Otro mundo es posible

Publicado el Enrique Patiño

Conozca en detalle el perfil de los ganadores del Premio GGM de Periodismo

Ganador en la Categoría de Cobertura

Tema: La casa blanca de Enrique Peña Nieto

Autores: Rafael Cabrera, Daniel Lizárraga, Irving Huerta, Sebastián Barragán y Carmen Aristegui

Publicado en Aristegui Noticias

 

«No es que antes no hubiera corrupción. Siempre la ha habido. Lo que hay es un periodismo más vigoroso que pone a los estamentos corruptos contra la pared y eleva el nivel de exigencia a los gobiernos”. La frase la pronunció con vehemencia la periodista mexicana Carmen Aristegui, directora del sitio Aristegui Noticias y conductora de CNN en Español, luego de que ella y su equipo de trabajo, demandaran al Estado mexicano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por la presión y la censura ejercida por su gobierno tras su investigación por el caso de La casa blanca del presidente Enrique Peña Nieto.

Por ese trabajo, precisamente, ganó el Premio Gabriel García Márquez de Periodismo en la categoría de Cobertura.

 

Todo lo de Carmen Aristegui es vehemente. Todo. La manera en que opina, la forma en que se expresa, las investigaciones que realiza, los métodos con los que se enfrenta a los entrevistados más difíciles. E incluso las frases que pronuncia cuando le piden que aconseje a las nuevas generaciones de periodistas: “Ni de broma les diría ‘cuídense’ o ‘no hagan’ porque hay que correr el riesgo de ir a los lugares, de hacer las denuncias y de confrontar”.

 

Periodista y politóloga egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México, tiene una preocupación fundamental en su vida, que ha revelado tanto en sus columnas en el diario Reforma como en Zócalo y por supuesto en su propia página, y que la ha convertido en la periodista más influyente de su país: que el poder no haga lo que se le antoja sino que tenga frenos y además, una sociedad enterada de sus desmanes.

 

Eso la llevó en 2014 a crear una Unidad de Investigaciones Especiales para hacer indagaciones y sacar a la luz hechos turbios en México. A ella entraron a formar parte el jefe de información e investigador Daniel Lizárraga, junto con periodistas de trayectoria como Sebastián Barragán, Irving Huerta y Rafael Cabrera. El trabajo de ese equipo, precisamente, dio con la investigación La casa blanca de Enrique Peña Nieto, finalista del Premio Gabriel García Márquez 2015 en la categoría de Cobertura.

 

El primero en pensar que había una historia interesante detrás de esa casa ubicada en el sector Las Lomas de Chapultepec fue el reportero Rafael Cabrera. Sus investigaciones concluyeron que el inmueble no estaba a nombre de Peña ni de su esposa.

 

A medida que investigaba descubrió que contratistas del gobierno estaban involucrados en esa propiedad, así como una compañía que apoyó la campaña del presidente mexicano. Ya con el equipo de Aristegui, la investigación comenzó a andar y tomó meses a la espera de conseguir la información sobre si la casa estaba declarada en el patrimonio de Peña.

 

El Gobierno se negó a dar información. Finalmente, el reportaje reveló que la primera dama había adquirido la mansión a un contratista que tenía tratos directos con el gobierno del Estado de México, y que se llevó la licitación para la construcción del que sería el tren Querétaro-México. La casa no figuraba en las declaraciones del presidente y los vínculos revelaban un claro flujo de intereses. El reportaje ganó el Premio Nacional de Periodismo de México. Carmen Aristegui, por su lado, fue despedida de la cadena radial MVS.

 

Cuando lo recuerda, Carmen Aristegui vuelve a ser enfática, y con justa causa: “Tenemos una tarea importante en cuanto a la corrupción se trata. No todas nuestras denuncias terminan en casos judiciales, pero a veces sí. En países como Guatemala, el presidente fue enjuiciado por corrupción. En México, nuestra investigación periodística tuvo un alto impacto social y periodístico, pero la respuesta oficial fue una supuesta investigación que no llegó, por supuesto, a ninguna conclusión. Nuestra investigación periodística fue imbatible, pero no hubo correlación entre la contundencia de los datos y los implicados a nivel judicial.

 

“Por el caso de La casa blanca de Enrique Peña Nieto fuimos echados del aire, y nuestro espacio fue eliminado de forma grotesca. Nuestra presencia fue aquilatada para la sociedad, pero aplastada por el Estado, con vendettas adicionales posteriores. Hoy, es un juego de malabarismo informar en México”.

