Gol de Camerino

Publicado el Pablo Ríos González

Nuestro querido fútbol

Que es bueno, que es malo, que es mediocre, que es apasionante. Hay quienes exaltan el nivel de nuestro fútbol, pero también hay otros que lo vilipendian.

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El año pasado, a los clubes colombianos se les hizo imposible evitar que Nacional se quedara con las tres copas en el ámbito local. Esto puede ser un argumento para catalogar nuestro torneo como malo, así como lo hacen en Europa gracias al predominio de uno o dos clubes en determinados países.

Sin embargo, en el terreno internacional, la mayoría de los clubes realizaron un papel loable.

Si bien en la Copa Libertadores, Millonarios y Tolima ni siquiera pudieron pasar de la fase de grupos, lo alcanzado por Santa Fe al llegar a semifinales fue histórico, teniendo en cuenta que también accedió a la final del fútbol colombiano en el primer semestre. El cuadro ‘cardenal’ apenas perdió dos partidos de 12 disputados y eliminó a un campeón de América en octavos de final. Sin embargo, terminó despidiéndose del torneo más por errores propios que por el nivel del adversario.

En la Copa Sudamericana, podemos retroceder hasta dos años, donde Millonarios llegó a semifinales tras eliminar a dos equipos brasileños, pero terminó quedándose afuera por una razón específica: su falta de definición.

Ahora, el año pasado, si se mira el nombre de los equipos que representaron a nuestro país, sacando a Atlético Nacional, también hay que reconocer que lo logrado no fue malo en absoluto. Pasto y La Equidad, eliminaron en segunda ronda a un campeón y subcampeón de Libertadores, respectivamente. En la fase siguiente, los de Nariño jugaron su último partido contra el posterior subcampeón y los bogotanos se despidieron contra Vélez, un histórico a nivel continental.

Vale la pena recordar que entre esos dos equipos colombianos suman apenas un título de liga.

Nacional e Itagüí, por su parte, alcanzaron a llegar hasta cuartos de final. Al verde lo despachó el ganador de la edición 2012, y a las ‘águilas doradas’ las eliminó Libertad, un poderoso de Paraguay.

Hasta aquí podemos decir que el nivel de nuestro fútbol no es tan malo e incluso resaltar un posible crecimiento.

Sin embargo, hay otro punto de vista no menos válido. ¿Cómo es que esos equipos clasifican a las competiciones internacionales en lugar de los grandes?

Más allá de que en este 2014 nuestros representantes vayan a ser Nacional, Santa Fe y Cali, la revolución de los equipos ‘chicos’ en Colombia está en marcha hace unos años. Esto –hay que decirlo- también sucede por culpa de los clubes grandes. ¿Cómo así? Pues mientras los dirigentes de los clubes históricos se encargaron de vaciar sus arcas, los demás se fueron organizando y por eso hoy cosen su nombre en la bandera de nuestro país.

Que la Liga parece más el Torneo, eso no lo niega nadie. Que cada vez abundan más los estadios en malas condiciones y con tribunas vacías en primera división, también es una realidad.

El maltrato y la falta de pago a los jugadores –que también son trabajadores como cualquier obrero, dentista o hasta los mismísimos dirigentes, aunque ellos no se quieran dar cuenta- determinan, asimismo, y en gran cantidad, el nivel de una liga de fútbol.

Si las cosas hoy están al revés no es por pura casualidad. El mal manejo y la corrupción en el Cúcuta y el Quindío hicieron que Uniautónoma y Fortaleza, dos equipos organizados y con ganas de crecer, tomaran sus puestos.

Para calificar el nivel de una liga hay que hacerlo de manera integral. No se puede mirar solamente lo que sucede cuando se mueve la pelota. Lo que pasa más allá de la línea de cal también tiene que evaluarse, e inclusive, con más rigor, porque eso desencadena lo que vemos después en las canchas.

¿Es bueno o malo nuestro fútbol? Pues papelones internacionales no hacemos, pero si miramos puertas adentro hay muchísimo que arreglar…

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