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Publicado el Andres Vargas

FRAZIER RENGIFO, EL MONFILS COLOMBIANO

Andres Vargas @Andresvarperaza

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Muchas veces el talento no es suficiente para llegar a ser un tenista profesional y mucho menos en un país como Colombia donde el apoyo a sus deportistas es mínimo. Sin embargo, existen otras vías para llegar a ese objetivo. Este es el caso de Frazier Rengifo, uno de los mejores jugadores juveniles del país, que tiene como sello particular su similitud con Gael Monfils.

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Foto: Juan Carlos Quintero

Frazier es un joven de 17 años que a lo largo de su carrera tenística siempre se ha destacado por sus buenos resultados, esos mismos que lo llevaron a ser número 1 del país en las categorías de 12, 14 y 16 años y a representar a Colombia en varios Sudamericanos. Pero todo lo anterior no hubiera sido posible sin la ayuda de su familia, que a pesar de que no cuenta con los recursos necesarios para el sostenimiento de un tenista profesional, sí le encendió la chispita en el ‘deporte blanco’, que ahora lo asume como un estilo de vida.

En un principio, Frazier ‘junior’ quiso seguir los pasos de su papá, quien antes de convertirse en entrenador de tenis  fue jugador profesional de fútbol (vistiendo las camisetas de Santa Fe y Once Caldas).  Y aunque a los 9 años, jugó de arquero, defensa, volante y delantero, nunca se sintió realmente completo. Entonces su mamá, una mujer que no ha tenido relación con el deporte más allá de una hija que fue campeona nacional de tenis, se dio cuenta que el fuerte de ‘Frazier’ estaba en el juego de la ‘raqueta’. «Ella fue la que me vio esa chispita y me dio el empujón», comentó el tenista vallecaucano, que añadió el por que se decantó por el tenis antes que por el fútbol, y lo convirtió en su proyecto de vida: «Llegó el momento en que tuve que tomar una decisión y decidí tenis porque me gustó que todo lo ganaba por mérito propio».

El camino de Rengifo a lo largo de sus años como tenista no ha sido fácil, pues ha tenido que ganarse a pulso absolutamente todo y a pesar de que casi todo lo ha logrado, recuerda un momento que marcó su vida: «Lastimosamente no pude representar a mi país en el Sudamericano de 16 años y posteriormente en el mundial disputado en Madrid en la Caja Mágica. No se porque no me convocaron. Los que fueron son muy buenos jugadores (Nicolás Mejía, Sergio Hernández y Alejandro Hoyos), pero para mi fue muy confuso porque yo era el número 1 de la categoría «. Y agregó: «Me dio duro ya que era mi último año, pero ese fue el propósito de Dios. Estoy agradecido con él y con su gloria».

En el olvido quedó ese trago amargo que vivió hace poco más de dos años y del que pudo salir fortalecido gracias a su inmensa fe en Dios. Frazier partió a los Estados Unidos a principios de 2016 al darse cuenta de que no podría llegar al profesionalismo en la actualidad por la falta de recursos y el poco apoyo que se le brindó en el país que le vio nacer. «Este deporte para nosotros es muy duro porque no hay un apoyo. Mi papá es un profesor de tenis y yo no tengo la manera de ser profesional ahora». Añadió, «en Colombia  no basta con ser bueno para tener apoyo. Aquí falta mucho. Los apoyos que existen son a personas buenas pero que no siempre han hecho los méritos necesarios. Pienso que Colombia tiene la posibilidad de ayudar a muchos jugadores pero no lo hace». Y fue claro, «por eso no juego profesional. Yo no tengo dinero y ando al límite».

Pero estando en Manchester, Massachusetts, en Mac Tennis Academy, este espigado jugador, visualizó  que por medio de la universidad podría llegar a ser profesional. «Estoy en un programa para poder ingresar a la universidad. Mi prioridad ahora es esa y lo decidí porque yo soy cristiano y esa es la ley de Dios» Y agregó las otras razones por las que decidió ilustrarse. «Estudiar te brinda muchas oportunidades a nivel profesional y lo más importante, puedes llegar a ser una persona. Terminas tu carrera y puedes decidir sí ser profesional en lo que estudiaste o en el tenis», manifestó el tenista que todavía está indeciso entre dos carreras, Negocios Internacionales o Ingeniería.

Su similitud con Gael Monfils, por su color de piel, su pelo, su contextura física, su estilo de juego, su flexibilidad y la alegría que irradia en cada sonrisa es otro hecho que lo hace un jugador particular. «Me llaman Gael Monfils, más que todo por mi figura. Todos dicen que me parezco a él, que juego igual a él y que tengo muchos tips como él. Me alegra que me comparen con el francés porque es un jugador de muy alto nivel  y muy talentoso. Siempre lo he admirado». Pero aunque lo admira, no es su jugador favorito. «Para mi el ejemplo a seguir es Rafael Nadal por su mentalidad de juego».

Con 17 años y dos puntos ATP, obtenidos en la gira de Futures que disputó en Colombia hace un par de semanas, donde alcanzó los octavos de final en Pereira y Villavicencio, Rengifo apunta alto en el tenis: «Sueño con llegar a ser número 1 del mundo y trabajaré para eso». Y también a nivel personal, «pero primordialmente me veo como una persona realizada. Todo depende de Dios y sus planes. Y estaré dispuesto a acatarlos».

De la mano de Dios, principal pilar de su vida, Frazier ‘Junior’ Rengifo, seguirá recorriendo el camino de vida que le ha predestinado el ser supremo, como el mismo lo llama, y con la fe y persistencia que lo caracteriza, intentará continuar dejando huella en el tenis colombiano, que más temprano que tarde seguramente le dará el reconocimiento que se merece.

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