de Paz de 2016, cuando vetaron radicalmente la representación política de 10 excomandantes de las FARC-EP en el actual Congreso, quienes hoy están sometidos a la JEP y deberán cumplir a las víctimas con la verdad y las penas de reparación que fije dicha jurisdicción, so pena de ser condenados por la justicia ordinaria a penas de por lo menos 20 años de prisión. Semejante favorabilidad política para las AUC fue frustrada por la Corte Constitucional al declarar inexequible dicho parágrafo del punto 6, pues consideró que las circunscripciones especiales de paz no guardaban relación alguna con la reducción del Congreso y los cambios en las fórmulas de la representación política. Lo anterior demuestra claramente como esas vidas paralelas de la política de Uribe y del crimen de Mancuso confluyeron y formaron una tangente de amplia y plena favorabilidad política para los comandantes de las AUC. Tangente que volvería a intentarse y de nuevo a frustrarse con la ley 975 del 2005, donde el gobierno confirió a los miembros de las AUC el carácter de sediciosos, es decir, de delincuentes políticos, por tanto, no sujetos a extradición y con derecho a participación y eventual representación política. Pero otra vez sería la Corte Constitucional la que lo impediría. En esa ocasión la actuación del alto comisionado de paz, Luis Carlos Restrepo, fue brillante en defensa de la justicia restaurativa para los miembros de las autodefensas y en contra de la punitiva, todo en aras de alcanzar la paz y la reconciliación entre los colombianos. Justicia restaurativa y transicional que hoy encarna la JEP, pero que desconoce y desprestigia todos los días Álvaro Uribe Vélez y el Centro Democrático, por temor a la verdad y a tener que reconocer las responsabilidades políticas correspondientes.

La  Amnistia Política de Uribe

Quizá por eso hoy propone la Amnistía Política: “De manera pública he propuesto una amnistía política, no penal, por una vez, para recuperar derechos políticos de condenados…Confieso que tengo interés en mis compañeros de Gobierno, condenados por nombrar un notario o por renovar un contrato a un médico. No se robaron un peso”, en alusión velada a las condenas de Sabas Pretelt y Diego Palacio por la Yidispolítica, que permitió su espuria reelección presidencial de 2006-2010. Curioso que el expresidente olvide Agro Ingreso Seguro de Andrés Felipe Arias, donde se asignaron miles de millones de pesos a cercanos agro empresarios que financiaron su campaña de reelección e Invercolsa de Fernando Londoño Hoyos, condenado a devolver 145 millones de acciones que adquirió ilegalmente a Ecopetrol, quienes fueron sus ministros de Agricultura y del Interior respectivamente. ¿Serán problemas de senilidad e impunidad los que aquejan al expresidente? Al fin de cuentas, amnistía viene de “amnēstía; propiamente ‘olvido’, según la RAE.  Así como hay que reconocerle el éxito logrado con la desmovilización de cerca de 30.000 paramilitares gracias a tener como gestor de paz a Mancuso, haría bien el expresidente Uribe, en aras de la verdad histórica y el respeto a la memoria de miles de víctimas de las AUC y de la “seguridad democrática”, que reconociera su inmensa responsabilidad política en dicha catástrofe humanitaria. Pero sobre todo que reflexionará sobre su concepción maniquea de una violencia buena, la del establecimiento y miembros de la Fuerza Pública, que debe ser tratada con benevolencia y hasta admiración, por su combate sin límites contra la otra violencia mala y criminal de la insurgencia. Solo cuando se deslegitimen ambas violencias, más allá de subterfugios como la defensa de la “democracia” o la lucha por el pueblo y la “justicia social”, banderas respectivas de la ultraderecha disfrazada de “centro” y de la ultraizquierda camuflada de “revolucionaria”, tendremos un horizonte cierto de Paz Política y superaremos el espejismo de la actual “Paz Total”. Una paz exaltada en discursos oficiales pero desprestigiada todos los días por la inseguridad y la criminalidad exacerbada de quienes dicen ser sus interlocutores, pero en la realidad son sus nefastos detractores y enterradores por su violencia extorsiva, secuestros, confinamientos contra comunidades rurales y asesinatos de sus líderes y defensores de derechos humanos, cuyo número hasta el 20 de febrero de este año se eleva a 25,  incluyendo cinco reincorporados asesinados, según reporte de Indepaz.

PD: Para mayor información y comprensión, abrir y leer enlaces en rojo.

 

 

Comentarios