 

Aristegui indicó, finalmente, que “estamos obligados a reinventarnos como periodistas. Ahora hay más información y herramientas. Hay más luz ante los procesos de corrupción. La sociedad está ávida de conocer más. Hay una larga lista de impunidad ante las muertes de periodistas, y la delincuencia y la mafia, en vez de ser perseguidas por las autoridades, están aliadas con ellas”.

 

 

Ganador en la Categoría Innovación

Página web: Chequeado.com 

Laura Zommer y equipo de Chequeado (Argentina)

Publicado en Chequeado.com

 

La idea inicial la tuvieron en 2009 tres innovadores en sus campos. Lo curioso es que ninguno de ellos era periodista. Es más, todos se habían formado en ciencias exactas, por lo que no entendían cómo el periodismo podía divagar a veces tan lejos de la realidad y olvidar la precisión de los datos para pasar de las palabras a los hechos.

 

Julio Aranovich, doctor en física de la Universidad de Stanford; José Alberto Bekinschtein, economista político con postgrado en Actim, Francia, y Roberto Lugo, doctor en química de la Universidad de Stanford, se reunieron, discutieron sobre cómo hacer que en su país el debate dejara de estar focalizado en las personas y en la polarización de los partidos, que atrás las pasiones y se centrara en la realidad comprobable. Ahí nació Chequeado.

 

Querían chequear el discurso público o hacer chequeo de datos (fact checking, en inglés). Julio Aranovich, que por cierto participó en el desarrollo de la primera pantalla plana del mundo, tenía claro qué quería, porque había visto en Estados Unidos otros modelos similares. En asocio con la Universidad Estatal de Pennsylvania, el grupo de académicos avanzó en en un proyecto de transferencia de conocimiento y pronto arrancó con su portal propio, financiado de su bolsillo en un primer momento.

 

“Los hechos cuentan y la verdad acerca de los hechos realmente importa”, dijo en su momento Aranovich. Estos tres argentinos finalmente la activaron en línea en 2010 para poner contra la pared el discurso público, porque habían entendido que los discursos públicos se alejaban cada día más de la realidad y se acercaban en cambio a “la narrativa y la opinión, la sugerencia o simplemente la manipulación”. Es decir, las palabras disfrazaban. Y la gente resultaba engañada.

 

Hoy, bajo la dirección de la periodista argentina Laura Zommer, Chequeado ya ha ganadopremios y sobre todo prestigio basado en la credibilidad gracias a su método riguroso, tal como lo exige la verificación de datos, pero también fiel a la filosofía exacta de sus fundadores: “hacemos chequeo de datos cruzado con periodismo de datos, para que todo se pueda sustentar y se coteje con fuentes abiertas. Hacemos, además, chequeo de datos con verificación por parte de la comunidad porque las personas suben cosas, envían datos y comparten y corrigen”.

 

Pero hay más, dice Laura Zommer, una argentina periodista y abogada formada con trayectoria en investigaciones sobre corrupción para el diario La Nación, y con una forma de hablar de su trabajo muy ceñida a su trabajo de datos precisos: “Tenemos un método de financiamiento que nos permitió independizarnos de los fundadores, y que nos mantiene hoy con 400 fuentes de financiamiento distintas. Eso nos permite tener total autonomía”.

 

Su método le ha permitido desmentir decenas de afirmaciones falsas, de mitos comunes, de mentiras de líderes empresariales o políticos. “Seleccionamos la frase o el tema que vamos a chequear según la relevancia, la importancia del personaje, los grados de circulación que tenga, y comenzamos a trabajar en ello”, recalca esta periodista, que forma parte de una camada de cerca de 80 instituciones en el mundo (Chequeado.com fue la primera en Sudamérica) que se centran en la verificación del discurso público. Lo suyo no es el escándalo. Sino la claridad científica de los datos comprobables. No la palabra que miente, sino los hechos puros, con el aporte adicional de los ciudadanos.

 

 

Ganador de la Categoría Texto

Autor: Javier Sinay

Artículo: Rápido, furioso, muerto

Publicado en la revista Rolling Stone Argentina

 

Para este periodista, escribir es la vida. Incluso si es sobre temas de los que ya no hay recuerdo. O sobre los jóvenes de hoy que mueren sin dejar un recuerdo.

