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Publicado el Andres Vargas

Daphne Akhurst; la huella de un legado eterno en forma de trofeo

David Sánchez: @DASanchez__

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Entre las muchas curiosidades que alberga el Open de Australia; un Grand Slam que a lo largo de su Historia, hasta 1986, incluso se disputaba en el mes de noviembre siendo el último de los cuatro majors en jugarse, se esconden muchas de las primeras figuras locales que, en los inicios del torneo, despuntaban debido a la ausencia parcial de tenistas foráneos en el evento. Durante los años 1920 los jugadores que se aventuraban a confirmar su participación tardaban entre uno y dos meses en llegar a Australia.

Es en estos años donde el tenis se convierte en un deporte asociado al glamour; donde iconos de la Historia del cine se aventuran a probar el deporte de la raqueta y donde emergen nombres para la posteridad como el de Suzanne Lenglen o Hellen Wills en el tenis femenino. Sin embargo, como si Australia fuera otro planeta, allí no se vio ninguno de estos apellidos bordados en oro en el palmarés del torneo porque un talento local impactó de lleno dejando una huella que hoy en día se recuerda en forma de trofeo; el que se le otorga a la campeona del primer Grand Slam que abre la temporada tenística.

Daphne Akhurst es la cuarta mujer con más títulos del Open de Australia tras Margaret Court, Nancye Wynne Bolton y Serena Williams. Nacida en Ashfield, Sídney, e hija de litógrafo, la joven Daphne destacaba, ya desde su etapa escolar, con la raqueta como herramienta. Sin embargo, canalizaba su enorme potencial a través de la música, especialmente con el piano, donde empezó a ganar premios siendo becada para el Conservatorio de Música de Sídney, convirtiéndose en profesora del instrumento y tocando en salas.

Pero su brillante etapa en la música quedó eclipsada por un dominio aterrador sobre las pistas de tenis del Australasian Open –ahora Open de Australia- donde desde 1924 hasta 1931 ganó 14 veces el torneo. Cinco de ellas en la modalidad de individuales, otras cinco ocasiones en dobles y cuatro más en dobles mixto. En 1925, 1928 y 1929 se hizo con los tres títulos en las tres modalidades e incluso en 1926, habiéndose adjudicado el entorchado en individuales, fue finalista en dobles y dobles mixtos. El dato más demoledor es que Akhurst solo perdió tres sets en el global de las cinco finales individuales donde salió como campeona (1925, 1926, 1928, 1929, 1930).

En 1928 alcanzó el número tres mundial –su mejor puesto-, firmó Semifinales en Wimbledon (en individuales y dobles) y, junto a Jack Crawford, se quedó a las puertas de materializar la victoria en la modalidad de dobles mixtos del major británico. El mismo año sellaría también los Cuartos de Final en Roland Garros.

El 26 de febrero de 1930 contrajo matrimonio con Royston Stuckey Cozens, un empresario tabacalero con el que residió en el barrio de Strathfield, uno de los suburbios de la ciudad de Sídney. La luz de su tenis se apagó a la tempana edad de 29 años a causa de un embarazo ectópico.

Como tributo a su legado, la organización del Open de Australia decidió, en el año 1934, que el trofeo de ganadora del torneo llevara el nombre de Daphne Akhurst Memorial Cup. Un reconocimiento a una de las primeras grandes jugadoras del tenis aussie cuyo nombre también tiene cabida en el Salón de la Fama del Tenis Australiano desde el 26 de enero del 2006.

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