 

Lo primero le sucedió cuando decidió relatar en su libro Los crímenes de Moisés Ville una serie de asesinatos cometidos hace 120 años, que le fueron revelados casi casualmente por su bisabuelo. A la par que rastreaba 22 homicidios rurales, la pesquisa le reveló los inicios de la comunidad judeoargentina en su país. Poco a poco fue desentrañando cómo se dio la llegada de miles de inmigrantes a su país mientras desentrañaba qué había ocurrido con los asesinatos. El pasado, en fin, le permitió conocer cómo se dieron los conflictos sociales en su época y cómo se construyó la Argentina actual.

 

En aquella oportunidad, su texto fue pulido por la edición de Leila Guerriero, ganadora delpremio de periodismo de la FNPI. Pero algunos años antes, exactamente en 2009, había publicado con la editorial Tusquets una serie de historias casi diametralmente opuestas: la jóvenes asesinados por un triángulo pasional; la de otros movidos a matar por un desencuentro y algunos más decididos a agredir a mujeres o víctimas de sus propios compañeros. Todo reunido en una obra de Tusquets llamadaSangre joven.

 

Y así, de ese tipo de historias de jóvenes que no alcanzaron a generar un recuerdo y de las otras que lo recuperan, Javier Sinay (Buenos Aires, 1980) ha construido un nombre que no se olvida. Editor de la revistaRolling Stone, donde publicó su obra ganadora Rápido, furioso, muerto, este joven interesado en historias criminales y judiciales, que apuesta por la crónica y el reportaje, tiene en claro que cuando trabaja “en temas de la realidad, es inevitable tomar posición. Y siempre con un trasfondo político, porque estos son temas públicos que hacen a la discusión social”.

 

Su crónica ganadora, Rápido, furioso, muerto, versa sobre el crimen de Axel Lucero, un chico de 16 años asesinado por un policía, y revela tanto los abusos de la autoridad y del porte de armas como la obsesión de los adolescentes por hacerse por las motos a costa de su propia vida en Argentina. El poder frente a la ambición: dos lados de la misma moneda con los cuales Sinay construyó una crónica para el recuerdo de vidas vividas al límite.

 

 

Ganador de la Categoría Imagen

Fotógrafo: Tomás Munita 

Trabajo: Vaqueros extremos

Publicado en la revista National Geographic

 

En Chile se llama bagualeros a los vaqueros que capturan ganado salvaje. Viven en el sur de la Patagonia, en una lengua de tierra ubicada en el Seno de Última Esperanza, en un lugar llamado Sutherland, donde no hay carreteras, ni asentamientos, donde la naturaleza es salvaje aún y los hombres que se dedican a esta actividad cazan reses y caballos sueltos, que pastan a su albedrío y que descienden de un ganado que quedó abandonado muchos años atrás.

 

Hasta allá fue el chileno Tomás Munita para retratar la vida de los bagualeros, en un reportaje que salió publicado en la revista National Geographic. Allá, en medio de hombres y perros que perseguían caballos y reses salvajes para comer y para subsistir, Munita se sintió compenetrado con el sentido de su oficio: “ser un puente que acerque y comprometa a las personas con lo que se está fotografiando”

 

Munita, que comenzó a hacer fotos a los 17 años cuando compró su primera cámara, es un fotógrafo especializado en documentar la vida natural y ambiental, pero también asuntos sociales en lugares como la Patagonia y el desierto de Atacama en Chile, y en cubrir temas complejos como las secuelas de la guerra en Afganistán, las bandas de maras en El Salvador, la vida cotidiana en Cuba, el terremoto en Pakistán, e historias que se desarrollan en Mozambique, Myanmar, India, Burma o Egipto.

 

Nacido en 1975, este fotógrafo independiente ganó ya tres premios del World Press Photo, en 2006 y 2013, por su cobertura del terremoto en Pakistán y su reportaje sobre los maras en El Salvador. También fue elegido fotógrafo latinoamericano del año en 2013 con un argumento que para él es su premisa de vida y del oficio: “Darles fuerte contenido humano a mis imágenes. Poner atención a la luz y a los detalles para que mi trabajo llegue a la gente común y sea sensible y sencillo a la vez”.

 

Luego de haberse formado en los diarios La Tercera y El Metropolitano, recorrió Chile, viajó a Ecuador, Perú y Bolivia, fue corresponsal de la AFP y en su más reciente etapa emprendió proyectos fotográficos personales en Asia junto con su esposa, que lo llevó a vivir en el Himalaya, donde convivió con los nómadas Changpa en la región de Ladakk. Ahora publica en medios como el New York Times y demuestra que en su trabajo documental siempre existe la posibilidad de hacer creación artística. Su cruda belleza, como la de los bagualeros en Chile, queda en la retina por su contundencia y sencillez.

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